La Biblia nos habla de Sodoma y Gomorra como ciudades de pecado y las ubica a orillas del mar Muerto, formando parte de la Pentápolis Bíblica situada al sur de Canaán. Allí se estableció Lot, sobrino de Abraham, hijo de su hermano Harán. Según el Antiguo Testamento, ambas ciudades se dieron al vicio y a pesar de la intercesión de Abraham, fueron castigadas por Dios con una lluvia de fuego y azufre. De hecho, mezcladas con las cenizas han sido encontradas esferas de azufre que no se conocen en ningún otro lugar del planeta. Aunque la Biblia trata la destrucción de Sodoma y Gomorra como suceso histórico, durante siglos este relato fue considerado una leyenda creada para comunicar principios morales.
Dado que el Antiguo Testamento habla de estos hechos como ciertos y que éstos juegan un papel relevante en las enseñanzas de Jesús y sus apóstoles, los arqueólogos buscaron durante décadas en la zona del mar Muerto sin encontrar vestigio alguno de Sodoma y Gomorra. En 1924 el renombrado arqueólogo William Albrigth excavó los lechos de unos ríos secos del valle de Sidin que se dirigen hacia el Mar Muerto y encontró los restos de varias ciudades. Una de ellas se llama Bab-edh-Drha y aunque parece ser una de las cinco ciudades bíblicas de la llanura, no encontró evidencia alguna para demostrarlo, salvo la presencia de las cenizas y las esferas de azufre anteriormente mencionadas.
Excavaciones posteriores en las décadas de 1960 y 70 pusieron al descubierto un muro de 60 cm. de ancho alrededor de la ciudad, numerosas casas y un templo. Fuera del recinto una gran necrópolis con miles de esqueletos, lo que demostraba la gran población allí acogida en la baja edad del Bronce, época de Abraham. Más intrigante aún la evidencia del gigantesco incendio que ocupaba toda la ciudad, tal como lo relatara William Albrigth. Un manto de cenizas de casi un metro de grosor. Incluso a un kilómetro de la ciudad los restos de casas encontradas tenían aquel mismo aspecto. El fuego parecía haber empezado por el techo de estas construcciones, se derrumbaría hacia el interior y prendería toda la casa.
Así todas las casas excavadas, coincidiendo con el relato bíblico de que el fuego cayó del cielo. Aunque no es posible demostrarlo, los arqueólogos están convencidos de que se trata de la ciudad de Sodoma. Lo cierto es que siguiendo camino hacia el sur de Bab-edh-Drha hay restos de otras cuatro ciudades, hoy denominadas Numeria, es-Safi, Feifa y Khanazir. En tres de ellas se dan las mismas características respecto a estar cubiertas de cenizas con restos de azufre y haber sido abandonadas entre el año 2450 y el 2350 a.C. Para muchos arqueólogos está claro que Bab-edh-Drha es Sodoma, Numeria es Gomorra y es-Safi el pueblo de Zoar en el que Lot y sus hijas se refugiaron temporalmente.
En muchos lugares de Numeria (Gomorra) las cenizas tenían hasta dos metros de espesor, lo que haría totalmente imposible su reconstrucción. Según la Biblia el fuego solo destruyó cuatro de estas cinco ciudades ya que (siguiendo las indicaciones de los ángeles) Lot y su familia marcharon hacia Zoar (es-Safi) y ésta no se incendió. De todas formas, aunque Zoar no fue destruida por el fuego, también fue abandonada en el mismo periodo. El propio Lot y sus hijas buscaron refugio en una cueva de la montaña. No sabemos si fue castigo divino pero desde luego la zona fue arrasada por el fuego. ¿Que sucedió realmente?. En aquellos tiempos, tal como sucede todavía hoy en Bakú (Azerbaiyán) la zona del Mar Muerto era un valle cubierto de charcas de asfalto, petróleo rebosante y quizás algunos escapes de gas natural. Una auténtica bomba de dimensiones colosales cuya espoleta bien pudo ser un meteorito, como apuntan investigadores de la Universidad inglesa de Bristol. La gigantesca explosión levantó varios kilómetros cuadrados de terreno, abrasando los cuatro pueblos ubicados en sus proximidades...
RAFAEL FABREGAT
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