- Que fácil y cortito se me ha hecho lo de prometer el cargo -le dijo Pedro Sánchez a Felipe VI.
- Lo difícil y largo viene después -le contestó el rey.
Antes de un año le veremos blanquear sus cabellos y si no ¡al tiempo!.
La semana próxima cumpliré 71 años y jamás, en toda mi vida, conocí tanta desfachatez y ansias de poder. Por alcanzar la Presidencia Sánchez estaba dispuesto a todo. No lo tenía fácil pero gracias a su desvergüenza lo alcanzó y le sobraron votos. Como ya comenté en días pasados, un "amigo" me recordaba por Facebook que, al fin y al cabo, si se convertía en Presidente del Gobierno de España era porque la mayoría de los españoles así lo había querido. Así está la gente de ciega cuando sus ideales políticos les ponen una venda en los ojos.
Pedro Sánchez es Presidente del Gobierno español a cambio de una serie de contrapartidas que ninguna persona sensata hubiera otorgado. En primer lugar el reconocimiento de que las autonomías ricas, cuyos votos le eran necesarios para gobernar, dígase Cataluña y País Vasco, serán tratadas como naciones autónomas con posibilidad de emanciparse cuando lo deseen, es decir, siempre y cuando se les otorgue todo cuanto pidan. Esto significa todo tipo de ventajas que hagan innecesaria su independencia. De eso se trata, de que sea tanto cuanto se les otorgue que nunca van a querer independizarse. Paradójicamente las autonomías más pobres tendrán que soportar todo el peso del Estado. Ese es el social-comunismo que nos espera a partir de ahora. Todo para los ricos y nada para los pobres.
La segunda concesión es eliminar completamente la autonomía de la Justicia. A partir de este momento, lo de la separación de poderes, será en España lo mismo que en los países bananeros de Sudamérica. Pueden aprovechar el edificio para poner otro museo o cualquier asociación benéfica pues todo queda en manos del Gobierno. Aún sin ser capaz de aprobar los estudios por sí solo, el presidente será juez y parte de cualquier asunto que llegue al Tribunal Supremo y muy especialmente a la Abogacía del Estado. El asunto está claro... Retrocedemos a los tiempos dictatoriales, pues las leyes quedarán anuladas y centrado el poder en el Presidente y su Gobierno. Aquí acaban los 40 años de Democracia Española y empieza una etapa nueva: el Sanchismo.
Tal como reza el título de esta entrada al Blog, una de las primeras acciones a aprobar será el pago de las deudas contraidas, es decir, la anulación de las sentencias del Supremo, la puesta en libertad de los presos políticos, la anulación de las inhabilitaciones a las que fueron condenados y dar facilidades para la autodeterminación.
Para ir a ese Cielo al que el candidato a la Presidencia aspiraba, había dos pagos a satisfacer:
1º).- Liberar a los presos políticos y
2º).- Facilitar la autodeterminación y referendos necesarios para ello.
Pedro Sánchez es ya el Presidente del Gobierno de España y podrá por lo tanto seguir utilizando el famoso colchón que pidió se le instalara en el Palacio de la Moncloa, pero no será él quien gobierne España.
Lo grueso le será ordenado por Cataluña y Euskal Herria y de las migajas se ocupará Pablo Iglesias. Ese es el futuro de Pedro Sánchez si quiere mantenerse en el poder. Si se rebela ante tanta presión y quiere imponer lo más mínimo sus criterios, cosa que no hará puesto que para eso hace falta tener lo que no tiene, le tumbarán todo cuanto proponga y tendrá que irse de patitas a la calle. Resumiendo:
-Pedro Sánchez no es Presidente del Gobierno porque la mayoría de los españoles lo pidiera sino porque, al igual que ya hiciera cuando presentó la "moción de censura" contra Rajoy, se ha aliado con el Diablo para poder obtener los apoyos suficientes para conseguirlo.
Como ya le dijo el rey el día tras su promesa del cargo... "Prometer el cargo es fácil y corto, lo largo y difícil viene después".
RAFAEL FABREGAT
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