En el término municipal de la localidad mallorquina de Escorca, en la parte septentrional de la isla de Mallorca, se encuentran las montañas de Lluch, lugar en el que se encuentra el Monasterio y Virgen del mismo nombre, patrona de la isla. Allí reside la Virgen de Lluch por decisión propia, según la leyenda.
La localidad de Escorca está situado en las montañas de la cordillera norte de la isla de Mallorca, pero a orillas del mar Mediterráneo. De hecho dentro de su término municipal se encuentran, todavía vírgenes, puntos de gran interés turístico como Cala Tuent y Sa Calobra. Son calas idílicas donde el baño y el buceo pueden practicarse lejos del mundanal ruido, libremente y sin masificación alguna, algo ya escaso en esta isla eminentemente turística. Concretamente Sa Calobra es la desembocadura del torrente Pareis, una riera que tras miles de años fue excavando la tierra para adentrarse al mar.
Ambas calas son uno de los escasos lugares de la Sierra de Tramontana que tienen acceso al mar, ambas rodeadas de acantilados de más de 200 metros de altura. Llegar hasta ellas tampoco es cosa fácil. Se cuentan alrededor de 800 curvas para llegar allí desde la ciudad de Palma aunque, una vez llegados a la pequeña cala, todos coinciden en decir que valió la pena el mareo que pasa con prontitud.
El topónimo Lluch viene del latín "lucus" y significa bosque sagrado.
El monasterio o Santuario de Lluch es lugar de peregrinaje. El primer sábado de Agosto de cada año se organiza una marcha a pie de 48 Km. en la que participan más de 40.000 peregrinos.
La salida es a las 11 de la noche y dura unas 12 horas. A lo largo del recorrido hay varios puntos de avituallamiento y asistencia pues no todos son capaces de llegar a destino.
En caso de imposibilidad de llegada, por contusiones o heridas, hay ambulancias y taxis para que los impedidos puedan regresar a su lugar de origen, de la misma forma que hay autobuses para que, los que sí lleguen, puedan regresar después. La afluencia de peregrinos es tal que, a pesar de los muchos contenedores instalados en todo el recorrido, los equipos de limpieza recogen cada año del suelo una media de 12 toneladas de basura.
Originalmente a este peregrinaje se le llamaba "la marcha del Güell", lugar en el que estaba ubicado el Bar del mismo nombre y del que nació esta singular caminata. Todo empezó un 17 de Julio del año 1974 cuando una niña fue atropellada resultando milagrosamente ilesa. En agradecimiento a la Virgen de Lluch, el grupo de jóvenes causantes del accidente y unas 30 personas más, caminaron desde el citado Bar hasta el monasterio para agradecer el milagro a la Virgen. El camino se repitió otros cinco años con escaso número de participantes pero en 1980 la Caja de Ahorros de Baleares publicitó la marcha y desde entonces el número de peregrinos no ha parado de crecer.
Como todo monasterio que se precie el de la Virgen de Lluch tiene su propia leyenda.
A mediados del siglo XIII un pastor y un eremita del lugar hallaron la talla de la Virgen en un roquedal que había junto al arroyo que pasa detrás de la actual sacristía del monasterio.
El monje llevó de inmediato la talla al oratorio de Sant Pere d'Escorca donde estaba entonces la sede parroquial del lugar. Sin embargo cuando enterado el vecindario se congregaron allí para venerarla la Virgen había desaparecido. Todos los vecinos salieron a buscarla y por fin la encontraron junto al torrente, en el mismo lugar que fue encontrada por primera vez. Dos veces más sucedió lo mismo y a la tercera, vecinos y autoridades eclesiásticas interpretaron que la Virgen quería permanecer en el lugar inicial donde fue encontrada, motivo por el cual el año 1268 se construyó allí mismo un pequeño oratorio, donde acogerla debidamente.
Muchos siglos antes de esa fecha el lugar ya era considerado sagrado puesto que en las cercanías fueron encontrados restos de la Edad del Bronce y del Hierro, así como cuevas prehistóricas de enterramiento conocidas como "Ses cometes des morts" de las que se extrajeron ataúdes de madera con restos humanos, exhibidas actualmente en el museo del monasterio. Por la difícil orografía del terreno, también los musulmanes resistieron los muchos embates de las tropas cristianas hasta el año 1232, cuando fueron derrotados finalmente por las tropas de Jaime I el Conquistador y entregadas las tierras del Lluch a los monjes de la Orden del Temple, en agradecimiento por su participación en la conquista. En 1314, ante la disolución de la Orden del Temple, su propiedad pasó a la Orden de Malta.
En 1707 Carlos III le concedió el título de Capilla Real y el papa Juan XXIII la declaró en 1962 Basílica Menor.
Desde finales del siglo XIX el monasterio de Lluch está a cargo de los misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, congregación nacida en la calle Picpus de París, justo en la Nochebuena del año 1800 y fundada por el diácono francés José María Coudrín. El padre Coudrín había tomado los hábitos en 1792 de manos del cardenal de Bonald, en la librería del Seminario Irlandés, debido a que las tropas de la Revolución Francesa ya habían invadido la capilla. Al igual que sucede con la Virgen de Montserrat en Barcelona y la Virgen de la Candelaria en Tenerife, también a la Virgen de Lluch se la conoce como "la Moreneta".
RAFAEL FABREGAT
PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
30 de noviembre de 2015
27 de noviembre de 2015
1947- FIRA SANT ANDREU 2015. CABANES
Hasta hace cuatro días mal contados, lo del cartel anunciador de nuestra antigua e insigne "Fira de Sant Andreu" era algo local, que no trascendía más allá de nuestra comarca.
Apenas eran media docena los carteles que se presentaban y casi todos ellos de jóvenes de la localidad pero las cosas han cambiado y, por extraño que nos parezca, por un premio irrisorio de 300 euros, se presentan carteles de todos los puntos de España y del resto del mundo. Este año el ganador es de Toledo. ¿Necesidad económica?. No creo que sea por eso, pero Internet y la facilidad de convertir una idea en realidad lo hacen posible.
