7 de junio de 2018

2609- LA MORIBUNDA SALTON CITY

La famosa ciudad de Salton, ya próxima a los 3.000 habitantes, pasó de ser la más famosa Riviera californiana a un poblado fantasmagórico, repleto de peces muertos, neumáticos usados y casas abandonadas. Vertidos incontrolados envenenaron su lago de apenas unos metros de profundidad y las algas acabaron con el escaso oxígeno del agua matando a sus peces. Así acabó la historia apenas recién nacida de lo que pudo ser y no fue. Su historia es la de uno de los peores desastres ecológicos llevados a cabo en los Estados Unidos de América, donde tanto se presume de ecologismo y Parques Naturales por doquier. En las varias urbanizaciones, que nacieron en las orillas de un lago cada vez más retirado, se acumulan gran variedad de restos de florecientes ciudades-jardín, cuyos habitantes abandonaron para no regresar jamás.

Tal era su fragilidad que en pocos años pasó de ser un verdadero paraíso natural a un salado e hirviente desierto. El lago fue creado de forma artificial cuando en 1905 el fuerte aumento de las aguas del río Colorado desbordaron inundando aquella depresión salina durante más de dos años. Por un cambio climático, pero ayudado de unos unos pequeños diques construidos al efecto, el valle fue inundado y el Lago Salton no paró de crecer en los años siguientes hasta inundar una extensión próxima a los 900 Km2., aunque con apenas 15 metros de agua en su punto más profundo. La naturaleza es sabia y en pocos años la región se vio repleta de toda clase de fauna, no solo piscícola sino también de aves migratorias que vieron en este lugar un sitio propicio para descansar y alimentarse. 

El aumento del lago y la belleza del entorno atrajeron prontamente el turismo y la especulación inmobiliaria. El resto es fácil de describir. Aguas estancadas de escasa profundidad se unieron a centenares de vertidos incontrolados. Algunos campos de golf acabaron de matar al malherido lago, aumentando su salinidad y la muerte de los peces y crustáceos que alimentaban a los miles de aves que allí acudían. Fue una muerte lenta pero insalvable, para finalmente convertirse en una cloaca a la que nadie tenía gusto por ir. Los cuerpos de miles de carpas, abundantes en el río Colorado, yacen todavía bajo un sol de justicia, secas por efectos de la salinidad del lugar. Los turistas marcharon hace ya muchos años y ya todo acabó en tan bello paraje. 

Solo algunas decenas de estrafalarios personajes, principalmente latinos, siguen viviendo en tan nefasto lugar debido a la baja o nula renta a pagar. Se calcula que al Lago Salton apenas pueden quedarle 30 años de vida. Algunos siglos antes este lago estaba ocupado, por efectos de otra inundación, por el Lago Cahilla en el que tribus nativas acudían a pescar sus sabrosas y abundantes carpas, pero acabó evaporándose por un cambio en el curso del río Colorado. Este valle lacustre está situado 70 metros por debajo del nivel del mar y en plena falla de San Andrés, unido por tanto a frecuentes terremotos. De no llevarse a cabo algún plan de rescate, el Lago Salto está condenado a quedarse sin agua como en mar de Aral y como ya antes quedó su antecesor el Lago Cahilla.

RAFAEL FABREGAT

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