15 de julio de 2015

1826- ETIOPÍA HISTÓRICA Y RELIGIOSA.

A la hora de pasar unos días de vacaciones España lo tiene todo. Mil destinos diferentes, pero todos cargados de Historia, buenos hoteles con una gastronomía cambiante pero siempre excelente y con climas para todos los gustos. Cordilleras con nieves eternas y costas tropicales donde se cultivan plátanos, papayas y mangos. Pero hoy no toca hablar de España, sino de Etiopía. Este país ha sido elegido por los touroperadores destino turístico por excelencia para el presente año 2015. No sabemos cómo se llega a estas conclusiones pero desde luego Etiopía tiene mucho que ver y todavía más que contar. La mires desde donde la mires, el país es exótico y diferente a cualquier otro destino. 

La crónica literaria de los antiguos emperadores etíopes nos cuenta que cuando la Reina de Saba viajó a Jerusalén para conocer al rey Salomón, volvió a Etiopía portando en su vientre a un hijo de éste. Se trataba del futuro rey Menelik I que a la edad de 20 años viajaría a Jerusalén para conocer a su padre y para adquirir los conocimientos necesarios para gobernar Etiopía en un futuro cercano. Ante los especiales tratos de Salomón hacia su hijo Menelik, los celos hicieron acto de presencia entre los hijos de sus otras esposas y Menelik hubo de regresar a Etiopía a toda prisa, no sin antes robar del Templo de Jerusalén el Arca de la Alianza con las Tablas de la Ley de Dios.

El primer destino del Arca de la Alianza y las Tablas de la Ley de Dios, entregadas por Jahveh a Moisés en el monte Sinaí, fue uno de los Monasterios del Lago Tana, en Etiopía, pero más tarde se consideró más seguro instalarla en la Basílica de Santa María de Sión, de la ciudad de Aksum, al norte de Etiopía, donde es históricamente custodiada las 24 horas del día por uno solo de los monjes residentes. Entre la Vieja y la Nueva iglesia de Sión, una pequeña capilla llamada "de la Tabla" recoge esta antigua reliquia que nadie, ni siquiera los propios monjes, pueden ver jamás. Solo el monje custodio tiene acceso al Arca, no pudiendo abandonar el pequeño recinto en toda su vida.

No hay un grueso muro que impida el acceso al pequeño recinto donde se supone que está la sagrada Arca de la Alianza, sino una breve cortina desprovista de mayor protección. Por lo visto no hace falta más pues, que se sepa, nadie hasta ahora ha osado traspasarla. Solo cuando este vigilante se encuentra ya en el lecho de muerte, es sustituido por otro que naturalmente se elige de entre los voluntarios a entregar su vida por tan noble y exclusiva causa. A sabiendas de que su vida no tendrá ya más aliciente que el ser fiel guardián del Arca de la Alianza y que solo la Capilla y el pequeño patio que la rodea serán el único paisaje que verá en lo que le quede de estar en este mundo. 
Así de simple y de complicada es la vida. Unos se vuelven locos buscando a toda prisa una felicidad que no existe y otros parece ser que la encuentran en la sencillez y el servicio a Dios y a los hombres. Extraño, pero real como la vida misma.

Pero, en fin, Etiopía es mucho más que todo eso. Muchos fueron sus emperadores y grande el legado que muchos de ellos dejaron. Castillos, Palacios e iglesias excavadas en la misma piedra. No es un buen destino para quienes piensan en un posible safari africano. Para eso hay otros destinos. Etiopía es Historia y Leyenda, siempre girando sobre los ejes de un pasado plagado de luchas de poder y religión. En Lalibela, once iglesias de una sola pieza excavadas en la roca e interconectadas entre sí, dejan boquiabierto al más incrédulo de los viajeros pero si ello no es bastante, numerosas fortalezas de aquellos antiguos emperadores colmarán las mejores expectativas pues nada tienen que ver con los castillos europeos.

Etiopía no tiene nada que ver con España, ni con el Caribe o Tailandia. Etiopía es fiel exponente de la iglesia ortodoxa en África, heredera de las primeras enseñanzas del Antiguo Testamento y seguidas con una fidelidad no encontrada en ninguna otra parte del mundo en nuestros días. Para quienes no son amantes de la Historia o la Religión, hay también múltiples curiosidades que visitar, tales como el Lago Tana, las cataratas del Nilo Azul o las muchas peculiaridades que guarda su capital Adís Abbeba, ciudad más elevada del continente africano y de 3,5 millones de habitantes de 80 nacionalidades diferentes.

RAFAEL FABREGAT

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