Para crear un cartel artístico ya no es necesario ni siquiera saber dibujar. Entras en la red de redes y allí están todas las herramientas para convertir una idea en realidad y, para participar, no es necesario ni siquiera saber por donde para el pueblo en cuestión y menos aún conocer su historia. Yo, ¿qué quieren que les diga?. Personalmente me parecía mucho más auténtico lo anterior. Está claro que todos pueden poner una foto del pueblo o de nuestro Arco Romano, como fondo a una herramienta agrícola y el texto obligado, pero... ¡falta el alma!, que un señor de la otra parte de España no puede transmitir.
Nuestra "Fira" es, ante todo, histórica. Algo que no se puede comprar con dinero ni con influencias políticas. Son muchos los pueblos que, viendo un evento de tales dimensiones, han querido llevarlo también a sus pueblos. ¿Lo han conseguido?. Pues claro que sí, pero a medias. Han llevado un mercado, pero no el espíritu de la "Fira". Espero que me sepan entender. Para la juventud es todo parecido o casi una misma cosa, pero no es así. La "Fira de Sant Andreu" de Cabanes (Castellón), otorgada hace 508 años por Doña Germana de Foix, reina consorte del Fernando II de Aragón, es algo tradicional y emblemático que nadie puede copiar. Forma parte no solo de la Historia de Cabanes, si no también de toda la comarca.
Para los que ya peinamos canas, la "Fira de Cabanes" era algo que siempre se esperaba en todos los pueblos del contorno como agua de Mayo, para poder adquirir determinados artículos no asequibles a lo largo del año. Comprar o renovar carros y caballerías, así como la correspondiente guarnicionería para estos mismos animales, que eran obligatorios en toda labor agrícola hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, era algo que solo en las ferias de este tipo se podía encontrar. Lo mismo para cualquier necesidad de la casa rural, nunca próxima a las ferreterías que sí existían en las capitales de provincia. En la "Fira de Sant Andreu" de Cabanes había todo lo que se pudiera necesitar a lo largo del año y con la cantidad y variedad necesaria para poder elegir en precio y calidad, entre la mucha oferta existente.
Cualquier trato y muy especialmente los relacionados con la compraventa de caballerías, solían cerrarse con una ronda de pasteles, regados con aguardiente o moscatel que muy gustosamente pagaba siempre el vendedor, invitando también a los intermediarios, sin los cuales cerrar un trato era poco menos que imposible. A tal efecto los bares de la localidad solían instalar pequeñas mesas en la calle principal de la feria, a fin de atender esta frecuente demanda. La oferta gastronómica giraba alrededor del "rollet de anís" o del "pastís de boniato", acompañado como se ha dicho anteriormente con una copa de licor. Era el cierre perfecto para la compra de un carro o del mulo correspondiente.
Hoy los tiempos han cambiado y, aunque sigue habiendo una pequeña oferta de mulos, burros, caballos, ovejas y toros, la feria gira más alrededor de los tractores y coches de todo tipo, maquinaria para la recolección y tratamiento de diferentes productos agrícolas, forja y chimeneas, alimentación ecológica y quesos y embutidos artesanales. Todo eso acompañado, como es natural, por cientos de puestos de ropa y zapatería, turrones, jardinería y un larguísimo etcétera de todo lo imaginable. Incluso hay una plaza con atracciones de feria para los más jóvenes de la casa. Este año 2015 la feria será los días 27, 28 y 29 de Noviembre y como cada año acogerá más de 400 puntos de venta en las seis calles y dos plazas que ocupa. Sean todos bienvenidos.
RAFAEL FABREGAT
Apenas eran media docena los carteles que se presentaban y casi todos ellos de jóvenes de la localidad pero las cosas han cambiado y, por extraño que nos parezca, por un premio irrisorio de 300 euros, se presentan carteles de todos los puntos de España y del resto del mundo. Este año el ganador es de Toledo. ¿Necesidad económica?. No creo que sea por eso, pero Internet y la facilidad de convertir una idea en realidad lo hacen posible.
Para crear un cartel artístico ya no es necesario ni siquiera saber dibujar. Entras en la red de redes y allí están todas las herramientas para convertir una idea en realidad y, para participar, no es necesario ni siquiera saber por donde para el pueblo en cuestión y menos aún conocer su historia. Yo, ¿qué quieren que les diga?. Personalmente me parecía mucho más auténtico lo anterior. Está claro que todos pueden poner una foto del pueblo o de nuestro Arco Romano, como fondo a una herramienta agrícola y el texto obligado, pero... ¡falta el alma!, que un señor de la otra parte de España no puede transmitir.
Nuestra "Fira" es, ante todo, histórica. Algo que no se puede comprar con dinero ni con influencias políticas. Son muchos los pueblos que, viendo un evento de tales dimensiones, han querido llevarlo también a sus pueblos. ¿Lo han conseguido?. Pues claro que sí, pero a medias. Han llevado un mercado, pero no el espíritu de la "Fira". Espero que me sepan entender. Para la juventud es todo parecido o casi una misma cosa, pero no es así. La "Fira de Sant Andreu" de Cabanes (Castellón), otorgada hace 508 años por Doña Germana de Foix, reina consorte del Fernando II de Aragón, es algo tradicional y emblemático que nadie puede copiar. Forma parte no solo de la Historia de Cabanes, si no también de toda la comarca.
Para los que ya peinamos canas, la "Fira de Cabanes" era algo que siempre se esperaba en todos los pueblos del contorno como agua de Mayo, para poder adquirir determinados artículos no asequibles a lo largo del año. Comprar o renovar carros y caballerías, así como la correspondiente guarnicionería para estos mismos animales, que eran obligatorios en toda labor agrícola hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, era algo que solo en las ferias de este tipo se podía encontrar. Lo mismo para cualquier necesidad de la casa rural, nunca próxima a las ferreterías que sí existían en las capitales de provincia. En la "Fira de Sant Andreu" de Cabanes había todo lo que se pudiera necesitar a lo largo del año y con la cantidad y variedad necesaria para poder elegir en precio y calidad, entre la mucha oferta existente.
