Principado y país soberano centroeuropeo sin salida al mar, muy conocido por ser un paraíso fiscal de primer orden. Con una superficie de 160 Km2. y 37400 habitantes, es el 4º país más pequeño de Europa. Limita al oeste y al sur con Suiza y al norte y al este con Austria. Aunque no es miembro de la Unión Europea, desde el año 2011 forma parte del espacio europeo de libre circulación.
Durante el Imperio Romano, este territorio formaba parte de la provincia de Recia. Geográficamente alejado de los intereses europeos, nunca formó parte de la historia del continente. Anteriormente estas tierras constituían un feudo de la Casa de los Habsburgo pero actualmente sus gobernantes son la Casa de Liechtenstein, con origen en la lejana Silesia, tierras ocupadas por Polonia, República Checa y Alemania.
El año 1699 el príncipe Juan Adán de Liechtenstein compró el señorío de Schellemberg y en 1712 hizo lo propio con el condado de Vaduz, a fin de formar parte de la Dieta o Reichstag del Sacro Imperio Romano Germánico, convención de príncipes germánicos que formaban el Reino Franco. En 1719 el emperador Carlos VI decretó la unión de esos territorios bajo el nombre de Principado de Leichtenstein, aunque los príncipes no lo pisaron hasta varias décadas después. Al invadir Francia el Sacro Imperio Romano Germánico en 1806 y producirse la abdicación del emperador Francisco II el imperio se disolvió y el príncipe de Liechtenstein quedó libre de sus obligaciones, convirtiéndose en único señor del principado.
Aunque fuertemente ligado con Austria, tras el fin de la I Guerra Mundial hubo de pactar unión monetaria y aduanera con Suiza.
En 1938 los alemanes se anexionaron Austria pero, aunque rodeado de alemanes, Linchtenstein se apoyó en Suiza para defender su neutralidad aunque, para evitar la invasión hubo de colaborar con Alemania, muy especialmente en lo que se refiere al ingreso en sus bancos de capital de dudosa procedencia.
Desde el año 2000 forma parte del Espacio Económico Europeo, lo que le obligó a redefinir algunas cuestiones con Suiza, que no forma parte de tal asociación.
Actualmente es una monarquía constitucional, encabezada por el príncipe Juan Adán II.
En 2003 el príncipe propició mediante referéndum la constitución de una República si así lo deseaba el pueblo, anunciando que él y su familia marcharían a Viena en el caso de que su poder no fuera refrendado por mayoría absoluta. El resultado fue favorable a que la dinastía reinante se mantuviera al frente del país.
Desde las últimas elecciones de 2013, el gobierno formado por cinco ministros es de mayoría (3) progresista, siendo los dos restantes del partido Patriótico de derechas.
Enclavado en los Alpes, el territorio es completamente montañoso a excepción del último tercio del valle del Rhin. Solo un 2% del territorio se pude considerar en cultivo permanente, aunque la mayoría es de secano. Su altitud va desde los 430 msnm hasta los 2600, lo que hace que la superficie boscosa supere el 35% del territorio. Los servicios financieros y el 'turismo' que éstos provocan, constituyen la base económica de Linchtenstein. Al amparo de un sistema fiscal tan favorable, más de 73.000 empresas han establecido allí sus oficinas nominales, lo que supone el 30% de los ingresos del principado y que más de un tercio de la población sea extranjera, con depósitos superiores a los 100.000 millones de euros, con el consiguiente escándalo financiero.
Con 5.400 habitantes, Vaduz es la capital del país y ciudad más poblada. El idioma oficial es el alemán. El transporte está compuesto por 250 Km. de carreteras y 9,5 Km. de ferrocarril. También hay 90 Km. de senderos marcados para bicicletas. No hay aeropuerto, por lo que el más próximo es el de Zürich. Su vida cultural es muy completa ya que son frecuentes los conciertos, teatro, danza y cabaret, así como los museos y las galerías de arte. Su índice de alfabetización es del 100%, con cinco centros de educación secundaria y cuatro de educación superior. Está catalogada como la mejor de Europa y la 8ª del mundo.
Sin duda un país envidiable, que no conoce la palabras hambre ni paro.
RAFAEL FABREGAT
Gracias Rosa María. A los de Bilbao os gusta la Historia y todo lo bonito.
ResponderEliminarA mi también. Un abrazo y gracias por comentar.