Mientras Ángela Merkel y Mariano Rajoy se zampaban los "solomillos al cabrales", celebrando no se sabe qué, Mario Draghi comparecía ante la prensa para anunciar lo que todos sabíamos: "Dinero sí, pero cuando España lo pida y tras la firma de un rescate puro y duro".
Sin duda alguna yo debo ser más tonto que los demás porque, automáticamente, bajan los intereses de la Deuda, sube el Ibex y aterriza la Prima de riesgo. En mi ignorancia me pregunto yo qué es lo que ha pasado para que el dinero, que dicen es el más culto de los sabios, presente tan drástico proceder. Nada más obediente que el dinero, cuando recibe las órdenes de quienes manejan el cotarro...
Lo siento, no lo entiendo. No veo yo novedad alguna, salvo que se ha dicho en alta voz lo que todos ya conocíamos de antemano.
Lo siento, no lo entiendo. No veo yo novedad alguna, salvo que se ha dicho en alta voz lo que todos ya conocíamos de antemano.
Será pues una cuestión de sensatez, de cauta prudencia, que es la mayor virtud que tiene el dinero.
No puedo entender que por ocurrir lo que todos sabíamos que iba a pasar y hacerlo (desgraciadamente) en las condiciones que todos nos temíamos, haya algo que celebrar.
Habría algo que celebrar si Europa, con los dos elementos aludidos a la cabeza, hubieran opinado que las medidas adoptadas en España por nuestros políticos de turno son las correctas, necesarias y suficientes.
De ser así, Europa nos hubiera otorgado su confianza y consiguiente compra de Deuda sin tener que llegar a un "Rescate puro y duro" cual si fuéramos leprosos de los que hay que guardarse. Pero esto no ha sido así. Esto me indica que ellos están muy lejos de creer en la suficiencia de las medidas llevadas a cabo y mucho menos en nosotros los españoles que, como de sobra sabemos, tenemos fama de holgazanes, demasiadas veces merecida. Mario Draghi lo ha dejado claro: el BCE comprará deuda española cuando España lo pida. ¡Pero en las condiciones que se le requieran!. Es lo que hay. Aunque nos pique y tengamos que rascarnos, no digo yo que hagan mal en desconfiar, porque si nosotros estuviéramos en su lugar... probablemente haríamos lo mismo, o peor.
¡Es su dinero!. No hay que salir de España para oír duras críticas sobre la "divertida forma de vivir" que tienen algunos elementos que a veces llenan comunidades enteras.
De ser así, Europa nos hubiera otorgado su confianza y consiguiente compra de Deuda sin tener que llegar a un "Rescate puro y duro" cual si fuéramos leprosos de los que hay que guardarse. Pero esto no ha sido así. Esto me indica que ellos están muy lejos de creer en la suficiencia de las medidas llevadas a cabo y mucho menos en nosotros los españoles que, como de sobra sabemos, tenemos fama de holgazanes, demasiadas veces merecida. Mario Draghi lo ha dejado claro: el BCE comprará deuda española cuando España lo pida. ¡Pero en las condiciones que se le requieran!. Es lo que hay. Aunque nos pique y tengamos que rascarnos, no digo yo que hagan mal en desconfiar, porque si nosotros estuviéramos en su lugar... probablemente haríamos lo mismo, o peor.
¡Es su dinero!. No hay que salir de España para oír duras críticas sobre la "divertida forma de vivir" que tienen algunos elementos que a veces llenan comunidades enteras.
El per, el par, los vinos, la cerveza fresca de buena mañana y las manzanillas por las tardes. Siempre con tapa, ¡como tiene que ser!. Y mientras tanto, media España matándose a trabajar (con menos jornal y más horario) o escarbando los contenedores de basura para matar el hambre. Aparte la típica pillería española, yo siempre digo que los que tienen dinero no es porque lo roban, como dicen algunos, sino porque son listos y saben ganarlo. ¡Y sobre todo, guardarlo!. Justamente por eso es por lo que me extraña que unas simples palabras, cuyo contenido todos sabíamos antes de producirse, sean suficientes para hacer que todo el horizonte macroeconómico cambie en escasos minutos. Tal actuación me da a entender que los listos no son tontos, pero tampoco son tan listos como yo me imaginaba y no creen en el agua hasta que no ven llover, lo cual merma sus beneficios.
Bien, pues ya está. Nos han dicho que el rescate está a nuestra disposición, pero si lo cogemos tendremos que sudar tinta.
Bien, pues ya está. Nos han dicho que el rescate está a nuestra disposición, pero si lo cogemos tendremos que sudar tinta.
¿Es que alguien dudaba que España tuviera derecho a pedirlo, como antes ya lo pidieron otros y que si lo cogíamos sudaríamos tinta?. Vamos, es que... ¡no entiendo nada!. Para bien o para mal estamos en ese barco y tenemos por tanto todos los derechos pero también todas las obligaciones. Si alguna vez queremos ser como ellos, habremos de dejar en la cuneta la típica picaresca española y ponernos en serio a trabajar. Algunos seguramente dirán ¿más todavía?. Pues no amigos, no. Los que ya lo hacen que sigan como hasta ahora e incluso que pidan mejoras económicas o laborales. Cuando digo ponerse a trabajar me refiero a los que teniendo ofertas de trabajo las desprecian porque "no les interesa" puesto que viven de la picaresca de cobrar el paro y trabajar en negro . Que tengan en cuenta esos desconsiderados haraganes que los que trabajan normalmente son quienes les alimentan de forma solidaria y sin merecerlo.
En su visita, Ángela Merkel ha dejado claro lo que ya estaba antes de su llegada. Dinero sí, pero con condiciones. Más reformas y más recortes. Europa se niega (y hace bien) a alimentar zánganos. Ellos trabajan para vivir mejor y para hacer grande su país, no para engordar vagos y quien no pueda entender su postura es porque es uno de esos vagos que jamás será capaz de levantar un gato del rabo. Es normal que quien es incapaz de trabajar, siquiera para alimentar a su familia y a sí mismo, pueda comprender lo que significa (además) trabajar cada día una hora más para alimentar al vecino que (mientras tanto) está en la taberna tomando vinos. No amigos, ese no es el camino hacia la libertad, sino hacia el abismo. Un abismo al que no estamos abocados, sino ya caídos en el fondo. Ya no podemos pues evitar la caída pero, ya que tenemos tanto orgullo para decir que nos calzamos por los pies, tengamos también cojones para salir del infierno en el que nosotros mismos nos hemos metido.
No todos (que esa es otra) pero si demasiados...
RAFAEL FABREGAT
En su visita, Ángela Merkel ha dejado claro lo que ya estaba antes de su llegada. Dinero sí, pero con condiciones. Más reformas y más recortes. Europa se niega (y hace bien) a alimentar zánganos. Ellos trabajan para vivir mejor y para hacer grande su país, no para engordar vagos y quien no pueda entender su postura es porque es uno de esos vagos que jamás será capaz de levantar un gato del rabo. Es normal que quien es incapaz de trabajar, siquiera para alimentar a su familia y a sí mismo, pueda comprender lo que significa (además) trabajar cada día una hora más para alimentar al vecino que (mientras tanto) está en la taberna tomando vinos. No amigos, ese no es el camino hacia la libertad, sino hacia el abismo. Un abismo al que no estamos abocados, sino ya caídos en el fondo. Ya no podemos pues evitar la caída pero, ya que tenemos tanto orgullo para decir que nos calzamos por los pies, tengamos también cojones para salir del infierno en el que nosotros mismos nos hemos metido.
No todos (que esa es otra) pero si demasiados...
RAFAEL FABREGAT
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