1980- ¿QUÉ SABES DE LAGOS?.

Lagos es un interesante dilema, difícil de explicar. Sin duda alguna es una gran ciudad, la mayor con diferencia de Nigeria y la segunda más poblada del continente africano, después de El Cairo. Pero Lagos es también un milagro geográfico y demográfico, con una metrópolis que el año 1901 ya tenía 37.000 habitantes y en la actualidad supera los 13 millones de almas. 

Claro que, si desde el punto demográfico es un verdadero milagro, también lo es desde el punto de vista geográfico ya que esta ciudad no es algo concreto, sino un cúmulo de cosas. ¿De donde viene su nombre?. ¿Acaso es Lagos un lago, una isla, un delta...?. Pues bien, ¡Lagos es todo eso y mucho más!. Segunda ciudad del continente africano, con trece millones de habitantes, para un país cuyo PIB apenas si llega a los 2.000 $USA. Su moneda es el NAIRA, cuya equivalencia con el Euro es de 1=216N. Por si esto fuera poco, la inflación anual ronda el 10%. Las monedas están prácticamente desaparecidas ya que los precios de los productos suelen redondearse a los 5 Nairas que es el billete más pequeño en circulación.

Su rápida evolución, como no podía ser de otro modo, va acompañada del petróleo pero esa riqueza no llega a todos los bolsillos. De la misma forma que algunos sectores de la ciudad crecen verticalmente, decenas de kilómetros cuadrados de esa misma ciudad cobijan a millones de sus habitantes en casas de planta baja cuando no en auténticas chozas con paredes de chapa y techos de paja. En cuanto a la circulación... ¿Qué puedo contarles que no hayan imaginado ya de antemano?. Quizás parezca exagerado decirlo pero, Lagos es un caos circulatorio de tal magnitud que cuando tienes prisa has de ir andando.

Para cualquier turista, cuando va a una ciudad desconocida, un punto de interés suele ser el mercado local. Pues bien, esto no es así en Lagos. En esta ciudad ,visitar el mercado es algo tan agobiante que el interés se convierte en suplicio. Al caos circulatorio se suma el de la gente que intenta hacer su compra diaria. Para esa gente tal masificación ya debe ser algo habitual y la visita al mercado será solamente para adquirir artículos de necesidad puntual pero, ¿cómo podrá moverse entre millones de personas y vehículos un posible turista al que le pica la curiosidad de lo desconocido?. Eso sin contar la enormidad de un mercado que reúne a miles y miles de puntos de venta.

Lagos fue capital de Nigeria hasta 1976. Debido a la gran división étnica y religiosa del país, tras su independencia se pensó crear una nueva capital en lugar neutral y más céntrico del territorio. Fue entonces cuando se construyó Abuya, una ciudad de nueva planta que albergara el poder político y religioso, dando sentido a su neutralidad democrática, con una nueva mezquita y un nuevo Parlamento.

Las condiciones de habitabilidad miserable que se daban en Lagos en esas fechas, favorecieron también la idea de crear una capital de la República perfectamente planificada. Importantes empresas norteamericanas trabajaron en el estudio y posterior construcción de esta nueva ciudad. Las embajadas internacionales trasladaron sus sedes a la nueva capital, dejando las de Lagos como simples consulados.

Lagos es una ciudad portuaria de Nigeria, ubicada al suroeste del país, en el golfo de Benin o parte oeste del Golfo de Guinea. En 1472 los portugueses establecieron aquí su puerto principal para el comercio de marfil, especias y esclavos, un dominio que duraría casi cuatro siglos. En 1861 pasó a manos británicas al quedar incorporada esta ciudad al estado de Nigeria, pasando a ser su nueva capital. Aunque esta capitalidad fue anulada mediante decreto de 1976, sigue siendo principal centro administrativo y comercial. Siendo en realidad una isla, Lagos está conectada a tierra firme mediante tres grandes puentes: Eko, Carter y Tercer Puente. Las islas de Ikoyi y Victoria también forman parte de su área metropolitana. Por su situación en tierras pantanosas, Lagos forma parte del continente, al que se unen varias islas, lo que aparenta ser un delta sin río y lago con salida al mar. ¿Se puede pedir más?.

RAFAEL FABREGAT