¿Alguien se lo cree?. Bueno, pues ahí está... El tercer lunes del año, o sea de Enero, es un día maldito. En inglés se le llama "Blue monday" y revela el resultado de un estudio psicológico que reúne varios aspectos de la mente y comportamiento humanos. Parece ser que el fundamento de todo esto está en que, justamente a esta distancia de las Fiestas Navideñas, Fin de Año, Reyes y Rebajas, empieza nuestro cerebro a tomar conciencia de los gastos acumulados en estas fechas y por lo tanto a tomar en consideración si el costo-beneficio de estos dispendios está compensado debidamente. Es a partir de esta fecha cuando las decisiones económicas cobran otro aspecto más analítico y cuando empiezan a valorarse negativamente muchos de los gastos realizados.
En este punto marcado por el tercer lunes de Enero, cuando la acumulación de gastos de finales y principios de año nos muestra la cruda realidad. Todos sabemos de lo superfluos que son algunos gastos realizados en estas compras pre y post-navideñas pero las luces y la publicidad nos abocan a unos gastos no siempre justificados y muchas veces por encima de nuestras posibilidades. Simplemente nos dejamos llevar por el momento, pero después llegan los gastos a nuestras cuentas y todos nos preguntamos como hemos podido llegar a semejante irresponsabilidad. Unas cuentas quedan mermadas irremisiblemente, pero otras nos muestran números rojos que no sabemos cómo cambiar al verde. Lo siento, ya es tarde.
El estudio es de un tal Cliff Arnall, inglés para más señas, al cual le han llovido nefastas críticas por difundir el citado estudio. Parece ser que más que un estudio científico, se trataba de una campaña publicitaria para promocionar a una Agencia de Viajes y así ha sido demostrado. El jefe de ventas de la citada agencia consideró que crear una fecha anual, para promocionar las ansias viajeras del público, solo podía hacerse desde un punto de vista científico y a tal fin buscó la complicidad del citado psicólogo para "crear" un día nefasto y la alternativa de cambiar de aires para esquivar las consecuencias nocivas del mismo. De hecho fue la propia agencia de viajes la que desarrolló el asunto de la ecuación, pero necesitaba algún profesional que la avalara y ahí estaba Arnall, más pillo que bonito, para dar el respaldo que se necesitaba.
Cliff Arnall no creyó que tal hecho supusiera problema alguno y sin pensar en las consecuencias estampó su firma en el documento, cobrando un interesante emolumento. "El día más triste" del año estaba creado y también la solución de viajar unos días para dar paz y sosiego a nuestro maltratado cerebro. Quizás por esta razón una de las mentes que con más alegría afrontaba el tercer lunes del año era la del propio Arnall que, gracias a sus escasos escrúpulos, vio engordada su cuenta bancaria. El neurocientífico de la Universidad de Cardiff, Dean Burnett, ha calificado la ecuación de Arnall de farsa burlesca así que, nada de nada. Que cada cual siga su vida, con el recuerdo de los buenos momentos vividos y de los que nos faltan por vivir.
RAFAEL FABREGAT
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