Algunos (muchos) nos tiramos de los pelos cuando vemos televisiva o directamente un matrimonio gay, bien sea de hombres o de mujeres, pero no deberíamos. Podrán haber mil formas de justificar esa fobia a los "desarreglos" de la naturaleza, pero lo cierto es que son fenómenos que han ocurrido siempre, como han ocurrido otros de tipo físico. ¿No es acaso un fenómeno extraño que alguien tenga más o menos dedos de los que son normales? ¿No es acaso más problemático nacer pegado a tu hermano y con dificultades quirúrgicas de separación? Porque, vamos a ver... No creo yo que pase nada si a alguien que tiene pito le gustan los hombres. Miel sobre hojuelas, dos pájaros en un solo tiro. Ignoro (o no) como funcionarán sexualmente las mujeres, pero sin duda, que no se quedarán cortas a la hora de expresarse sexualmente. Entonces... ¿Donde está el problema?. ¿En los demás...? Pues sin duda que sí.
Hace ya mucho tiempo que hemos aprendido, hasta los viejos, a pasar de los demás. Porque... ¿quienes son los demás?. ¿Es que hay alguien que esté en disposición de tirar la primera piedra?. No hay persona sin tacha, el egoísmo lo impide y el pecado también.
De todas formas también hace mucho tiempo que ha quedado claro que pecado, lo que se dice pecado, tan solo es causar daño a los demás. ¿Quien puede erigirse en juez de los demás, si hasta los jueces profesionales son pecadores?. Moralmente, también ellos transgreden las normas y bien que lo saben. ¿Qué delito es aquel que en nada perjudica a los demás, ni a sus intereses?. Gracias a Dios (si lo hubiera o hubiese) los tiempos de oscuridad han pasado a la historia y quienes la practicaron, están enterrados o próximos a serlo. ¡Por fin, aire fresco!. Con escaso y duro trabajo, pero respirando aire limpio y no el fétido aliento de los desalmados que, al amparo de las dictaduras escalaron, a lametones de culo y con hipocresía, los peldaños de su profesión.
Personalmente, no voy a decir que me parezca lógico que se casen dos hombres o dos mujeres, porque sería decir mentira. La verdad es que lo veo extraño. No es así como nos lo han enseñado y, como mínimo, se nos hace raro. Sin embargo, lo he dicho siempre, lo mejor de un estado democrático es la libertad. Siempre y cuando no afecte al bienestar y a los intereses de los demás, cada cual que haga lo que considere oportuno.
Por muy raro que me parezca, ¿en que me perjudica a mí que dos hombres se casen?. ¡Pues allá cada cual!. Sin embargo ellos deben entender que la cosa... normal, lo que se dice normal, no es.
Que no tomen a mal si alguien se les queda mirando, porque la cosa tiene miga, ¡pero nada más!.
¿Es acaso más lícito, que la mayor parte de las parejas de hoy marchen a vivir juntos sin casarse?. Digan lo que digan, tampoco eso es lo que nos han enseñado nuestros mayores.
Es lo mismo que hacen los adolescentes que con 12/14 años quieren que sus padres les permitan salir un sábado de discoteca...
¡Todos mis amigos también van! -dicen ellos(as).
Perdona, perdona... ¡Todos no van, a esa edad!. Pero claro, tú quieres ser de los que sí van...
Antes, también había de todo. Incluso había algunos (pocos) que no se acostaban juntos hasta después de casarse. ¡Cosas raras, como raro es que ahora vivan juntos sin compromiso alguno!. Porque no me negarán que, al menos en los pueblos, la mujer no queda perjudicada y mucho, en caso de ruptura. Los jóvenes de hoy son mucho más comprensivos en este tema, pero a nadie le gusta ser plato de segunda y menos de vigésimoquinta mano. Sobre el papel, la juventud de hoy es muy liberal... Todos quieren estar con cincuenta tías, pero a la tuya que no la haya tocado nadie. ¿O no es así?. Bueno, como de costumbre, ya me voy por los cerros de Úbeda. Porque la cosa iba de gays y de matrimonios... Bueno, bueno, pues volvamos al redil... ¿Qué pasa?. ¿Por qué no pueden casarse los gays?.
¿Antinatural, aberración contra-natura...?. Paparruchas. ¡Dejadles que se casen!. Igual sucede que son más fieles que las parejas heterosexuales y nos brindan un ejemplo a seguir...
No se sabe por qué razón pero seguramente, habremos de volver al tema cultural, nos parece más natural que dos mujeres se besen en público; sin embargo se nos hace muy raro ver besarse a dos hombres. ¡Incluso nos da repelús!. ¿Que le vamos a hacer?. Si esto de la democracia y la libertad continúa, con el tiempo, ¡a lo mejor...! A mí es que las mujeres guapas, me parecen mucho más guapas que los hombres, pero ¡claro! cada uno ve las cosas a su manera.
¿Besar a un hombre, yo?. ¡Puag, que asco!. Es que ni me lo imagino. ¡Solo faltaría que llevara bigote...!
RAFAEL FABREGAT
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