Cualquier trato y muy especialmente los relacionados con la compraventa de caballerías, solían cerrarse con una ronda de pasteles, regados con aguardiente o moscatel que muy gustosamente pagaba siempre el vendedor, invitando también a los intermediarios, sin los cuales cerrar un trato era poco menos que imposible. A tal efecto los bares de la localidad solían instalar pequeñas mesas en la calle principal de la feria, a fin de atender esta frecuente demanda. La oferta gastronómica giraba alrededor del "rollet de anís" o del "pastís de boniato", acompañado como se ha dicho anteriormente con una copa de licor. Era el cierre perfecto para la compra de un carro o del mulo correspondiente.
Hoy los tiempos han cambiado y, aunque sigue habiendo una pequeña oferta de mulos, burros, caballos, ovejas y toros, la feria gira más alrededor de los tractores y coches de todo tipo, maquinaria para la recolección y tratamiento de diferentes productos agrícolas, forja y chimeneas, alimentación ecológica y quesos y embutidos artesanales. Todo eso acompañado, como es natural, por cientos de puestos de ropa y zapatería, turrones, jardinería y un larguísimo etcétera de todo lo imaginable. Incluso hay una plaza con atracciones de feria para los más jóvenes de la casa. Este año 2015 la feria será los días 27, 28 y 29 de Noviembre y como cada año acogerá más de 400 puntos de venta en las seis calles y dos plazas que ocupa. Sean todos bienvenidos.
RAFAEL FABREGAT
26 de noviembre de 2015
1946- RICAS Y HERMOSAS.
Así son las alubias, las judías, las fabes, los judiones, etc., etc. Porque sus nombres son muchos y todas ellas dan alegría y esplendor a nuestra vida. No tanto en verano puesto que, aunque también se coman en ensaladas, las legumbres son más propias del otoño y del invierno, en cocina caliente y mejor si es de leña. El fuego lento es uno de sus mejores secretos, algo que era normal en décadas anteriores cuando la mayoría de las cocinas funcionaban con leña o carbón vegetal. Ahora, con las prisas y el gas natural o la encimera de inducción, todo va deprisa, demasiado deprisa. Algo que las legumbres y muy especialmente las alubias, no quieren.
Blancas, pintas, verdes, negras, rojas... Las hay de todos los colores, tamaños y formas, pero todas ellas ricas en extremo, cuando están bien cocidas y mejor acompañadas. En esto de la compañía, también hay para todos los gustos, pero lo típico y tradicional es el chorizo, la panceta y la morcilla, cuando no se trate de la típica "olla de Cabanes" o el caldo gallego. En estos últimos casos suele llevar patata y repollo, sin que falte un hueso de jamón, un buen trozo de carne de aguja y alguna que otra morcilla. De todas formas cada ama de casa es un mundo y por lo tanto no hay dos "ollas" o "caldos" iguales, a cual mejor. En todos los casos hay un único "secreto" a descubrir: su óptima cocción.
Disfrutar de una "olla" o alubiada excelente no tiene ningún misterio especial y basta con seguir estos siete consejos...
1.- Ponerlas a remojo la noche anterior.
2.- Ponerlas en la olla con agua fría y dura.
3.- Si no se han puesto a remojo, hay que "asustarlas" tres veces con agua fría cada vez que se pongan a hervir.
4.- Cocción lenta y no removerlas, para que no se rompan.
5.- Para la olla y caldo gallego, acompañar los cárnicos con patatas y berza, que después podemos comer aparte.
6.- El pan y el vino son obligatorios.
7.- Con amigos las alubias son mucho mejores.
A mí, qué quieran que les diga, me gustan de todos los colores pero, no se por qué razón, en España las alubias tienen "mala prensa". ¿Será porque a muchos les causan desagradables flatulencias?.
No se, quizás será por eso, pero en general los españoles consideramos poco elegante comer alubias en un restaurante, cuando en Francia, país gastronómico por excelencia, es casi el plato nacional y la "cassolette" se presenta en todos los restaurantes como auténtico manjar de dioses. Lo que es, sin duda. ¡Vale, vale!, habrá quienes discrepen sin duda. De todo tiene que haber en "la viña del Señor", pero sin duda alguna es una de las legumbres más apreciadas, ganando por goleada a las lentejas, garbanzos, habas, guisantes, soja, etc. ¿O no?.
RAFAEL FABREGAT
Blancas, pintas, verdes, negras, rojas... Las hay de todos los colores, tamaños y formas, pero todas ellas ricas en extremo, cuando están bien cocidas y mejor acompañadas. En esto de la compañía, también hay para todos los gustos, pero lo típico y tradicional es el chorizo, la panceta y la morcilla, cuando no se trate de la típica "olla de Cabanes" o el caldo gallego. En estos últimos casos suele llevar patata y repollo, sin que falte un hueso de jamón, un buen trozo de carne de aguja y alguna que otra morcilla. De todas formas cada ama de casa es un mundo y por lo tanto no hay dos "ollas" o "caldos" iguales, a cual mejor. En todos los casos hay un único "secreto" a descubrir: su óptima cocción.
Disfrutar de una "olla" o alubiada excelente no tiene ningún misterio especial y basta con seguir estos siete consejos...
1.- Ponerlas a remojo la noche anterior.
2.- Ponerlas en la olla con agua fría y dura.
3.- Si no se han puesto a remojo, hay que "asustarlas" tres veces con agua fría cada vez que se pongan a hervir.
4.- Cocción lenta y no removerlas, para que no se rompan.
5.- Para la olla y caldo gallego, acompañar los cárnicos con patatas y berza, que después podemos comer aparte.
6.- El pan y el vino son obligatorios.
7.- Con amigos las alubias son mucho mejores.
A mí, qué quieran que les diga, me gustan de todos los colores pero, no se por qué razón, en España las alubias tienen "mala prensa". ¿Será porque a muchos les causan desagradables flatulencias?.
