A pocos, ni siquiera a la gente de derechas, gustaba Rajoy y sus políticas. Para él solo había dos metas: el interés de España y el suyo propio pero, ¿qué es España, sino los españoles?. Es como los presidentes de las "buenas cooperativas"... ¡Todo por el beneficio de la cooperativa!, pero... ¿Y los socios?. Sacrificio tras sacrificio para que la cooperativa, en este caso España, vaya bien. No importa que la gente se muera de hambre. Y todo eso sin tener en cuenta, ya no la opinión de los españoles, sino ni siquiera la de sus propios compañeros de partido, e incluso sus propios ministros. No amigos, demasiado endiosado estaba Rajoy... Y no porque se le hubiera subido el cargo a la cabeza, no, ya que cuando fue nombrado presidente del Gobierno ya estaba igual. Es su forma de ser y de pensar, para beneficio de su eterno y principal enemigo, el Partido Socialista Obrero Español. (?)
Los socialistas se lo gastan todo, atendiendo las demandas que les llueven por todas partes y unos años después, ya con el país totalmente arruinado, tiene que volver nuevamente la "derecha" para reflotar el barco y poner cada cosa en su sitio. Es como aquello del "poli bueno y el poli malo", claro que el papel de la derecha es siempre muy desagradable y poco agradecido. Mejor sembrar hasta encima de las piedras para que todo el mundo se sienta satisfecho. Hasta ahí todo bien o, al menos, todo normal. Lo ya no nos parece tan bien es que la portavoz del PSOE, Margarita Robles, nos haya anunciado que el nuevo Gobierno del PSOE, esta vez de la mano de Pedro Sánchez, seguirá la misma pauta y modelo del maquiavélico Zapatero, terror de todo el mundo financiero. Como se ha dicho antes, a pocos gustaba Rajoy, pero... ¿el modelo Zapatero?. ¡Por Dios, por Dios...!
¿Tan lejos está su mandato, que nadie se acuerda de sus nefastos resultados...? La ruina total de los pobres y de los adinerados, con la quiebra bancaria y nacional que hubo de rescatar a todas las ratas inversoras, previa salida de sus casas de aquellos humildes trabajadores que no pudieron hacer frente a sus hipotecas. ¿Es esa, nuevamente, la propuesta que nos hacen para esta breve legislatura de Sánchez?. ¡Por favor...!
- Una legislatura basada en la igualdad de todos -nos dice la Robles.
¿Acaso cree esta señora que todos nacimos ayer...? Pues no. Algunos hemos conocido la Transición y el recorrido de los diferentes partidos y presidentes que la han llevado hasta lo que somos hoy. Hemos progresado, ¡claro está!, pero con más penas que glorias. Se ha dicho siempre que Europa empieza en los Pirineos y, si no es toda la verdad, poco le falta.
Rajoy no gustaba a (casi) nadie, pero Pedro Sánchez... Nuevo presidente sin el voto de los españoles, sin ganar en las urnas. ¡Y con el modelo Zapatero... por Dios bendito!.
- Queremos que vuelva a España la ilusión de 2004- recalca Robles.
¡Mi gozo en un pozo!. Esperemos que no se refiera a la quiebra de empresas y bancos, ni a la pérdida de empleos y el desahucio generalizado de unos y otros... Muchos viendo en la calle y comiendo de la caridad de unos y otros. En su discurso Robles justifica la moción de censura al PP por la sentencia del "caso Gürtel", pero nada dice de los más de 800 millones de los ERE, que los dirigentes del PSOE andaluz arrancaron de las despensas de los pobres para dárselo a los empresarios y terratenientes andaluces. ¿Es esa la política social que en teoría propugnan los partidos socialistas?. ¿Es eso lo que se pretende repetir Pedro Sánchez?.
¡Vaya mierda, esto de la política...! Por si no hubiéramos visto bastante, a partir del día de hoy el presidente del Gobierno no habrá salido de las urnas, sino de una moción de censura multicolor y claramente inclinada en sus intereses particulares. ¡Lo que nos faltaba para la colección!. Éramos pocos y parió la burra. Los "aprovechateguis" vascos, por si no habían chupado bastante de la "teta", lo harán ahora, un vez más. Y los catalanes separatistas... ¡Ay los catalanes!. Ellos imagino que, digan lo que digan, no tienen interés alguno en independizarse. Lo que quieren, sin duda alguna, es mandar más si cabe. Hacer su santa voluntad en todos los estamentos de la vida pública catalana y gastar el dinero en lo que les venga en gana, "embajadas" incluidas. Momentáneamente son días de alegría para todos aquellos que durante el débil gobierno del PP han sido insumisa oposición.
Enhorabuena pues, y ¡que Dios nos pille confesados...!
RAFAEL FABREGAT
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