11 de septiembre de 2025

3218- EL MAYOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO.

Proyector sin motor (con manivela) Kodak Scope 1906.
El día 14 de Mayo de 1896 fue de gran esplendor para la capital de España. Madrid celebraba las tradicionales Fiestas de San Isidro, con corridas de toros, verbenas y bailes populares a los que se unió uno de los acontecimientos más novedosos del momento: El invento del cinematógrafo. Todo eran novedades en aquel mágico año para la ciudad de Madrid. El tranvía de mulas había sido eliminado y se habían puesto en circulación otros más modernos de tracción eléctrica. La electricidad también era un invento reciente que había de llegar muy pronto a los domicilios de todos los madrileños y de toda España. Hacía poco más de una década que, con motivo de la boda del rey Alfonso XII con su prima María de las Mercedes de Orleans, se había instalado la electricidad en la Puerta del Sol.

1ª cámara cinematográfica de los Hnos. Lumier.
Aquello no había hecho más que empezar. La primera proyección comercial se había llevado a cabo en París, el día 28 de Diciembre de 1895. El invento había sido patentado por los hermanos Lumier y mostrado en la Exposición Universal de París del año 1900. Las películas que se mostraron habían sido rodadas por los hermanos Lumier y proyectadas en una pantalla de 16x21 metros. Su primera película fue un auténtico suspense para los espectadores ya que no podían evitar el confundir la realidad con la ficción y al visualizar (por ejemplo) un tren que se acercaba, era frecuente que algunos espectadores se levantaran de sus asientos para huír en desbandada. Muchos fueron los españoles que se sumaron a la industria del cine fabricando cámaras de filmación y proyectores. 

Moto OSSA 125 c.c. del año 1957.
El principal fabricante español de material cinematográfico fue la empresa OSSA de Barcelona, también fabricante de motocicletas que los mayores hemos visto correr por las calles de nuestros pueblos y ciudades en la década de 1950-60. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? -dirá el lector. Pues nada pero, así como hay gente que no sirve para nada, los hay que sirven para todo. En fin, a  lo que íbamos...
Uno de los operadores de cámara de los hermanos Lumier (Alexandre Promio) fue el especialista en mostrar en uno de los salones del Gran Hotel de Rusia, en el nº34 de la Carrera de San Jerónimo, el gran invento del momento. Promio convirtió la planta baja del hotel en un patio de butacas. 

Hotel Rusia donde se exhibió la primera película en España.
Todo era poco para tan gran y novedoso espectáculo. Unas filas de sillas, grandes cortinajes en las paredes y una pantalla de tela blanca, con el reproductor al fondo del salón era todo lo que se necesitaba. A día de hoy no era gran cosa, pero a todos se lo pareció, porque entonces sí lo era. Todo lo más granado de la población madrileña y los embajadores de Francia y Austria fueron invitados en primer lugar. Al día siguiente se llevaron a cabo otras sesiones para los más curiosos de la ciudad, sesiones de 15 minutos de duración al precio de 2 pesetas. Un abuso sin parangón puesto que era un dineral que muchos no ganaban con un día de trabajo. El éxito, quien lo duda, fue espectacular. Los periódicos, informaron de lo allí acontecido: Que las personas se movían, el paso de carruajes, la llegada de un tren y la ondulación de las aguas del mar, todo con una perfección que no cabía mas allá. 

Fachada Hotel Rusia. Placa conmemorativa.
Todas las imágenes fueron de gran admiración pero muy especialmente, el derribo de un muro y la llegada del tren, que arrancaron grandes aplausos. Viendo el éxito del espectáculo el Hotel Rusia pactó con los promotores un visionado para el día siguiente y otros, a las 10:00 h., a las 15:00 h. y a las 20:00 h. que se ganaron la admiración de todos los asistentes. Para que quedase constancia del hecho, se colocó una placa de mármol en la fachada de aquel Hotel Rusia que desapareció hace muchos años, pero no el edificio, que actualmente es un Centro de Salud. Allí está todavía para el recuerdo de todos los viandantes. Pocos años más tarde ya abrieron salas de proyección que tan solo cobraban 5 y 10 céntimos, según categoría de la sala. En la platea había una zona de butacas preferentes que costaban 1 real (25 cts.)

CINE ARIBAU. sala 5. la más grande de Barcelona con 1100 butacas.
Los hermanos Lumier, en agradecimiento por el éxito obtenido en España, grabaron una salida de misa de 12 en la iglesia de Las Calatravas, la del 12 de Octubre en la basílica del Pilar de Zaragoza y una exhibición de artillería de Vicálvaro. El día 12 de Junio toda la familia real al completo acudió a presenciar el tan prodigioso invento. Alfonso XII había fallecido el año anterior, pero acudió la reina regente Doña María Cristina de Habsburgo, que era la que había ordenado que se filmase la exhibición artillera. El éxito fue tal que, en poco tiempo, rebasó el de las "salas de cine" propiamente dichas y se pudo ver cine en barracas, casetas de feria y hasta en la propia calle. Incluso se le llamó "el séptimo arte". Con la llegada de los cines había llegado "el Mayor Espectáculo del Mundo".

RAFAEL FABREGAT

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