No se, quizás será por eso, pero en general los españoles consideramos poco elegante comer alubias en un restaurante, cuando en Francia, país gastronómico por excelencia, es casi el plato nacional y la "cassolette" se presenta en todos los restaurantes como auténtico manjar de dioses. Lo que es, sin duda. ¡Vale, vale!, habrá quienes discrepen sin duda. De todo tiene que haber en "la viña del Señor", pero sin duda alguna es una de las legumbres más apreciadas, ganando por goleada a las lentejas, garbanzos, habas, guisantes, soja, etc. ¿O no?.
RAFAEL FABREGAT
1945- SAN MARTÍN DE CASTAÑEDA.
San Martín de Castañeda es una de las pedanías del término municipal de Galende, Parque Natural del lago de Sanabria en la provincia de Zamora (España). Tan idílico paraje está situado a 118 Km. de la capital provincial y a tan solo 24 Km. de la frontera de Portugal, pero lo que nos trae hoy aquí es su interesante monasterio de origen visigodo. Como es natural, la pedanía nació a la sombra del monasterio y no al revés. Destruido a la llegada de los musulmanes, el monasterio fue restaurado hacia el año 897 por el abad Martino y un grupo de monjes mozárabes que le siguieron desde la localidad de San Cebrián de Mazote huyendo de una durísima sequía y del hambre y peste consiguiente. El lago de Sanabria era entonces mucho más rico en pesca que ahora y solamente pescando sobraba para calmar el hambre de todos cuantos vivían a sus orillas.
En el año 921 el abad cordobés Juan I y sus monjes iniciaron la construcción de un templo mozárabe que se encuentra documentado gracias a un pleito del año 927 con un tal Ronasindo que, con el uso de la fuerza, se había apoderado de la pesca y de parte de las tierras adquiridas por el cenobio unos años antes. El año 940 el rey Ramiro II reconoce las propiedades del monasterio y las aumenta con la donación de la aldea de Vigo y varias viñas en la Tierra de Campos. El año 952 su sucesor, el rey Orduño III de León y su séquito, se hospedan en el monasterio y el nuevo abad Juan II aprovecha para reclamar al rey sus derechos de pesca sobre el Lago Sanabria que le son concedidos mediante documento real.
Está claro que los diferentes abades del monasterio de San Martín de Castañeda siempre mantuvieron excelente relación con la nobleza. Prueba de ello es que, abandonado el monasterio durante varias décadas, en 1150 el rey Alfonso VII cede el lugar a Pedro Gutierrez, que muchos años después sería canonizado con el nombre de San Pedro Cristiano, para que restaure la vida monacal bajo la Regla de San Benito. Seis años después (1156) Pedro Cristiano es nombrado obispo de Astorga, motivo por el cual se nombra nuevo abad para el monasterio en a Martín IV. En esa época se construyó el templo que podemos ver actualmente y cuyo ábside contemplamos en la foto adjunta. Nace también entonces la leyenda, propagada por los monjes de Carraceda, de que en el fondo del lago de Sanabria yace una ciudad sumergida (Valverde de Lucerna) según el libro IV del Códice Calixtino.
Los de Carraceda abrazan a partir de 1203 la observancia cisterciense, pero San Martín de Castañeda se niega a ello cortándose la relación entre ambos monasterios. Sin embargo 42 años después, en 1245, los de San Martín aceptan su ingreso en el Císter. Para entonces, la continuas donaciones y compras han engrosado notablemente el patrimonio del monasterio que tiene dominio sobre 120 localidades de las comarcas limítrofes. Tras algunas crisis religiosas y políticas del siglo XV y parte del XVI, el monasterio de San Martín de Castañeda resurge con fuerza y construye la sacristía y renueva la puerta occidental del templo. En el siglo XVIII, en cumplimiento de la bula cuatripartita del papa Clemente XII, la abadía se divide en cuatro provincias y San Martín queda incorporada a la de Galicia.
La guerra y posterior Desamortización de Mendizábal reduce la mayor parte de los bienes del monasterio, se dispersan muchos de los monjes y empieza una dura decadencia que acaba con la exclaustración general de todos ellos. Solo el templo sigue abierto cinco años más como parroquia del lugar. El edificio conventual y todos los bienes que contiene son subastados. Finalmente el convento entra en ruina y es derribado y aprovechadas sus piedras por los vecinos del lugar y otros núcleos próximos para la construcción de casas. Cosas de la vida en 1931, cuando solo queda ruina y desolación, el monasterio de San Martín de Castañeda es declarado Monumento Histórico y empieza su rehabilitación que se engrandece más si cabe con la declaración de Paraje Pintoresco Nacional en 1953 y posteriormente Parque Natural.
RAFAEL FABREGAT
En el año 921 el abad cordobés Juan I y sus monjes iniciaron la construcción de un templo mozárabe que se encuentra documentado gracias a un pleito del año 927 con un tal Ronasindo que, con el uso de la fuerza, se había apoderado de la pesca y de parte de las tierras adquiridas por el cenobio unos años antes. El año 940 el rey Ramiro II reconoce las propiedades del monasterio y las aumenta con la donación de la aldea de Vigo y varias viñas en la Tierra de Campos. El año 952 su sucesor, el rey Orduño III de León y su séquito, se hospedan en el monasterio y el nuevo abad Juan II aprovecha para reclamar al rey sus derechos de pesca sobre el Lago Sanabria que le son concedidos mediante documento real.
Está claro que los diferentes abades del monasterio de San Martín de Castañeda siempre mantuvieron excelente relación con la nobleza. Prueba de ello es que, abandonado el monasterio durante varias décadas, en 1150 el rey Alfonso VII cede el lugar a Pedro Gutierrez, que muchos años después sería canonizado con el nombre de San Pedro Cristiano, para que restaure la vida monacal bajo la Regla de San Benito. Seis años después (1156) Pedro Cristiano es nombrado obispo de Astorga, motivo por el cual se nombra nuevo abad para el monasterio en a Martín IV. En esa época se construyó el templo que podemos ver actualmente y cuyo ábside contemplamos en la foto adjunta. Nace también entonces la leyenda, propagada por los monjes de Carraceda, de que en el fondo del lago de Sanabria yace una ciudad sumergida (Valverde de Lucerna) según el libro IV del Códice Calixtino.
Los de Carraceda abrazan a partir de 1203 la observancia cisterciense, pero San Martín de Castañeda se niega a ello cortándose la relación entre ambos monasterios. Sin embargo 42 años después, en 1245, los de San Martín aceptan su ingreso en el Císter. Para entonces, la continuas donaciones y compras han engrosado notablemente el patrimonio del monasterio que tiene dominio sobre 120 localidades de las comarcas limítrofes. Tras algunas crisis religiosas y políticas del siglo XV y parte del XVI, el monasterio de San Martín de Castañeda resurge con fuerza y construye la sacristía y renueva la puerta occidental del templo. En el siglo XVIII, en cumplimiento de la bula cuatripartita del papa Clemente XII, la abadía se divide en cuatro provincias y San Martín queda incorporada a la de Galicia.
La guerra y posterior Desamortización de Mendizábal reduce la mayor parte de los bienes del monasterio, se dispersan muchos de los monjes y empieza una dura decadencia que acaba con la exclaustración general de todos ellos. Solo el templo sigue abierto cinco años más como parroquia del lugar. El edificio conventual y todos los bienes que contiene son subastados. Finalmente el convento entra en ruina y es derribado y aprovechadas sus piedras por los vecinos del lugar y otros núcleos próximos para la construcción de casas. Cosas de la vida en 1931, cuando solo queda ruina y desolación, el monasterio de San Martín de Castañeda es declarado Monumento Histórico y empieza su rehabilitación que se engrandece más si cabe con la declaración de Paraje Pintoresco Nacional en 1953 y posteriormente Parque Natural.
RAFAEL FABREGAT
23 de noviembre de 2015
1944- LA HISTÓRICA SANAÁ.
Ruinas de la antigua ciudad de Ma'rib. |
Sanaá, capital de Yemen desde 1918, fue fundada en el siglo VI a.C. pero fue en el siglo I a.C. cuando llegó a ser una de las ciudades más importantes de la región. Su lengua, ya desde el siglo VIII a.C., era el idioma sabeo. Sus 104 mezquitas y 14 casas de baños públicos (hammam) nos hablan del esplendor de esta antigua y gran ciudad, con más de 6000 viviendas en tiempos anteriores al siglo XI. Aunque no hay certeza absoluta sobre la ubicación del palacio de la reina de Saba en tierras yemeníes, se cree que pudo estar en la ciudad de Sanaá. Arqueólogos alemanes abogan porque el palacio principal y centro de poder del Reino de Saba estuviera en las tierras africanas de Etiopía lo cual no es óbice para que, al menos la reina Makeda, tuviera otro palacio en su Yemen natal.
Se cree también que Sanaá pudo ser la capital del Reino de Himyar, a principios del siglo VI d.C. ya que, en la época alcanzó el poder el rey himyarita Yüsuf Dhü Nuwas, Sanaá era capital del virreinato etíope. Unas décadas después, en el año 570, la ciudad fue conquistada por el Imperio sasánida. A pesar de los muchos reinos existentes en la zona, con la llegada del islám Sanaá se convirtió en sede del Gobierno. Con los siglos Yemen pasó a manos de los Mamelucos (1517) y después de los Otomanos. Durante un siglo (1538-1635) Sanaá fue capital del vilayato turco y lo mismo sucedió en el segundo periodo de dominio, desde 1872 a 1918 cuando fue derrotado por las fuerzas aliadas de la I Guerra Mundial.
Desde la revolución de 1962, que depuso al imán Yahya Muhammad Hamid ed-Din, Sanaá se convirtió en capital de la República Árabe de Yemen y en 1990 del Yemen unificado.
Actualmente es centro cultural islámico, con decenas de mezquitas y su correspondiente Universidad. La "Ciudad Vieja" es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Capital Árabe de la Cultura. Sanaá está situada sobre una meseta, a 2350 metros de altitud, lo que le garantiza un clima seco de hasta 40ºC que en las noches invernales puede bajar hasta los -4ºC.
El mejor clima del año para visitarla suele darse en los meses de Marzo y Abril aunque, de momento, secuestros de turistas por parte de clanes rebeldes del país aconsejan evitar el turismo por aquellas tierras.
RAFAEL FABREGAT
22 de noviembre de 2015
1943- LA OREJA DE JENKINS.
En el siglo XVIII, dominando plenamente el Caribe y buena parte del continente americano, los guardacostas españoles perseguían el constante contrabando de los piratas británicos y holandeses a los que, si podían, les confiscaban las mercancías ilegalmente adquiridas o directamente robadas. Para justificar trapicheos y pérdidas de barcos y mercancías, los piratas británicos denunciaban en la Cámara de los Comunes que habían sido atacados y robados por los guardacostas españoles a los que calificaban de "abominables ladrones de la humanidad", cuando eran ellos quienes expoliaban al mundo.
Según quejas del gobierno británico, promotor de piratas y corsarios, desde 1731 a 1813 los guardacostas españoles les habían confiscado más de 180 mercantes. Pocos me parecen, deberían haber sido más... Uno de esos barcos fue el capitaneado por el escocés Robert Jenkins. En 1732 el pirata Jenkins "trabajaba" frente a las costas de Florida cuando fue interceptado por el guardacostas español "La Isabela" capitaneado por D. Juan de León Fandiño que atacó con valentía y finalmente apresó al inglés.
Jenkins fue atado al palo mayor con la intención de colgarle, pero Juan de León decidió más tarde ponerlo en libertad tras amputarle una oreja. Con ella en la mano D. Juan le dijo: "Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". En 1738 Robert Jenkins compareció en la Cámara de los Comunes,
con un frasco que contenía su rebanada oreja y denunciando lo ocurrido, a consecuencia de lo cual el primer ministro Walpole declaró la guerra a España al año siguiente por ofensa que esto representaba para la Corona británica. El conflicto, de nueve años de duración (1739-1748) enfrentó encarnizadamente a españoles e ingleses, principalmente en el mar del Caribe. No por la oreja de un simple capitán de navío, ni por la supuesta ofensa, sino por los intereses que estaban en juego. El primer ataque inglés fue en La Guajira...
