19 de febrero de 2015

1667- EL PUEBLO ANANGU.

Por la inmensa cantidad de islas que se incluyen y la gran superficie que ocupa (8.525.989 Km2.) Oceanía es sin duda el lugar del mundo en el que más pueblos casi prehistóricos persisten. Sin embargo en esta entrada nos referiremos solamente a Los Anangu, pueblo aborigen australiano que habita la región en la que está enclavado el famoso Monte Uluru, un gran monolito de piedra roja arenisca que viene a ser uno de los más famosos iconos de Australia. Al parecer es una de las rocas más grandes del planeta, con 348 m. de altura a la vista, 2,5 Km. de profundidad y 9,4 Km. de contorno, ¡en una sola pieza!. Es conocido como "el ombligo del mundo" y naturalmente es lugar sagrado para Los Anangu.

Los Anangu tienen la eterna misión de custodiar el Monte Uluru (centro de la Creación) y mantener vivo el espíritu Tjupurka, el "Tiempo de los sueños", la época en la que empezó todo. Según sus tradiciones ancestrales, en los tiempos Tjupurka solo había una clase de vida sobre la tierra... Era una masa inmóvil, transparente, gigantesca, una amalgama de vida diferente pero inacabada, unida entre sí. El pasado y el futuro de la vida terrenal estaba allí, condensado en un único cúmulo de vida latente. Durante miles de años estuvo allí replegada, hasta que un Ser Supremo que salió de la nada y existe por sí mismo modificó aquella masa. 

Nada existía antes del Tjupurka. Ni los valles, ni los ríos, ni las plantas o los árboles, menos aún los animales y los seres humanos. Fue Él quien lo modeló todo y le dio vida. Durante miles de años aquellos seres, vegetales y animales se extenderían alrededor de la tierra y la cubrirían de vida... El problema es que, por falta de tiempo, el Creador quedó retenido en el Cosmos y no pudo terminar su obra. Siendo los hombres los últimos seres de su creación, éstos quedaron imperfectos. No eran humanos ni animales, portadores eso sí de la esencia divina y del conocimiento con el que nacieron impregnados y así ocuparon todo el planeta y lo modificaron según las necesidades.


También fueron modificando poco a poco a los seres humanos, puliendo sus facciones y comportamientos, uniéndolos entre sí para mejorar su aspecto y dotándoles de los lazos familiares y costumbres que los arraigaran en proyectos de vida comunitaria hasta llegar al fin de los tiempos. Al concluir "el Tiempo de los Sueños" (Tjupurka), cuando los hombres tuvieron su apariencia actual, reunieron a todos y les dijeron que esa sería su casa para siempre, que había sido creada para ellos y que tenían la obligación de cuidarla tal como la recibían, para así dejarla a sus sucesores.
- Sois los guardianes de nuestra Creación -les dijeron.

Aquella toma de posesión y primer viaje de conquista del planeta por parte de la raza humana, es recordada y celebrada anualmente por el pueblo Anangu. Su territorio ocupa un área autónoma ubicada al noroeste del estado de Australia Meridional y habitado por tres etnias diferentes, con un total de unos 2500 indivíduos. El centro administrativo del territorio es el pueblo de Umuwa, de 50 habitantes. En 1981 el Parlamento de Australia Meridional aprobó una Ley de Derechos del pueblo Anangu y un proyecto de registro de datos y materiales históricos, al objeto de prevenir la pérdida de su historia y permitir la enseñanza de la misma a generaciones venideras. Por la curiosidad que despiertan sus costumbres, sus mayores ingresos provienen del turismo. 


Las Sierras Musgrave, dentro de su territorio, han resultado ser ricas en petróleo aunque los Anangu se mantienen reacios a su explotación, para proteger sus sitios sagrados y el medio ambiente de la minería. Los Anangu son gente pacífica y fieles a sus creencias ancestrales. Sus mayores problemas son el abuso de drogas y alcohol. El gobierno australiano destina una importante cantidad de dinero para mejorar sus viviendas y para fuerzas policiales que controlen la llegada de alcohol y estupefacientes a la zona, así como los consiguientes problemas que acarrean a la población Anangu. Los cuatro pueblos más grandes de la región apenas sobrepasan los 300 habitantes.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario