Al circo del PSOE le crecen los enanos pero, así y todo, quiero felicitar al gobierno por la comparecencia del ministro de Fomento (Blanco) primero y por la del Vicepresidente (Rubalcaba) después. Era de obligado cumplimiento que, ante los acontecimientos llevados a cabo por el Sindicato de Sinvergüenzas, (perdón) quiero decir de Controladores Aéreos, alguien diera la cara y el Sr. Blanco salió a darla, prometiendo medidas que paliaran la situación, como así sucedió.
El personal, jodido como está ante la dramática situación por la que está atravesando la economía española, cuando tiene unos días disponibles y cuatro perras para gastar, quiere desconectar marchándose allá donde le viene en gana, olvidándose por unos días de todo y de todos. No son discursos lo que quiere sino soluciones y las aerolíneas, ajenas al conflicto, normalmente se desentienden y el viajero, ante una huelga salvaje e imprevista como la presente, se queda tirado en el aeropuerto habiendo de decidir si quedar a la espera de soluciones o marchar a su casa.
Hace ya muchísimo tiempo que la gente tiene su opinión y una idea clara de los elementos que forman el colectivo de Controladores. Mimados del sistema que ganan, en un solo día (6 horas) de trabajo, lo mismo que otros cavando zanjas durante todo un mes, bajo el sol, el frío o la lluvia. Y encima, malcontentos. Eso, señores, no se puede permitir y la opinión pública creo que lo ha dejado bien claro.
Son gente especializada, pero tanto o más lo está el médico que cuida de nuestra salud y no gana ni la mitad, con muchas más horas y esfuerzo.
¡Están estresados...! -dicen los holgazanes. También lo están los maestros de escuela, especialmente los de secundaria, que tienen que aguantar cada día todas las cabronadas que unos alumnos, mal educados por sus padres, prepotentes y sin ética les inflingen... ¡y todos los días al tajo! con la vigésima parte (si llega) del sueldo que los controladores reciben.
¡Ya está bien...! Creo que esta ha sido la gota que ha colmado el vaso y, si mucho no me equivoco, de la golfería realizada estos días tendrán que arrepentirse ellos y todos los que vendrán detrás.
¡Estaban de baja, señores! Tenían baja la vergüenza, la autoestima, la profesionalidad, la consideración hacia los demás, la responsabilidad ante hechos y necesidades de fuerza mayor que tantas veces se cubren a través de los medios aéreos.
Para estar de baja hay que presentar un Parte firmado por un médico que, a través de dicho documento, se hace responsable de la veracidad que en dicha baja se acredita. Pues bien... ¡Los "enfermos imaginarios" a la puta calle y el médico que ha firmado la baja también! Que ni uno ni otro puedan ¡jamás! ejercer su profesión. Es una necesidad inaplazable que esta profesión no sea un club de privilegiados. Que el Gobierno promocione la libre preparación de Controladores y que establezca un sueldo equitativo a su trabajo y a la responsabilidad que para el mismo se requiere. Que para cubrir las necesidades nacionales de controladores haya oferta laboral suficiente al respecto y que se les pague el jornal adecuado a su dedicación y a su capacidad, que nadie duda es mucha, pero no la suficiente para cobrar 200, 300 y hasta 600.000 € al año, por 6 horas de trabajo al día que es otra de sus exigencias. Que ganen lo que gana un especialista de élite, como nadie duda que ellos lo son, pero nada más y por supuesto, que haya la misma facilidad que hay en otras profesiones, no solo para acceder a un puesto de trabajo, sino para despedir a quien no valga.
Una buena solución, para ésta y otras muchas profesiones plagadas de holgazanes, sería la privatización. Al respecto, mi opinión es que el Gobierno no debería tener otra preocupación que la de gobernar. Administración, Sanidad, Educación y Defensa como pilares básicos y control general de todas las ramas que de ahí se derivan. Todos sabemos que no todo puede dejarse en las manos del sector privado, ya que se crearían abusos insoportables. El control del Gobierno es necesario en muchos sectores, pero no necesariamente es obligado que sea éste quien lleve las riendas, sino tan solo el control; la vigilancia que garantice los derechos de todos los ciudadanos, pero nada más. Aún llevando las riendas, vemos cada día que los abusos se suceden y nadie duda que el sector privado controlaría mucho mejor situaciones como las producidas estos días por el colectivo de controladores. Llevamos muchos años denunciando los abusos de los que mandan, pero también los que "obedecen" abusan cuando pueden. Parece ser que es innato de la condición humana.
Aunque no comulgue con las "ruedas de molino" de los socialistas y aunque personalmente todavía me guste menos el "dúo dinámico" que componen los históricos Blanco y Rubalcaba, alabo la rápida comparecencia del primero en los medios de comunicación intentando calmar la situación y muy especialmente la pronta intervención del segundo en la aplicación de medidas que disparataran las abusivas intenciones de los controladores. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César...
