¡Cuanta tinta derramada en base a una historia que quizás tan solo fuera una leyenda, cuento para colegiales o para gente inocente y poco letrada!. Pero, en fin, triunfó porque niños e inocentes somos la mayoría de los 7.000 millones de personas que poblamos el mundo.
La Biblia cuenta que Salomón fue un rey judío que llevó la prosperidad a su pueblo, gracias a su sentido de la justicia y a la riqueza de unas minas de oro que hicieron nadar al país en la más absoluta abundancia. Verdad o mentira, un equipo internacional de arqueólogos aseguran que lo de las minas del rey Salomón pudo ser cierto, pero en todo caso serían de cobre y no de oro como se pensaba. El equipo de Thomas Levy, de la Universidad de California (EEUU) y el de Mohammad Najar de la Asociación de Amigos de la Arqueología, en Jordania, encontraron en Khirbat en-Nahas, distrito jordano de Faynan, indicios fidedignos de que en ese lugar existieron 3.000 años atrás unas minas de cobre y una industria de fundición para dicho mineral.
El Antiguo Testamento señala este área como el Reino de Edom, enemigo del antiguo pueblo de Israel.
Por la fecha de datación, bien podrían ser las minas que sirvieron al hijo del rey David como suministro del necesario metal con el que fabricar las armas y herramientas para su pueblo.
Este lugar ya fue excavado en 1931 por el estadounidense Nelson Glueck pero, tras asegurar que se trataba seguramente de las minas del rey Salomón y por razones que desconocemos, finalmente se desdijo y abandonó los trabajos que no fueron retomados hasta el año 2002 por otros arqueólogos.
En este segundo intento y en una superficie de unas 10 hectáreas, han aparecido seis metros de grosor de escoria y vestigios de las antiguas minas.
Entre los más recientes hallazgos se encontró un escarabajo egipcio que junto a otros artefactos datados con Carbono 14 databan estas minas hacia el siglo XII a.C., o sea tres siglos antes de la fecha en la que la Biblia sitúa a David y Salomón en estos escenarios. Los autores de estos trabajos confirman que efectivamente la mina estaba en actividad desde fechas anteriores y con toda seguridad por parte de los faraones egipcios que finalmente cesaron en su explotación. En vista de ello los arqueólogos se trasladaron a otro punto del valle llamado la Sima de los Esclavos. Era un yacimiento muy posterior que confirmaba la historia sobre los edomitas, nación unas veces hermana y otras enemiga de los israelitas que reinó al sur del Mar Muerto.
Los edomitas fueron un pueblo seminómada que vivió en una área comprendida entre el norte de la península arábiga y la actual Jordania, finalmente constructores de la ciudad de Petra. En los alrededores de estas minas encontraron restos de casi un centenar de edificios y también de una fortaleza, todo rodeado de negra escoria. También encontraron huesos de dátiles y aceitunas que confirmaron la fecha de antigüedad en el siglo X a.C. Éstas sí que pudieron ser explotadas en nombre del rey Salomón pues fueron datadas con radiocarbono en la fecha en la que pudo reinar el hijo de David. De todas formas, que estas minas fueran explotadas en esas fechas no supone prueba alguna de la existencia de este rey, del que no hay otra prueba que los textos sagrados. A excepción de lo que cuenta la Biblia no hay prueba alguna de su existencia.
Egipto, siendo muchísimo más antiguo, conserva textos de los diferentes faraones y de las costumbres de sus gentes pero, sin embargo, jamás se ha hallado prueba alguna que hable de la existencia del rey Salomón ni inscripción alguna con su nombre. Ese y no otro es el motivo de que muchos historiadores duden de su existencia. Es más, algunos historiadores están convencidos de que Salomón es una figura ficticia modelada a partir de la figura del faraón Amenhotep III, que dominó en ese periodo el territorio de Israel. Lo único que ha quedado claro, por los restos de telas y alimentos encontrados, es que los que trabajaban en superficie no eran esclavos, sino artesanos especializados. Auténticos magos que cogían 'piedras' y las convertían en preciado metal. En cuanto a noticias fidedignas sobre las Minas del Rey Salomón o del propio personaje... ¡nada de nada!.
RAFAEL FABREGAT
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