Viendo el capitán Waterhouse varios buques de pequeño tamaño en el puerto de La Guajira, ordenó a sus barcos arriar su bandera británica y enarbolar otras españolas para engañar al enemigo, acceder al puerto y una vez dentro tomar las naves enemigas y asaltar el fuerte. Así lo hicieron el 22 de Octubre de 1739 pero, percatándose los españoles del engaño, una vez que estuvieron a tiro, la artillería española abrió fuego de forma simultánea. Después de tres horas de intenso cañoneo, Waterhouse hubo de ordenar la retirada de sus maltrechos barcos que tuvieron que recalar en Jamaica para su urgente reparación. Entre las muchas batallas navales acaecidas aquellos años, una de las fundamentales fue la de Cartagenas de Indias. Para contrarrestar la superioridad británica, los servicios de inteligencia españoles consiguieron infiltrar espías en la Corte londinense y cuando los británicos decidieron tomar Cartagena el 13 de Marzo de 1741, los españoles estaban sobre aviso y a la espera.
La flota británica estaba compuesta por 186 naves y 27.000 hombres, mientras las fuerzas españolas eran tan solo 3.500 hombres y seis navíos de línea. El almirante inglés Edward Vernon, con la excusa de entregar una carta al general Blas de Lezo mandó a su teniente Percival a bordo del buque Fraternity para estudiar las defensas enemigas. Sin reacción alguna de los españoles, Percival ordenó abrir fuego para provocar una respuesta que le permitiese valorar la capacidad defensiva de los españoles pero, conocedores de las motivaciones del inglés, los hombres de Blas de Lezo no respondieron al fuego y el Fraternity regresó al lugar donde fondeaba la flota pensando que sería fácil derrotar a los españoles. Al día siguiente un desembarco de 400 marineros ingleses fue rechazado sin mayor problema y los británicos iniciaron entonces un bombardeo a la ciudad de 3 días de duración.
Destruida parte de la Catedral y varios edificios públicos y religiosos, Vernon dio por exitosa la operación y ordenó la retirada de su flota, dejando dos navíos en las proximidades con la orden de interceptar cualquier nave española que se acercase.
Dos meses después el almirante Vernon regresó decidido a tomar la plaza. Para ello venía en esta ocasión con 13 buques de guerra y una bombarda pero, para su sorpresa, Blas de Lezo decidió esta vez desplegar sus seis barcos de línea, de tal forma que cañonearles precisaba de tiros largos y cortos que dificultaban el disparo de la artillería. Vernon disparó una andanada sobre la ciudad y tras unos 300 cañonazos sin respuesta española ordenó la retirada de sus buques. El almirante británico sostuvo más tarde que había sido un simple ataque de tanteo pero, en realidad, lo que hizo fue poner sobre aviso a los españoles. Cuando dos semanas después los británicos atacaron de nuevo, las cosas ya fueron para ellos bien diferentes. No intuyó Vernon peligro alguno y, pensando que era una cuestión de tiempo, despachó correo a Inglaterra dando noticia de la victoria.
El 13 de Marzo de 1741 la gran flota británica se aproximó a Cartagena de Indias. Sus cañones silenciaron rápidamente las baterías de los fuertes de San Felipe, Chamba y Santiago. La fortaleza de San Luis de Bocachica, defendida por tan solo 500 hombres, fue cañoneada incesantemente durante 16 días. Finalmente los supervivientes hubieron de replegarse no sin antes hundir cuatro de sus barcos para obstaculizar la navegación por el canal. Refugiados en la fortaleza de Bocagrande, a la entrada de la bahía, los españoles hundieron los otros dos barcos que les quedaban. Tal como pensaba Blas de Lezo estos hundimientos sirvieron de poco. El almirante Vernon entró triunfante en la bahía mientras los últimos 600 españoles, con Blas de Lezo y Carlos Desnaux al frente, se guarnecieron en la fortaleza de San Felipe, su última baza. Vernon ordenó entonces un incesante cañoneo por mar y tierra al castillo de San Felipe.
Ante la resistencia de los españoles decidió rodear la fortaleza y atacar también desde la selva, donde cientos de sus hombres cogieron la malaria. Llegados a la fortaleza Vernon atacó con infantería pero el acceso era una estrecha rampa donde esperaban 300 soldados españoles que les causaron 1500 bajas. La mañana del 20 de Abril podían verse miles de cadáveres alrededor de la fortaleza, que seguía cerrada a cal y canto. De repente, con las tropas británicas totalmente diezmadas, los españoles abrieron las puertas del castillo y salieron en tropel con las bayonetas caladas, matando a varios cientos de ingleses y haciéndo huir al resto hacia los barcos. Mientras en Gran Bretaña se celebraba el triunfo de la batalla y se acuñaban medallas y monedas conmemorativas, el Alto Mando británico con Vernon a la cabeza, ordenaba la retirada de las tropas supervivientes. Cinco de sus naves fueron incendiadas por ellos mismos en el puerto de Cartagena, por falta de tripulación...
RAFAEL FABREGAT
Según quejas del gobierno británico, promotor de piratas y corsarios, desde 1731 a 1813 los guardacostas españoles les habían confiscado más de 180 mercantes. Pocos me parecen, deberían haber sido más... Uno de esos barcos fue el capitaneado por el escocés Robert Jenkins. En 1732 el pirata Jenkins "trabajaba" frente a las costas de Florida cuando fue interceptado por el guardacostas español "La Isabela" capitaneado por D. Juan de León Fandiño que atacó con valentía y finalmente apresó al inglés.
Jenkins fue atado al palo mayor con la intención de colgarle, pero Juan de León decidió más tarde ponerlo en libertad tras amputarle una oreja. Con ella en la mano D. Juan le dijo: "Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". En 1738 Robert Jenkins compareció en la Cámara de los Comunes,
con un frasco que contenía su rebanada oreja y denunciando lo ocurrido, a consecuencia de lo cual el primer ministro Walpole declaró la guerra a España al año siguiente por ofensa que esto representaba para la Corona británica. El conflicto, de nueve años de duración (1739-1748) enfrentó encarnizadamente a españoles e ingleses, principalmente en el mar del Caribe. No por la oreja de un simple capitán de navío, ni por la supuesta ofensa, sino por los intereses que estaban en juego. El primer ataque inglés fue en La Guajira...
