16 de diciembre de 2019

2922- MONASTERIOS DE SUSO Y YUSO.

Monasterio de San Millán de Suso.
El nombre real de la institución religiosa a la que me refiero es el de Monasterio de San Millán de la Cogolla, fundado por San Millán en el siglo VI. Justamente por su antigüedad sus paredes han visto de todo. Desde la vida eremita del Santo hasta el convento de la Orden de Agustinos Recoletos de la actualidad. Claro que para llegar hasta aquí hubo de ser también cenobio, monasterio visigodo, mozárabe y benedictino.
Como viajero incansable y especialmente de nuestra querida España, yo estuve allí con mi esposa y comprobé in situ esta continuidad monástica que en 1.997 lo hizo merecedor de ser nombrado Patrimonio de la Humanidad. No en balde fue en este lugar donde se escribieron las primeras palabras del idioma castellano que nos representan a nivel de país.


Gonzalo de Berceo, poeta y monje del Monasterio de San Millán.
Claro que San Millán de la Cogolla es el nombre del municipio donde está situado el Monasterio o los monasterios, porque son dos, que le dieron nombre a la ciudad. San Millán es, entre otras muchas cosas, la "Cuna del Castellano" puesto que fue allí y no en otro lugar donde se escribieron las "Glosas Emilianenses", documentos más antiguos del romance navarro-aragonés y primeros textos no epigráficos en vascuence. También en dicho monasterio firmó sus versos el ilustre poeta Gonzalo de Berceo.
En San Millán observamos dos construcciones: San Millán "de Suso" (alto) y San Millán "de Yuso" (bajo). Aunque tiene muy poco que ver, personalmente me gustó más el de Suso, por ser el antiguo hogar de San Millán. Poco más que una cueva, habilitada posteriormente como monasterio románico. Es este el lugar, entonces aislado, que San Millán habitó de forma eremita. Claro que, a lo largo del tiempo, a San Millán se le fueron uniendo discípulos y hubo que excavar nuevas cuevas para darles cobijo.


Sarcófago primitivo de San Millán.
Según avanzó La Reconquista Cristiana el sepulcro de San Millán se convirtió en objeto de peregrinaje hasta el punto de que los reyes lo nombraron Patrón de Castilla y Navarra. 
Aprovechando que Almanzor lo incendió en el año 1002, García Sanchez III, rey de Navarra y conde de Castilla, ordenó en 1030 que se restaurara y se ampliara aquella primitiva construcción en estilo románico. En cuanto a que este monasterio sea cuna del castellano y euskera, no es del todo exacto. 
Arca con los restos de San Millán, en el Mº de Yuso.
En aquellas tierras ya se hablaba el castellano antiguo y, por ser zona de confluencia, también el antiguo euskera, que nadie había escrito hasta entonces. Fue allí donde se escribieron las Glosas y los Cartularios que reflejaron por escrito el habla de aquellas gentes, especialmente Gonzalo de Berceo, monje del monasterio de San Millán y primer poeta que escribió su obra en castellano. El motivo de ello era que ni el romance ni el euskera eran considerados idiomas cultos y, aunque eran los hablados por toda la población, los escritos se hacían siempre en latín. En cuanto a la arqueta con los restos de San Millán estaba recubierta con marfil y piedras preciosas pero éstas últimas fueron arrancadas por las tropas de Napoleón que se las llevaron, dejando solamente los marfiles.


Monasterio de San Millán de Yuso.
Cuenta la leyenda que el rey García Sanchez III quiso trasladar el sepulcro de San Millán al recién construido Monasterio de Santa María la Real de Nájera, pero los bueyes que tiraban de la carreta no quisieron salir del entorno de San Millán de la Cogolla. Ante la imposibilidad de llevarse a efecto el traslado, el propio rey y toda su comitiva consideró el hecho como "Milagro de San Millán" y al interpretarlo como una "señal divina" el rey mandó construir un nuevo monasterio en San Millán como tributo al Santo que, según su criterio, tantas batallas le había ayudado a ganar. El nuevo monasterio (de Yuso) se construyó en estilo románico pero en el siglo XVI fue demolido y reconstruido en estilo herreriano, incorporando en posteriores ampliaciones el estilo Barroco.

RAFAEL FABREGAT

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