26 de agosto de 2014

1487- SAN ABDÓN Y SAN SENÉN.

San Abdón y San Senén son patrones de los agricultores (Sants de la Pedra) en la localidad vecina de Benlloch (Castellón). El día 30 de Julio de cada año se celebra en este pueblo la festividad de los Santos Mártires (sants màrtirs) y a tal efecto se va en romería a la ermita que dista poco más de un kilómetro de la población. Por cuestiones laborales, actualmente esta celebración se lleva a efecto el último sábado de Julio.


En mitad del camino y sin ninguna parafernalia, un concejal del Ayuntamiento se apostaba a la orilla del camino con dos sacos de "rotllos" de pan con semillas de anís e iba entregando uno a cada romero que se dirigía a la ermita. Sesenta años atrás, esta romería era una de las más populares de la comarca pues estaba rodeada de una gran mercadillo que hacía las delicias de todos los asistentes. Allí llegaban las primeras sandías del año y otras muchas frutas que por esta zona no se cultivaban. 
En una época en la que no había televisión y el hambre superaba a la abundancia, los niños de los pueblos vecinos acudíamos en bicicleta a esta ermita. Aparcada la máquina a las afueras del pueblo finalizábamos el camino campo a través para acceder a la ermita de la Virgen del Adjutorio por los hasta cuatro caminos diferentes en los que se daba el citado "rotllo" a los romeros. De esta forma reuníamos cuatro rotllos que eran premio al sobresfuerzo, a la constancia y al pillaje. ¿No indica tal proceder más hambre que glotonería?. Pocos metros más allá empezaban los puestos de los feriantes que vendían todo lo imaginable y que llegaban hasta las puertas de la propia ermita. Las diferentes collas de romeros cogían sitio bajo las carrascas y degustaban el almuerzo que mujeres y novias habrían traído. Después se partía una sandía, la primera del año.


Sin embargo esta entrada abandona Benlloch en este instante, puesto que el fundamento principal no es la festividad de este pueblo castellonense sino una anécdota interesante sobre los santos que allí se veneran. San Abdón y San Senén fueron dos cristianos martirizados durante la persecución romana del siglo III y sepultados en las catacumbas de Ponciano de Roma. Arrojados a los leones del Anfiteatro los leones los respetaron y tuvieron que ser dos gladiadores quienes les decapitaran allí mismo a golpe de espada. En la Edad Media, una parte de los restos de estos santos fueron trasladados al monasterio de Arles-sur-Tech en Francia, en los Pirineos Orientales y diócesis de Perpiñán.


El aspecto interesante de este post es una especie de milagro que se produce de forma continuada en el sarcófago paleocristiano, tallado en un solo bloque de mármol y elevado sobre dos pedestales, que contiene los restos de los mártires San Abdón y San Senén. Sin embargo, a pesar de la pobreza del lugar donde los frailes los tienen depositados, un patio oscuro fuera de la iglesia y a la intemperie, detrás de una reja de hierro, las fuerzas del más allá han querido llamar la atención de los peregrinos que visitan este enclave religioso. Cada día y de forma inexplicable, en este sarcófago aparecen alrededor de dos litros de agua a la que se atribuyen poderes curativos de personas que incluso estaban desahuciadas. La tumba del siglo IV no sabemos para qué personaje se eculpiría, pero los restos de los santos Abdón y Senén están allí desde el siglo X, llevados desde Roma por el abad Arnulfo.


La tapa del sarcófago no encaja correctamente y en un par de sitios deja un pequeño hueco de un par de centímetros. Por otro lado, en una de las paredes laterales hay un pequeño agujero, practicado de forma artificial, por donde el párroco del lugar mete una pequeña goma y con una bomba de aspiración extrae cada día el preciado líquido. Como es fácil suponer se han llevado a cabo estudios científicos de este fenómeno. Se cree que al menos el 90% del agua extraída es agua de lluvia que podría filtrarse a través de la tapa, realizada con piedra porosa y el 10% restante debido a la condensación de esa misma agua puesto que el sarcófago es totalmente impermeable. ¿Y de donde sale el agua cuando no llueve?.


Para quienes creen que la aparición de este agua es de todo punto milagrosa, las explicaciones anteriores no son suficientes. Entre uno y dos litros de agua aparecen todos los días, llueva o no llueva. El goteo de la tapa se ha constatado, pero su frecuencia no llenaría una botella más que una vez a la semana y sin embargo allí se llenan dos botellas cada día. También por las numerosas curaciones y milagros que dicha agua ha producido. Hecho relevante fue también que el año 1942 el sarcófago se inundó por completo, desbordando el agua por el patio. Del mismo modo se secó por completo en 1914 y 1929 como premonición (dicen) de la llegada de la Primera y Segunda Guerra Mundial. 


La leyenda dice que la aparición del agua empezó tras unas rogativas pidiendo agua. Una aparición divina garantizó que nunca más faltaría el agua en la villa. Cada día 30 de Julio se celebra una romería de agradecimiento a San Abdón y San Senén a quienes se considera mediadores en este milagro y en medio de la celebración eclesiástica se saca el agua del sarcófago. El peregrinaje merece la pena pues Arles-sur-Tech es villa medieval de gran encanto. El agua está garantizada pues a todos los visitantes se les obsequia con un chupito de agua del sarcófago. Por si alguien tiene asco, por compartir espacio con los cadáveres, un sistema de filtrado garantiza su pureza. Mmmm, no sé, no sé... Yo me pediré una jarra fresca de cerveza.

RAFAEL FABREGAT



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