Viendo el capitán Waterhouse varios buques de pequeño tamaño en el puerto de La Guajira, ordenó a sus barcos arriar su bandera británica y enarbolar otras españolas para engañar al enemigo, acceder al puerto y una vez dentro tomar las naves enemigas y asaltar el fuerte. Así lo hicieron el 22 de Octubre de 1739 pero, percatándose los españoles del engaño, una vez que estuvieron a tiro, la artillería española abrió fuego de forma simultánea. Después de tres horas de intenso cañoneo, Waterhouse hubo de ordenar la retirada de sus maltrechos barcos que tuvieron que recalar en Jamaica para su urgente reparación. Entre las muchas batallas navales acaecidas aquellos años, una de las fundamentales fue la de Cartagenas de Indias. Para contrarrestar la superioridad británica, los servicios de inteligencia españoles consiguieron infiltrar espías en la Corte londinense y cuando los británicos decidieron tomar Cartagena el 13 de Marzo de 1741, los españoles estaban sobre aviso y a la espera.
La flota británica estaba compuesta por 186 naves y 27.000 hombres, mientras las fuerzas españolas eran tan solo 3.500 hombres y seis navíos de línea. El almirante inglés Edward Vernon, con la excusa de entregar una carta al general Blas de Lezo mandó a su teniente Percival a bordo del buque Fraternity para estudiar las defensas enemigas. Sin reacción alguna de los españoles, Percival ordenó abrir fuego para provocar una respuesta que le permitiese valorar la capacidad defensiva de los españoles pero, conocedores de las motivaciones del inglés, los hombres de Blas de Lezo no respondieron al fuego y el Fraternity regresó al lugar donde fondeaba la flota pensando que sería fácil derrotar a los españoles. Al día siguiente un desembarco de 400 marineros ingleses fue rechazado sin mayor problema y los británicos iniciaron entonces un bombardeo a la ciudad de 3 días de duración.
Destruida parte de la Catedral y varios edificios públicos y religiosos, Vernon dio por exitosa la operación y ordenó la retirada de su flota, dejando dos navíos en las proximidades con la orden de interceptar cualquier nave española que se acercase.
Dos meses después el almirante Vernon regresó decidido a tomar la plaza. Para ello venía en esta ocasión con 13 buques de guerra y una bombarda pero, para su sorpresa, Blas de Lezo decidió esta vez desplegar sus seis barcos de línea, de tal forma que cañonearles precisaba de tiros largos y cortos que dificultaban el disparo de la artillería. Vernon disparó una andanada sobre la ciudad y tras unos 300 cañonazos sin respuesta española ordenó la retirada de sus buques. El almirante británico sostuvo más tarde que había sido un simple ataque de tanteo pero, en realidad, lo que hizo fue poner sobre aviso a los españoles. Cuando dos semanas después los británicos atacaron de nuevo, las cosas ya fueron para ellos bien diferentes. No intuyó Vernon peligro alguno y, pensando que era una cuestión de tiempo, despachó correo a Inglaterra dando noticia de la victoria.
El 13 de Marzo de 1741 la gran flota británica se aproximó a Cartagena de Indias. Sus cañones silenciaron rápidamente las baterías de los fuertes de San Felipe, Chamba y Santiago. La fortaleza de San Luis de Bocachica, defendida por tan solo 500 hombres, fue cañoneada incesantemente durante 16 días. Finalmente los supervivientes hubieron de replegarse no sin antes hundir cuatro de sus barcos para obstaculizar la navegación por el canal. Refugiados en la fortaleza de Bocagrande, a la entrada de la bahía, los españoles hundieron los otros dos barcos que les quedaban. Tal como pensaba Blas de Lezo estos hundimientos sirvieron de poco. El almirante Vernon entró triunfante en la bahía mientras los últimos 600 españoles, con Blas de Lezo y Carlos Desnaux al frente, se guarnecieron en la fortaleza de San Felipe, su última baza. Vernon ordenó entonces un incesante cañoneo por mar y tierra al castillo de San Felipe.
Puerto de Cartagena (Colombia) en la actualidad. |
RAFAEL FABREGAT
1942- MÚSICA DE TROMPETA.
Cuando un verdadero enamorado de las setas, os diga que no quiere buscar más, no le creáis. Es como el cazador que dice querer colgar la escopeta, porque ha fallado a una perdiz parada a 20 metros; como el aficionado al fútbol que asegura no querer ver nunca más un partido, porque "su" Real Madrid ha perdido "el clásico" en su campo por 0-4. No, no. No es que yo quiera decir que toda la gente que tenga algún tipo de hobby sea un mentiroso. No se trata de eso. Cuando alguien que sea un verdadero aficionado a determinada cosa, os diga que ha roto literalmente con ella, es porque no le han salido las cosas como esperaba pero, si puede, volverá. Imagino que será algo así como la droga, vicio de infelices que no saben vivir sin ella. En fin, algo así. Entre físico y mental, pero siempre irrenunciable.
Ya he dicho varias veces este año que no volvería a buscar setas... Porque ya tenía el arcón-congelador a tope, porque mi mujer ya quería tirármelas pues no sabía donde ponerlas, porque ni amigos ni familiares querían más... ¡Todo pamplinas!. No es que yo sea un mentiroso, ¡válgame Dios!. Todo lo dicho anteriormente es rigurosamente cierto pero, ¿dejar de cogerlas, a sabiendas de que el bosque está lleno de ellas?. Porque, al menos en mi caso, ya no se trata de ir a buscarlas puesto que sé perfectamente donde están. Simplemente es ir a cogerlas, a cientos, a miles... ¿exagerado?. No amigos, es tan solo una cuestión de matices, porque estoy seguro de que vosotros estaréis pensando en níscalos, boletus, etc. y yo hablo (hoy) de trompetas o Cantharellus Lutescens.
