Sin embargo el título de esta entrada es una verdad a medias... Aunque nos parezca que todo está inventado, nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que, de momento, como habitantes del planeta tierra, todo lo que somos y tenemos ya hace miles de años (quizá millones) que lo tenemos a nuestra disposición. Vivimos en una especie de prisión descomunal y para aumentar nuestra disponibilidad sobre determinados adelantos técnicos, dependemos de nuestros adelantos técnicos y por lo tanto de nuestra capacidad para transformar lo que de forma natural tenemos en la tierra.
Parece increible pero, a pesar de los millones de años que el mundo es como es, apenas hace cuatro días que nuestra actividad de desarrollo ha empezado. Para bien o para mal, hasta hace bien poco y por citar un ejemplo, el hierro estaba en la tierra y el caucho en los árboles. Imposible pues hacer una simple moto, un coche o el mas simple de los electrodomésticos. Comprender y aplicar la electricidad para mover un motor o para iluminar nuestras ciudades y casas particulares era impensable menos de doscientos años atrás. Aún después de tan prodigioso invento éramos incapaces de crear una simple motocicleta en condiciones de seguridad.
A los humanos, simples mortales, nos cuesta y mucho crear algo nuevo empezando de cero, aunque bien es verdad que cuando nos dan un hilo hacemos de inmediato un jersey. La humanidad, en este espacio tan reducido, lo tenemos todo a nuestra disposición pero convertirlo en algo práctico ya no es tan simple. Somos el más inteligente de los animales que pueblan la tierra, pero nos cuesta bastante inventar.
Ya que hoy estamos hablando de MOTOS, después de miles de años el hombre tenía a su disposición un motor de explosión. Para ese tiempo la electricidad hacía años que movía las máquinas que ayudaban al hombre a simplificar su trabajo, pero había que implementar esos conocimientos en el asunto de los desplazamientos y motores autónomos. Puede que para cuando se inventaran las motos de una sola rueda, aún no se dispusiera de bicicletas...
Tenían el motor pero había que inventarse la forma de aplicarlo en el transporte de su dueño hacia el destino elegido. Sin embargo pronto se darían cuenta de que una sola rueda no dada seguridad alguna y las primeras motos, de una sola rueda, fueron rechazadas de plano. Se inventó la bicicleta y se hizo la luz. Estaba claro que el vehículo había de tener un mínimo de dos ruedas. Ya solo faltaba instalar el motor a la bicicleta y que fuera el motor el que pedalease. Sin embargo los inventos no se producen de hoy para mañana. Se inventó entonces el VELOSOLEX y otras marcas parecidas. Un motor sujeto en la parte delantera de la bicicleta que por medio de una polea forrada de goma y presionando esa rueda delantera, la hiciera rodar. Pareció simple y práctico, pero tampoco esto tenía un largo futuro, Desgastaba el neumático y perdía gran cantidad del rendimiento del motor.
Fue entonces cuando se crearon los motores de uno y dos tiempos que conectados a la rueda trasera por medio de piñones y cadena, el motor transmitía toda su fuerza a la rueda de la moto sin apenas pérdida de potencia. Este sistema facilitaba un mayor logro de velocidad y seguridad, sin afectar a ninguna de las otras piezas del vehículo. Se había inventado ya de forma definitiva la motocicleta del futuro. La base de todas las que vemos en el actual siglo XXI ya estaba inventada en todas sus formas y medidas. Solo faltaba mejorarlo cada día más para conseguir que con un motor de apenas 50 cc. se pudieran alcanzar velocidades de más de 200 Km/hora. ¿Está ahora ya totalmente inventado?. Pues claro que no. La humanidad no ha hecho más que empezar. ¡Ojalá fuera todo para bién...!
RAFAEL FABREGAT
El último Condill.