20 de marzo de 2017

2374- EL VALOR DE LA VIRGINIDAD.

Lo siento por los más puritanos, pero el valor de la virginidad es cero. Sí, sí, 'CERO'. En otras épocas llegar virgen al matrimonio tenía, aunque fuera de tapadillo y especialmente en la mujeres, un valor moral y social muy positivo pero, en la actualidad, todo eso está en desuso. La (gran) actividad sexual prematrimonial está tan extendida que aquellos que por una u otra circunstancia se inician de forma tardía se sienten muy mal, incluso discriminados. Tanto es así que un estudio determina que aquellos que llegan vírgenes a la veintena tienen miedo incluso, cuando llegue ese momento, a sentirse rechazados por su inexperiencia en el tema. ¿Extraño?. Pues... no tanto. La gente es así. Cuando mojabas, porque mojabas y ahora el que no moja, porque no lo hace. La cuestión es tocar las pelotas...

Yo soy de otro tiempo, pero no me extraña en absoluto que aquellos que llegan tarde a la hora de tal experiencia, sientan miedo de ser rechazados. ¿Cómo decirle a tu incipiente novia, que ya se ha acostado con cuarenta, que tu no lo has hecho con nadie?. Lo más probable es que, por dentro o por fuera, se ría. No, no me extraña en absoluto que tengan miedo de que se entere su partener. En tales casos y aunque yo no lo hice de esa manera creo, con toda sinceridad, que lo mejor es irse de putas. ¡Ala, ya está, ya lo he dicho...! ¿Qué va a pensar una mujer si se entera de que tu, con veinte años a cuestas, todavía no has estrenado la cebolleta?. (Mmmmm. ¡A ver si este me sale rana!). Pues nada, si la quieres tienes dos opciones: o decírselo, o irte de putas... No como putero no, sino como aprendiz. Y punto en boca.

No es una cuestión de práctica (o sí) sino un obstáculo psicológico, que puede dar al traste con una relación recién estrenada y realmente querida. Las excusas que puedes dar ante un hipotético fracaso son muchas y muy variopintas... Según lo que acontezca, puedes alegar un gatillazo o una sobreexcitación por el gran amor que le profesas, pero en ambos casos se trata de un fracaso que puede tener una disculpa. Aún así es mejor que el encuentro se desarrolle en las mejores condiciones posibles, así que, unas sesiones de "terapia" pueden ser una buena solución. Por increíble que parezca, teniendo en cuenta las facilidades de hoy en día, la mayoría siguen estrenándose en un puticlub. Verdaderamente preocupante que muchos jóvenes acudan allí, incluso sin ganas, solo para evitar la posible burla de los amigos más precoces.

Claro que cuando vayas allí, no es menester que te lleves a la novia. Con uno que aprenda ya vale. No sea cosa de que, a la vista de la actuación profesional, la chica te diga que ella sabe hacerlo mucho mejor, que también puede ser.
Alguno de esos novatos, si van solos o con amigos, pueden llegar a pensar incluso que lo que hay por allí son monjas disfrazadas pero no, no, porque esas fuman más que un carretero y beben más que un cosaco. Y de rezar... nada de nada.

RAFAEL FABREGAT

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