En los tiempos que corren, ya casi primavera del año 2019, todo vale para formar parte del poder o al menos disfrutar de un escaño sin tener votos suficientes para ello. Lo del orgullo, la vergüenza y el pundonor... palabras huecas que el viento se lleva, agua que no mueve molino. Digo esto porque para la independencia catalana y más aún cuando ésta forma parte del sector republicano, lo importante es "estar ahí", en el hemiciclo de un Estado al que odian pertenecer. No corren buenos tiempos para la izquierda radical, lo cual no impide que haya un sector que siempre votará a esta clase de partidos. Sin embargo parecen condenados a una escasa representación que precisa de apoyos para poder subsistir, para poder sentarse en la poltrona, que es al fin y al cabo su única meta. Poco o nada (les) importamos los votantes, la gente de a pie.
Acabaron los tiempos en que izquierdas y derechas moderadas se repartían alternativamente el poder, muchas veces incluso con mayorías absolutas. Los tiempos han cambiado y en este momento los votos se reparten entre casi media docena de partidos, sin que ninguno de ellos tenga los escaños suficientes para gobernar en solitario. Y ahí está el quid de la cuestión. Llega la cochambre de los pactos, la sinvergonzonería al servicio del poder, no tan asquerosa cuando entre quienes pactan existe una gran afinidad. Sin embargo esto no es siempre así. Y no es por falta de memoria, sino por interés propio de quienes proponen o aceptan los pactos. Lo curoso es que la gente parece no enterarse de nada y da su voto a determinado grupo político, a sabiendas de que su voto irá a otro partido cualquiera, que nada tiene que ver con sus preferencias.
Nos guste o no, así están las cosas. Ante la merma de votos, que ya hacía peligrar su representación en el Congreso, los de Izquierda Unida se unieron a Podemos con la nueva denominación de "Unidos-Podemos". No contentos con esto y viendo que la merma sigue aumentando, actualmente han de unir fuerzas con el Partido Socialista y el Partido Nacionalista Vasco para optar a una mayoría suficiente que permita gobernar. Pero eso no es todo. Las derechas hacen lo mismo, uniéndose el otrora poderoso Partido Popular con Ciudadanos y, para esta nueva legislatura, con el emergente Vox. Aún así las encuestas les ven como perdedores. Hasta ahí todo normal puesto que, ante una mayoría simple, es lógico que izquierdas o derechas se unan frente al "enemigo" intentando construir esa mayoría suficiente que no pueden alcanzar en solitario. Sin embargo hay cosas aberrantes que no tienen explicación...
En ese ansia por alcanzar la representación suficiente, que les permita escapar del cepo que representa el Grupo Mixto, ERC (Republicanos Catalanistas) se unen a Bildu que, como todos sabemos, es resultado de legalizar a varios partidos abertzales entre los que se supone incluida la militancia batasuna. Resulta pues bastante chocante que habiendo sufrido Barcelona las iras de la izquierda abertzale, mediante el atentado de Hipercor con el resultado de 21 muertos y 45 heridos graves (1987) apenas tres décadas después Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) busque justamente a este partido político para unir fuerzas a la hora de pactar representación en el Congreso de Diputados. La gente normal, los que no sabemos nada o sabemos demasiado, vemos chocante y vergonzoso que, con el único objetivo de tener voz, voto y vivir del chollo, se unan víctimas y verdugos para reírse de todos nosotros.
RAFAEL FABREGAT
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