Al contrario del homosexual de nacimiento, la gente que lo es por vicio no suele caer bien a nadie, pero es su vida y su derecho. Naturalmente esas personas no son homosexuales, sino viciosas y no nacen, sino que se hacen. Por cuestiones clínicas, está fuera de toda duda que el homosexual nace. Es una pequeña tara cerebral que, en ningún caso, afecta a la salud del indivíduo. ¡Mientras uno esté conforme con lo que tiene...! Claro que el pequeño defecto se convierte en un verdadero problema cuando el sujeto en cuestión no está conforme con el cuerpo que ha recibido al nacer. Sentirse hombre y tener cuerpo de mujer, o viceversa, tiene que ser un verdadero problema cuya solución es difícil y pocas veces satisfactoria.
Ante la imposibilidad de dar solución al defecto cerebral, en los casos más radicales, no cabe otra opción que corregir a la naturaleza como buenamente se pueda, tarea difícil, arriesgada y de dudosos resultados. Se llama disforia de género y naturalmente se opera, claro que se opera, pero con un resultado que no suele ser el que se esperaba. Convertir a un hombre en mujer o a una mujer en hombre no es tan fácil como algunos cirujanos pretenden hacernos creer. Cortar aquí y pegar allá no puede en modo alguno reemplazar a la naturaleza. Más que un cambio de sexo, en general son apaños que dan más problemas que satisfacciones.
Implantar órganos femeninos en un cuerpo masculino es imposible y también lo contrario lo es. En la mayoría de los casos el resultado es una verdadera chapuza. Vulvas construidas con pellejos de pene y escroto o penes que se endurecen con una bomba de aire...(!) ¿Es realmente eso lo que se buscaba?. La ciencia sabe mucho, pero todavía es incapaz de fabricar e implantar con una mínima perfección órganos sexuales allí donde la naturaleza no quiso que estuvieran. Siento mucho desilusionar a los lectores, pero cortar "lo que sobra" no es ninguna solución, como tampoco lo es el pegar lo que uno no tiene al nacer. Ser hombre o mujer es mucho más complicado que tener o no un pene entre las piernas, y eso de hincharlo con una bomba de aire... es lo mismo que mear y no echar gota. Casi de risa. Para que un gay de tendencia femenina sea feliz con otro gay de tendencia masculina, no hace falta cortar ni pegar nada.
Lo fundamental es lo que uno sienta, no lo que uno tiene. Por lo tanto, soy de la opinión que pretender cambiar la naturaleza no puede en ningún caso ser una buena idea. Más que nada por el peligro de la intervención y las escasas posibilidades de satisfacción sexual que con tal medida se puedan alcanzar. Con toda seguridad para alcanzar esa satisfacción es mucho más seguro quedarse con lo que uno tiene. Que uno se sienta mujer y tenga un buen pene no tiene por qué impedirle ser feliz y lo mismo sucede en el caso contrario. ¿Por qué tiene que estorbar un pene entre dos "mujeres" que se quieren?. Yo diría que es el consolador perfecto... Hombres pueden convivir (y conviven) con hombres y mujeres con mujeres sin necesidad de operarse. Seguramente pasándoselo tan bien como pueda hacerlo una pareja convencional de hombre y mujer.
No hay razón alguna pues, para arriesgar la salud y la vida. En la acera de enfrente y que nadie tome a mal esta frase, que bien puede ser textual, siempre podrás encontrar el amor. Como tú hay muchos más de los que puedas imaginar y encontrar a alguien que te haga feliz es relativamente fácil, tengas lo que tengas entre las piernas. Sin embargo del cerebro no se manda y cuando hay un desajuste cerebral importante, a más de cuatro se les hace muy cuesta arriba vivir con el sexo que la naturaleza le ha dado. De todas formas, antes de ir al cirujano, yo iría al psicólogo. Difícil papeleta, está claro, pero hay problemas de salud física o psíquica mucho peores que la gente soporta con serenidad y valentía. Muchas veces no queda otra.
RAFAEL FABREGAT
No hay comentarios:
Publicar un comentario