Yo, que no he volado jamás, dudo mucho que lo haga en el futuro. Fobias aparte, creo que no me apetece dejar mi vida en manos de "cuatro locos"; gente inestable, estresada y con síntomas de ansiedad, (todo esto dicho por ellos mismos) y a lo que yo añado: sinvergüenzas irresponsables que, ganando veinte veces más que el mejor pagado de los trabajadores de nuestro país, abusa de su privilegiado trabajo de élite para exigir todavía mayores privilegios, abusando de sus conciudadanos y poniendo incluso en peligro vidas y situaciones de las que deberían ser responsables directos. ¿Dejar yo mi vida en manos de semejantes criminales? Echarlos del trabajo, como la mayoría de los afectados piden, no sería en algunos casos suficiente, sino que deberían pagar el daño causado a los casi 600.000 afectados por la brutal huelga encubierta que han protagonizado.
Bien..., hablaba yo de mi predisposición a darles un DIEZ, a los ministros Blanco y Rubalcaba por sus rápidas intervenciones con respecto a los hechos acontecidos y su valentía al poner en marcha armas de tan importante calibre como es darle al asunto categoría de "Estado de alarma general", palabras que solo suelen escucharse en situaciones de grandes catástrofes o de guerra, etc. y que son las que permiten soluciones de duro contenido y rápida resolución, pero... ¡Sí amigos, hay un pero! y es que esta huelga brutal que ha sufrido la sociedad estos días pasados, ha sido fruto de la mala negociación que el Gobierno ha hecho con el Sindicato de Controladores. Nuestros gobernantes sabrán hacer muchas cosas, pero no saben vender, algo imprescindible en un trabajo como el suyo. A eso, en términos políticos, se le llama Diplomacia pero todos sabemos que diplomacia y saber vender son sinónimos. Sin embargo, ojo al dato, vender barato no es saber vender y en este caso los compradores pedían calidad y precio.
Yo no tengo otra opinión política que ser defensor de la libertad, pero una libertad que sea respetuosa con las opiniones y derechos de los demás. Tu libertad acaba, cuando invades la del vecino.
Aunque las políticas socialistas no me gustan en absoluto, justamente porque más que sociales me parecen un nido de holgazanes, debo reconocer ahora que esta actuación para frenar la prepotencia de los controladores me ha gustado. El asunto, más o menos, ha sido como sigue:
..."A instancias de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (en adelante USCA) el gobierno se reune con los representantes de los controladores en el Ministerio de Fomento en la tarde del viernes día 3 de Diciembre. USCA siempre ha aprovechado puentes y salidas vacacionales para poner al gobierno entre la espada y la pared y ese día no era una excepción. Recaban de AENA la firma del segundo convenio en el que exigen nuevas prebendas y amenazan con la huelga, pero el Gobierno se mantiene firme y no cede al chantaje.
El punto más importante es la fórmula de reparto de la masa salarial de 480 millones de euros pidiéndose, entre otras muchas cosas, incrementos por adaptación de jornada del 4% para el año 2011 que llegan al 10% en 2014. El borrador cuya firma exigen ese día incluye también que la jornada laboral no exceda de 1420 horas anuales y nunca más de 152 horas al mes. Que los controladores que no superen las pruebas de inglés, que actualmente se exigen, marchen a su casa con el 80% de su sueldo y no al paro. Por si sus abusos hasta hoy no habían sido suficientes, USCA pide también retomar la organización del trabajo, o sea el control de los trabajadores y por lo tanto los recursos humanos de las torres de control".
Al no haber acuerdo, los representantes sindicales abandonaron la mesa de negociación y se fueron a informar a la asamblea reunida en un hotel cercano. No sabemos si el colectivo, ante la negativa del gobierno a aceptar sus pretensiones, se avendría a rebajarlas pero su sorpresa fue que cuando volvieron a las 2 de la madrugada a la sede del Ministerio de Fomento el gobierno ya había anunciado que, por real decreto, el colectivo pasaba a estar regido por la legislación laboral militar. El colectivo se dio cuenta de su error, al llevar sus pretensiones a extremos inaceptables y se asustó por las consecuencias que de ello podían derivarse. Incluso un sindicalista tuvo que ser hospitalizado por fuertes taquicardias. Una de sus últimas peticiones ha sido jornada laboral de 6 horas de trabajo y 200.000 € anuales de sueldo mínimo.
USCA nunca pensó que el gobierno pudiera llegar tan lejos pero, efectivamente el sábado día 4 se decretó el "Estado de Alarma". Los representantes legales de USCA afirman que el sindicato nunca instigó a sus afiliados a la huelga, sino que fue el comité de empresa el que adoptó esa postura para eximirse ellos mismos de responsabilidades futuras. De momento se han abierto 442 expedientes a otros tantos controladores, aunque el ministro de Fomento cree que es USCA el responsable de la falta de operatividad del colectivo. De todas formas será una investigación judicial la que determine si fue una actuación encubierta de USCA o determinación espontánea de los afiliados. Sea como fuere AENA explica que antes de finalizar el año habían de firmar el nuevo convenio y por lo tanto de no haber sido ahora habría sido en plenas Navidades, pero el objetivo de los controladores era montar lo que montaron, para hacer realidad sus pretensiones.
EL ÚLTIMO CONDILL
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