Naturalmente en Japón hay hoteles de todas las categorías, algunos de ellos a precios desorbitados, pero nadie se extrañará si vas a un Hotel Cápsula. Como he oído decir a ciertos personajes, la habitación de un hotel o el camarote de un barco cuando vas de crucero, solo es para dormir y por lo tanto no importa su tamaño, su diseño o las vistas. No es esa mi opinión pero, si eres de los que piensa de este modo, cuando vayas a Japón la mejor opción es un Hotel Cápsula. Te ahorrarás un buen dinero pues cuesta un 5% de lo que vale una habitación en hotel de 5 estrellas. Estás como en nicho de cementerio pero, eso sí, en plantas distintas al "cementerio" dispones de todos los servicios de un moderno hotel, tales como lavandería, sauna, masajes, salón de juegos, etc.
Vaya, esto me ha gustado menos todavía. ¿Y si el resto de comensales está despistado?. Pues no amigos, en Japón debes esperar a que otro comensal te sirva la bebida... ¡y si tienes sed, te aguantas!. Claro que, si es el otro el que tiene sed, se aguanta también. Por lo visto, allí está muy mal visto que te sirvas tú mismo y debes esperar a que sea otro quien te llene la copa, cuando vea que la has vaciado. De todas formas, que te sirvan con prontitud no significa que debas beberte todo lo que te ponen. Esto es solo en las recepciones o comidas de empresa ya que en el ámbito familiar no hay este tipo de situaciones formales, aunque si es costumbre que sean las mujeres las que te sirven.
Bueno lo de comer en la calle no está bien visto en ningún país civilizado pero en todos los países occidentales y aunque no sea especialmente frecuente, puedes ver a alguien comiendo alguna chuchería, un snack, etc. y no llama en absoluto la atención. Sin embargo en Japón es algo muy mal visto. Comer caminando se considera de muy malos modales. Para ellos, comer cualquier cosa mientras caminas, es lo que nos parecería a nosotros el comer un plato de sopa o macarrones, pues no hacen distinción alguna entre uno u otro tipo de comida. Tampoco puedes beber mientras viajas en transporte público. La única excepción a esta regla es el hecho de comerse un onigiri o un helado. De todas formas la juventud está rompiendo estas encorsetadas reglas.
Llama especialmente la atención que en los trenes y sobre todo en el metro, haya empleados dedicados expresamente a empujar a los viajeros para que quepan más. De hecho está comprobado que, especialmente en las horas punta, las líneas de tren o de metro doblan la capacidad reglamentaria. Estos empleados, con un suelo de 10 euros/hora, tienen la misión de guardar el orden en la subida y bajada de pasajeros pero, en realidad, se ocupan de ampliar la capacidad de los vagones, al tiempo que obligan a desistir a quienes ya no caben en los mismos. Se les llama Oshiya o "empujadores" sin los cuales, en opinión de los mismos usuarios, la capacidad y el servicio se vería muy mermado.
Hacer clic para ver su actuación: https://www.youtube.com/watch?v=Yx784J-r1qo
RAFAEL FABREGAT
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