Qin Shi Huang creó un sistema de gobierno absoluto y centralizado en su persona, como emperador único de China. Abolió el feudalismo y dividió el imperio en provincias regidas por gobernadores civiles y militares. Construyó nuevos e importantes caminos que las conectaron entre sí y unificó para todo el Imperio la ley monetaria y la de pesos y medidas. Para mantener dichos caminos en perfectas condiciones, ordenó la estandarización del ancho de ejes de carros y carruajes y creo equipos de mantenimiento en dichas vías. Unificó también la escritura e inició la construcción de la Gran Muralla. Pese a tan buenos augurios el primer emperador tan solo duró quince años en el poder, al ser derrocado en el 206 a.C. por la dinastía Han que si consiguió mantenerse en el tiempo. En los cuatro siglos que duró esta dinastía en el poder, el confuncionismo se convirtió en la ideología oficial del Imperio, pero el año 220. d.C. el Imperio fue dividido en tres reinos diferentes: Wei, Shu y Wu. Se iniciaba una época de desunión fomentada hasta por seis dinastías diferentes que reinaron en los cuatro siglos siguientes, hasta que en el año 589 la dinastía Sui derrotó a sus rivales e inició la nueva unión de los diferentes territorios.
Con el gobierno de la dinastía Sui se conectaron diferentes canales, creando el Gran Canal fomentando la irrigación de nuevas tierras y se favoreció el control del Imperio con la creación de Departamentos y Ministerios, con tal efectividad que apenas se corrigió hasta la Revolución de Xinhai en 1.911. Tampoco la dinastía Sui sería eterna y en el 618 fue derrotada por los Tang que ocuparían el trono durante tres siglos. Su caída en el año 907 fue seguida de tiempos convulsos. Grandes agitaciones incontrolables que fueron inscritas en la Historia como el tiempo de las Cinco Dinastías y Diez Reinos. Aprovechando el caos existente, en el año 1.279 china fue invadida por el Imperio Mongol y conquistada en su totalidad, aunque dicha dominación apenas duraría un siglo escaso. En el 1.368 se pone fin al dominio mongol y da comienzo al llamado Imperio Tardío. Una combinación de desastres naturales y especialmente la aparición de la peste, produjo una drástica reducción de la población y la consiguiente miseria asociada a la misma. Todas estas desgracias, unidas al odio natural a los invasores, fomentó rebeliones y duros enfrentamientos por todo el país.
El líder rebelde Zhu Yuanzhang se enfrentó en numerosas ocasiones y un ejército cada vez mas numeroso acabaría devolviendo a los mongoles a sus tierras de procedencia. Aquel líder rebelde sería quien formaría la Dinastía Ming. Casi tres siglos (1368-1644) ostentarían los Ming el poder, en una Era considerada de máxima estabilidad. Bajo esta dinastía se construyó la primera gran flota y un ejército permanente de un millón de efectivos. Fue desarrollada la mayor parte de la Gran Muralla y se creó la Ciudad Prohibida. La favorable situación económica propiciada por las relaciones comerciales con países europeos (España, Portugal, Holanda, etc.) dio lugar a un gran crecimiento de la población que llegó a los 200 millones de habitantes. En las primeras décadas del siglo XVII, últimas de gobierno Ming, el comercio mermó y el flujo de plata hacia las arcas imperiales se redujo considerablemente. Los motivos fueron varios: la Pequeña Edad de Hielo, epidemias y otros desastres naturales mermaron la productividad del país y la escasez de los propios alimentos favoreció a los líderes rebeldes su lucha contra la autoridad de los Ming. Aunque ya hubo diferentes rebeliones en décadas anteriores los Ming siempre lograron atajarlas pero la amenaza actual era mayor.
Sin tropas suficientes, los generales Ming derrotados fueron elevados a príncipes feudales y otros cargos de gobernación en territorios de China meridional. Pronto los generales pretendieron la autonomía y se rebelaron al no serles concedida, lo que llevó a una guerra que duró ocho años sin que Kangxi cediera un solo punto a los rebeldes. Llevó a cabo campañas militares contra el Tíbet, Dzungars y Rusia; casó a una de sus hijas con el Khan mongol Ghordun para evitar conflictos militares y conquistó Taiwan. A finales del siglo XVII China estaba en la cumbre de su expansión territorial. Después vinieron otras ambiciones y luchas. Conquistas, reconquistas, golpes de estado, alianzas y traiciones hasta que, a finales del siglo XIX la situación se tornó insostenible. El 10 de Octubre de 1.911 se produjo el Levantamiento de Wuchang y el día 30 del mismo mes se sublevaron en Kunming. Lejos de defender la ciudad, la mayor parte de los soldados se incorporaron a las filas rebeldes. Xuantong, último emperador Qing, abdicó oficialmente el 12 de Febrero de 1.912 aunque reservándose el tratamiento de emperador. Tras el golpe de estado del general Feng Yuxiang (5 Noviembre 1924) este artículo fue anulado y Xuantong expulsado de la Ciudad Prohibida aquel mismo día. El Imperio Chino había finalizado y daba comienzo una nueva era, la de la República Popular China.
RAFAEL FABREGAT
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