14 de junio de 2012

0711- EL MAUSOLEO DE HALICARNASO.

Mapa del mundo de Herodoto (484-425a.C.)
Este impresionante monumento mereció, a los ojos de Filón de Bizancio, ser la quinta maravilla del mundo hacia el año 200 a.C. pero veamos su historia...
Mausolo era hijo de Hecatomno, un aristócrata que había obtenido la satrapía de Caria en el año 392 a.C. de manos del rey persa Artajerjes II, más interesado en el control de Egipto. A la muerte de su padre, Mausolo fue nombrado sátrapa de Caria, cargo que ostentó desde el año 377 a.C. al 353 a.C. Aunque en principio tenía su corte en Milasa, hacia el año 370 a.C. Mausolo la transladó a Halicarnaso y ante la presencia de tan poderoso personaje la población aumentó considerablemente al tiempo que sus murallas fueron fortificadas. De entre todos los monumentos de la ciudad pronto destacaron el Anfiteatro y la tumba que Mausolo mandó construir junto al mercado y que pronto sería conocida con el nombre de El Mausoleo, nombre propio que siglos después pasaría a hacerse común.

Mausolo I
Mausolo quería reinar sobre la más bella ciudad y a tal efecto aplicó grandes impuestos a los ciudadanos a fin de levantar grandes edificios y embellecer calles y plazas con multitud de estatuas helenísticas. Sin embargo su reinado tan solo duró 25 años y no pudo ver acabada la gran obra. A su muerte, quedó el poder en manos de Artemisa II de Caria, su hermana y esposa, siendo ella la que ordenó que la tumba de Mausolo fuera la más impresionante que jamás se hubiera construido y a tal efecto destinó el dinero recogido con los impuestos para embellecer la ciudad. Buscó a los mejores escultores de Grecia, algunos de los cuales trabajarían posteriormente en el Templo de Artemisa. El monumento se encontraba dentro de un gran patio coronado por dioses y guerreros a caballo y en el centro la gran estructura escalonada, construida en mármol blanco y que alcanzaba los 45 metros de altura. Sus escultores fueron Briaxis, Escopas, Leócares y Timoteo.

A Artemisa todo le parecía poco para honrar a su hermano y marido. Su adoración era tan exagerada y tan profundo era el dolor que le causara su perdida que se dice que cada día tomaba con la bebida parte de sus cenizas. Obligó a los más importantes retóricos griegos a proclamar en su oratoria alabanzas a Mausolo pero nada la hizo renacer de tan trágico dolor y poco a poco fue apagándose muriendo el 351 a.C. dos años después de la muerte de su esposo y un año antes de finalizar el grandioso monumento funerario. Se cree que también sus restos reposarían en aquel idílico mausoleo.  
La primera de las tres plataformas de que constaba la base del mausoleo estaba decorada con escenas de guerra, de griegos contra toda clase de seres mitológicos, talladas en la misma piedra. La segunda estaba coronada por decenas de estatuas que representaban a dioses y reyes. 
En la tercera nuevas escenas de combatientes a caballo defendían el monumento. 

Sobre la última plataforma estaba el mausoleo en sí, rodeado por 36 columnas, diez por cada lateral a excepción de la que tenía la entrada de acceso al mismo. El mausoleo estaba rematado con una cubierta piramidal y sobre el centro de la misma se coronaba el monumento con una cuadriga gobernada por las estatuas de Mausolo y Artemisa, tirada por cuatro magníficos caballos. La gran tumba de Mausolo se mantuvo en pie durante más de 1.500 años, siendo derrumbada finalmente por un terremoto sucedido entre los siglos XIII y XIV de nuestra era. Semejante obra no pudo restaurarse y en el año 1.404 el Mausoleo era un simple montón de escombros donde solo la primera plataforma era reconocible. Todo se mantuvo igual hasta que en el año 1.494 los Caballeros de la Orden de Malta fueron utilizando parte de sus materiales para acabar el llamado Castillo de San Pedro el Libertador, que estaba en las proximidades. 

Tras el ataque de Solimán el Magnífico en 1.522 lo destrozos del castillo fueron tan notables que la práctica totalidad de los restos que quedaban del Mausoleo fueron utilizados para la reconstrucción del citado Castillo de Halicarnaso, también llamado Castillo de Brodum. Con este último uso de sus materiales, la quinta maravilla del mundo antiguo desaparecía prácticamente por completo. En dicho castillo están pues los restos de aquel grandioso "mausoleo", utilizado finalmente como cantera de los Caballeros de San Juan. En esta última foto vemos el lugar exacto del emplazamiento del monumento y algunos restos que quedaron del expolio. Estas son las últimas piedras que quedan de "La quinta maravilla del mundo antiguo".

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2 comentarios:

  1. gracias por la información. me gusto esta bien explicado.

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  2. Siempre a tu disposición y a la de todos mis lectores. Gracias.

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