España, desesperada ante esta crisis galopante, demanda un cambio político radical que permita su recuperación. Nadie tiene la varita mágica y, posiblemente, tampoco el PP pero algo habría que hacer. Sin embargo los intereses particulares priman sobre los generales.
Todos los que pueden, intentan escapar trepando con descaro a costa de los demás. En política, sucede lo mismo que en la vida diaria. Cada cual arrima el ascua a su sardina. Todo tiene un precio en la vida y los políticos también.
El PNV siendo como es en este momento cerrojo en puerta carcomida, no lo ha puesto fácil. El cerrojo, que en este caso habla, ha dicho alto y claro:
- Te dejo pasar si me pones toda la grasa que hace falta para que la puerta funcione bien, es decir: ciento doce millones de euros de inversiones en nuestra comunidad y veinte competencias más.
El precio es elevado, casi vergonzoso, pero permite al PSOE no solo aprobar los presupuestos del próximo año, sino llegar al final de la legislatura. Sabe que el precio es injustificable pero, como no paga de su propio bolsillo y además tiene pocas posibilidades de repetir gobierno, ufano y contento ante la garantía de supervivencia que el PNV le brinda responde:
- ¡Sea!
¿Fácil...? Hombre, fácil lo que se dice fácil, pues no creo que sea tampoco. Cuando la cosa se pasa de castaño oscuro..., supongo que los políticos también tendrán su "corazoncito" y algo de vergüenza sentirán cuando, para mantenerse en el sillón, tienen que bajarse los pantalones y aguantar que les metan, ya no solo mano, sino pie y algo más.
Pero ¡Ah!. Abierta la puerta principal de la casa, la ventana de Coalición Canaria también se convierte en pieza importante y necesaria. No hay problema, éstos tampoco tienen vergüenza y, cuando el asunto interesa, ponen su precio... ¡Más de lo mismo!, hay que aprovechar la coyuntura. Sin embargo, sabiendo que se enfrentan a su electorado, salen a dar explicaciones.
Paulino Rivero dice a los canarios:
- Con nuestro apoyo España gana y Canarias también. Imagino que hubiera querido decir ¡Canarias más!, pero no ha querido morder la mano que le da de comer. Al parecer el resto de los españoles no cuenta. ¡Que les zurzan! Las ocasiones hay que aprovecharlas y este es su momento. Sin embargo solo ha dicho media verdad...
Canarias gana inversiones y transferencias, al tiempo que España pierde la oportunidad de que los ciudadanos decidan si quieren seguir con lo que tienen o, por el contrario, quieren introducir un cambio de rumbo. Si el día de mañana hay cambios de gobierno y el rumbo de la nave se endereza, estos políticos dirán con toda desfachatez:
- Estas mejoras ya las conseguimos nosotros, un año atrás.
Vale, vale, pero... A costa del resto de los españoles.
EL ÚLTIMO CONDILL
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