11 de abril de 2022

3105- LA RAZÓN ABSOLUTA NO EXISTE.

Bajo el mandato de Vladimir Putin, Rusia inicia una vez más tiempos de guerra y genocidio contra sus propios "hermanos" naturales. 
De todos es conocido que Ucrania formó parte de la Unión Soviética, pero fue mucho más que todo eso, pues fue centro de la civilización eslava desde el siglo IX y hasta la invasión mongola del XIII.
Así se mantuvo su esplendor y supremacía hasta la llegada de Catalina la Grande que, como emperatriz de Rusia, hizo que su predominio quedase abolido. Hasta el siglo XIX la actividad política y comercial quedó en manos de militares y eclesiásticos, siendo entonces cuando el territorio ucraniano se pobló de emigrantes rusos. Con la llegada del siglo XX, la ciudad de Kiev estuvo dominada por la clase rusoparlante, mientras las clases obreras se mantuvieron dentro de la cultura popular ucraniana.

El 7 de Noviembre de 1917 Ucrania declaró la independencia con capital en Kiev pero al año siguiente los bolcheviques tomaron el control y la convirtieron en República Socialista Soviética con capital en Jarkov, aunque esta capitalidad volvería a Kiev en 1934. El régimen comunista inició un periodo de represión de las libertades políticas y religiosas. A finales de la década de 1930 miles de ciudadanos fueron arrestados y fusilados, al tiempo que cientos de miles fueron enviados a los Gulag siberianos. 
La llegada de la II Guerra Mundial fue nefasta para Ucrania que vio como los alemanes la invadían por completo, convirtiéndola en campo de batalla entre alemanes y rusos. En la avenida principal de Kiev, solo un edificio quedó en pie. El territorio ucraniano ha sido históricamente muy conflictivo por la diversidad de gentes que lo habitan, lo que hace que los desacuerdos se multipliquen constantemente. Tampoco las religiones aportan soluciones, sino que aumentan los conflictos, al dividirse entre la iglesia ortodoxa ucraniana y el Patriarcado de Moscú.

La verdadera independencia de Ucrania no llegó hasta la disolución de la Unión Soviética, en 1991 y aún así la sombra del Kremlin siempre ha estado presente, al igual que las divisiones internas. El 1 de Diciembre de 1991 Ucrania ratificó la total independencia de Rusia, pero cientos de miles de habitantes siguen sintiéndose más rusos que ucranianos, especialmente las zonas del sudeste del país. Los gobiernos habidos a partir de su independencia han sido variopintos y mientras unos han buscado la aproximación a Europa, otros lo han hecho con Moscú. 
En marzo de 2014 Crimea, una región de mayoría pro-rusa, aprobó un referendo para unirse a Rusia que no fue reconocido. Sin embargo, a pesar de las protestas de la comunidad internacional, efectuaron su anexión. En junio del mismo año las regiones de Donetsk y Lugansk votaron otros tantos referendos para convertirse en Repúblicas Populares ya que sus poblaciones también son mayoritariamente rusas.

Este conflicto armado entre prorrusos y el poder central ha provocado más de 14.000 muertos y no se ha detenido nunca en los más de ocho años que han pasado desde la firma del acuerdo de Minsk (2015) en el que Ucrania, Rusia y las recién independizadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk, buscaban un alto el fuego inmediato y cuyas violaciones del tratado fueron inmediatas y frecuentes por ambas partes. Los diferentes gobiernos de Ucrania han tenido criterios diferentes al respecto y el actual es favorable a separarse totalmente de Rusia y a establecer relaciones más estrechas con Europa, negando el derecho pactado en el Tratado de Minsk, a que los territorios de Donetsk y Lugansk tengan un tratamiento de Estatuto Especial autónomo. Como no podía ser de otra manera Rusia apoya a quienes quieren independizarse de Ucrania y les abren las puertas a su entrada en la Federación Rusa. 
Claro que de ahí a invadir Ucrania y bombardear Kiev, entre otras muchas ciudades, hay un largo trecho que pocos aprueban. La razón absoluta no existe.

RAFAEL FABREGAT

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