26 de abril de 2018

2593- SANTA EULALIA DE ERILL LA VALL.

Como todas las iglesias del Valle de Boí, Santa Eulalia de Erill pertenece al estilo románico-lombardo, levantada en el siglo XII y como todas las demás, pertenecientes al Obispado de Urgel. Es de una sola nave, en este caso muy alargada, que estaba cubierta con una bóveda de cañón y cabecera triconque, es decir, rematada con dos absidiolos. La puerta de acceso es con arco de medio punto con dovelas. Muchos años de finalizada la construcción se añadió el esbelto campanario de seis pisos, similar a los italianos de la época. Más tarde se añadiría también un pórtico, con arcos de medio punto que descansan sobre columnas. Siguiendo la costumbre de los antiguos minaretes, los campanarios de las iglesias del Valle de Boí tienen la misma altura que el perímetro de la torre.

Estas iglesias tienen anexo a ellas el antiguo cementerio. Al igual que el núcleo poblacional pertenecía a los condes del Pallars Sobirá, Don Artal y Doña Lucía, siendo todo ello vendido y/o permutado el año 1064 y siendo sus nuevos propietarios los condes del Pallars Jussá, Ramón IV y su esposa Valença. En el mismo lote entraron el Castillo de Erill y el resto de iglesias del Valle de Boí.
El año 1208 todos estos bienes volvieron a cambiar de manos al ser adquiridos por el noble y militar Gullermo II de Bellera, uno de los lugartenientes del rey de Aragón Pedro I, padre este último de Jaime I el Conquistador. En 1266 Guillermo II y su esposa Sancha donaron esta iglesia al monasterio cisterciense de Santa María de Lavaix, conviertiéndose a partir de entonces en una parroquia monástica que ya se mantuvo sin otros propietarios hasta la Desamortización de Mendizábal.

Diferentes excavaciones realizadas a finales del siglo XX evidencian su construcción en diferentes fases y entre los siglos XI y XII. A ellas se unió una campaña de restauración que puso en valor el deplorable estado en el que se encontraba. Los estudios arqueológicos mostraron también una primera fase constructiva de iglesia menor a la actual, que se ampliaría en el siglo siguiente. En 1123, fecha de su ampliación, tuvo como consecuencia la eliminación del techo de estructura de madera y su sustitución por bóveda de cañón. Sin embargo, a pesar de la construcción de gruesas columnas que aguantaran el peso de la bóveda, ésta se vino abajo destruyendo parte de los muros del edificio. Para aligerar el peso se construyó entonces una cubierta de madera a dos aguas. A finales del siglo XII y primeros del XIII fue cuando se añadió el campanario y el porche que cobija la entrada a la iglesia.

RAFAEL FABREGAT

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