Espero que los lectores no hayan entendido que soy ferviente admirador de Rajoy y quiero a pies juntillas que siga en su puesto de Capitán Trueno de España. No, no es eso. Me imagino que sus políticas de salvación del país, a costa del sacrificio de todos, eran las únicas posibles pero no válidas para la ciudadanía y así lo han dicho las urnas. Tampoco se trata de que yo vea a ambos personajes (Mas y Rajoy) como una misma cosa. Desde mi punto de vista son muy distintos y seguramente comulgaría más con las ideas del segundo que las del primero, por la simple razón de que Rajoy aboga por la unidad de España y los españoles, o así lo entiendo yo, que de política entiendo poco o nada y de los políticos menos aún.
El motivo de unir a ambos personajes en el título de esta entrada es para decir que, a mi entender, el Sr. Rajoy haría bien en seguir los pasos de Mas y hacerse a un lado del camino. La carretera de la política es estrecha y cuando uno no tiene posibilidad de ganar la competición, debe hacerse a un lado y dejar que otro de su escudería se ponga en cabeza. Parece ser que lo de ser Presidente del Gobierno es algo muy goloso y nadie se aparta hasta que le echan. Sin embargo creo que son muchos los que se han cansado de verle como cabeza del partido y más aún como presidente del Gobierno. De hecho creo que el PP hubiera tenido más votos el 20D si Rajoy no hubiera encabezado la lista.
Sin embargo lo más importante, hace cuatro años, era dejar en la cuneta a un Zapatero irresponsable y gafe donde los haya. Cáscara de nuez que estuvo dando tumbos de un lado para otro, hundiéndonos un poco más cada día. Palos de ciego mientras el país y sus habitantes caíamos en lo más profundo del abismo. Como no podía ser de otra forma, ante tales acontecimientos los españoles votaron en masa a Rajoy, pero no porque les gustase, sino intentando salvarse del desastre. Las medidas de Rajoy fueron salvar "la empresa", a costa de matar de hambre a los operarios. ¡Vaya hombre, así cualquiera podría ser gerente!. Hasta el más tonto del pueblo hubiera podido tomar tal decisión. Pues bien, de tan malos "remedios" salieron los problemas que hoy acucian al país.
Porque si Zapatero hundió el barco, Rajoy lo ha reflotado lanzando al agua a los marineros, como si de simple lastre se tratara. ¿No hay mejor forma de hacer las cosas?. No lo sé, pero está claro que ningún "marinero" se fía ya de los viejos capitanes. El título de esta entrada, quizás más rimbombante, hubiera podido ser "Rebelión a bordo", como en la película. El caso es que veo muy difícil una buena solución. Son demasiados los que buscan pescar en estas aguas revueltas, aún a costa de destrozar el país, sumiéndolo en la ruina. Solo un gobierno fuerte podría parar tales despropósitos pero, ¿donde está?.
Rajoy consiguió levantar el país, sí pero a costa de matar de hambre a la gente. Esas no son maneras. Para colmo de males, la gente todavía se acuerda de la mediocridad con la que gobernaron los socialistas en la etapa de Zapatero. Y ahí está el resultado de las urnas de 2011. Desencantados como estamos, el caos puede incluso llevar al desmembramiento de España y a la ruina de todos. Hay demasiada gente que pasa de todo, mientras otros solo buscan destruir y medrar. El caso es que el voto de los españoles ya no va parejo con sus sentimientos y estamos dando opciones a aventureros que solo buscan su propio interés. ¿O es que alguien cree que la solución está en las aventuras?.
Ojalá, pero no lo creo. No hay nada nuevo bajo el sol. Dicen que a grandes males grandes remedios y en eso estamos. No quisiera ser pesimista, pero mucho me temo que en un mundo tan globalizado como el actual, difícilmente se pueden aplicar soluciones que no sean globales. Así se ha venido demostrando en los últimos tiempos, con unos países comunistas que se resistían a formar parte de la globalización y que finalmente han tenido que ceder a ella. El mundo actual es cambiante y global. Nadie puede vivir aislado. Por mucho que nos pese, aquello de que el pez grande se come al chico es viejo, pero no caduco. De las crisis siempre se sale, pero con el sacrificio de muchos. De los de siempre. Triste, pero real como la vida misma.
RAFAEL FABREGAT
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