Ya cruzado más de la mitad del desierto del Sáhara y a pocas jornadas del valle del Nilo, la tormenta de arena sorprendió al ejército enterrándolo para siempre. Entendidos egiptólogos no creen tal posibilidad pero lo cierto es que nada más se supo de aquel gran número de soldados. Lo único claro es que diferentes expediciones de investigadores han encontrado restos de huesos humanos en gran cantidad y lugares diferentes. Se cree por tanto que a la vista de la tormenta el ejército se dispersaría pero no pudo escapar.
Junto a ellos armas, artefactos de todo tipo y antiguas vasijas portadoras de alimentos de la época de Cambises. Dos mil quinientos años después, una última expedición de alumnos y profesores de la Universidad de Lecce dice haber descubierto cantidad injente de huesos, armas y joyas semi-enterradas en el desierto del Sáhara que bien podrían corresponder a aquel ejército desaparecido.
A poco que se escarbe, cientos de huesos, armas de bronce, amuletos y brazaletes aparecen bajo la arena que un día ya muy lejano se supone les enterró a todos.
Naturalmente esta es la hipótesis, una más, pero no hay prueba alguna de que se trate del citado ejército de Cambises, ni de que la arena fuese el desencadenante de la tragedia.
Son muchas las leyendas sobre su desaparición y muchos también los libros y novelas que mencionan este hecho nunca contrastado. Las dudas son muchas, pero ninguna prueba que certifique que los restos encontrados sean los de aquel histórico ejército. De hecho ya se encontraron en otros lugares huesos a los que también se atribuyó ser el ejército desaparecido.
A toda esta incógnita se suma también el interés de las agencias de viajes en atraer visitantes a la zona. Todo gira alrededor del dinero y es este mismo el que repele cualquier vestigio de verosimilitud.
¡Solo los necios creen saber la verdad de las cosas!.
RAFAEL FABREGAT
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