1976- LA DEPILACIÓN PÚBICA NO INTERESA.

Hubo un tiempo reciente, que todavía perdura, en el que el vello púbico se consideraba antihigiénico, una marranada de la naturaleza que debía ser eliminada. Sin embargo la naturaleza nunca se equivoca y la medicina ha venido a demostrarlo rápidamente.
Incluso dentro del mundo médico y especialmente en la cirugía, se creía aconsejable eliminar el vello en los casos de operación próxima a la zona púbica o anal. El caso es que se ha demostrado que esta operación, que se creía válida para evitar casos de infección, lo que hacía más bien era provocarlos. La eliminación del vello puede irritar los folículos pilosos, dejando heridas microscópicas abiertas. 

La depilación frecuente de esta parte del cuerpo puede causar irritaciones que, en contacto con el ambiente cálido y húmedo del lugar favorece el cultivo de bacterias y estreptococos de tipo A, además de la encarnación de pelos y consecuente celulitis vaginal. También se ha detectado recientemente entre las mujeres depiladas una considerable frecuencia de infecciones por herpes. Éstas se producen debido a la exposición de las microheridas de la depilación a los virus transportados por boca o genitales en una relación amorosa. Eso sin contar la mayor vulnerabilidad existente a contagios y propagación de enfermedades de transmisión sexual. Que no amigas, que la depilación púbica no interesa.

Como se ha dicho anteriormente la naturaleza es muy sabia y ha desarrollado el vello en ese lugar para amortiguar la fricción de la piel en el acto amoroso y evitar de ese modo una posible irritación que abra el camino a todo tipo de bacterias y patógenos no deseados. No declares la guerra a la naturaleza, en la seguridad que es guerra perdida de antemano. Como toda pieza del cuerpo humano, el vello tiene un propósito y un fin. Déjalo ahí, pues no es la asquerosidad que alguien te ha contado para obtener un beneficio. La depilación del pubis es una moda, como todas pasajera, que conlleva más problemas que beneficios. Lo natural siempre es mejor pero, para quienes lo natural les parezca demasiado, cabe añadir que en la moderación está el buen gusto. 

RAFAEL FABREGAT