Como ya os conté en entradas anteriores, la temporada de los boletus y de los níscalos 2015 acabó para mí semanas atrás, como también os conté que me quedaban dos capítulos por escribir para cerrar la campaña de forma definitiva: trompeta amarilla y lengua de vaca. Estoy en el primero de esos capítulos y no creo que pueda escribir el segundo. En los muchos años que llevo vividos, jamás vi nada igual por estas latitudes. En un recorrido de cien metros de distancia, por uno y medio de ancho y empezando a dos brazas de las ruedas del coche, llevo recogidas ¡once cestas!. Allí me pillaron ayer las primeras gotas del frente frío y también el posterior viento helado que nos anunciaba la televisión la noche del pasado jueves. No se trata pues de buscar, sino de coger y limpiar.
Ir al monte, llenar la cesta y volver a casa me cuesta una hora escasa, pero después hay otra hora larga para dejarlas bien limpitas, secarlas un poco y embolsarlas. Como los aficionados ya saben, la trompeta o camagroc es una seta muy pequeña y en una cesta... ¡igual caben más de mil!. No lo se. No se me ha ocurrido contarlas, pero muchas. Depende naturalmente de su tamaño. No suelo seleccionarlas, sino que voy cogiendo a tajo y por tanto en tamaños muy diferentes. Pero, ahora sí, estamos a tope y no podemos volver a buscar más. Sin duda tenemos setas para todo el año. La última vez que cerré el arcón-congelador hube de hacerlo de golpe puesto que las bolsas de trompetas sobresalían por encima del nivel de la caja. Afortunadamente esta seta es dócil al respecto.
Mi mujer me ha permitido llenar una de las cajas del "combi" de la cocina, pero solo una. Son diez bolsitas las que caben, también con una cierta presión. Han quedado en el monte cientos de miles de trompetas amarillas, de la misma manera que quedó pendiente un último repaso a las setas de cardo en los campos que suelo buscar y muy especialmente unos puñados de lengua de vaca, que siempre salen en el mismo lugar y que no descarto ir a por ellas una mañana de domingo que no tenga mejor cosa que hacer. Por supuesto, con los fuertes y fríos vientos que está haciendo las trompetas que quedaron en el monte estarán heladas y (lo que es peor) secas por los vientos del norte. Eso queda pues descartado, aún en el caso de que tuviera donde ponerlas, que no es así.
Doy pues por finalizada la campaña micológica 2015.
- ¿Será verdad y efectivamente el amigo Condill ya no contará más "batallitas seteras" hasta el próximo año? -se preguntan mis lectores.
Pues creo que sí, pero tampoco pondría la mano en el fuego. Como he dicho al comienzo de esta entrada, de lo que cuenten seteros y cazadores no hay que creerse nada que no hayas visto y, aún viéndolo, tan solo la mitad. Especialmente en lo que concierne a sus (falsas) promesas de que no reincidirán en la búsqueda o en la caza.
Anoche, primera vez del presente otoño, encendimos la chimenea. Las chuletas a la brasa, con patatas de Mosqueruela a la doble cocción, estaban... Mmmmmmmmmmm. :-)
Un abrazo a todos y feliz domingo.
RAFAEL FABREGAT
Como ya os conté en entradas anteriores, la temporada de los boletus y de los níscalos 2015 acabó para mí semanas atrás, como también os conté que me quedaban dos capítulos por escribir para cerrar la campaña de forma definitiva: trompeta amarilla y lengua de vaca. Estoy en el primero de esos capítulos y no creo que pueda escribir el segundo. En los muchos años que llevo vividos, jamás vi nada igual por estas latitudes. En un recorrido de cien metros de distancia, por uno y medio de ancho y empezando a dos brazas de las ruedas del coche, llevo recogidas ¡once cestas!. Allí me pillaron ayer las primeras gotas del frente frío y también el posterior viento helado que nos anunciaba la televisión la noche del pasado jueves. No se trata pues de buscar, sino de coger y limpiar.
Ir al monte, llenar la cesta y volver a casa me cuesta una hora escasa, pero después hay otra hora larga para dejarlas bien limpitas, secarlas un poco y embolsarlas. Como los aficionados ya saben, la trompeta o camagroc es una seta muy pequeña y en una cesta... ¡igual caben más de mil!. No lo se. No se me ha ocurrido contarlas, pero muchas. Depende naturalmente de su tamaño. No suelo seleccionarlas, sino que voy cogiendo a tajo y por tanto en tamaños muy diferentes. Pero, ahora sí, estamos a tope y no podemos volver a buscar más. Sin duda tenemos setas para todo el año. La última vez que cerré el arcón-congelador hube de hacerlo de golpe puesto que las bolsas de trompetas sobresalían por encima del nivel de la caja. Afortunadamente esta seta es dócil al respecto.
Mi mujer me ha permitido llenar una de las cajas del "combi" de la cocina, pero solo una. Son diez bolsitas las que caben, también con una cierta presión. Han quedado en el monte cientos de miles de trompetas amarillas, de la misma manera que quedó pendiente un último repaso a las setas de cardo en los campos que suelo buscar y muy especialmente unos puñados de lengua de vaca, que siempre salen en el mismo lugar y que no descarto ir a por ellas una mañana de domingo que no tenga mejor cosa que hacer. Por supuesto, con los fuertes y fríos vientos que está haciendo las trompetas que quedaron en el monte estarán heladas y (lo que es peor) secas por los vientos del norte. Eso queda pues descartado, aún en el caso de que tuviera donde ponerlas, que no es así.
Doy pues por finalizada la campaña micológica 2015.
- ¿Será verdad y efectivamente el amigo Condill ya no contará más "batallitas seteras" hasta el próximo año? -se preguntan mis lectores.
Pues creo que sí, pero tampoco pondría la mano en el fuego. Como he dicho al comienzo de esta entrada, de lo que cuenten seteros y cazadores no hay que creerse nada que no hayas visto y, aún viéndolo, tan solo la mitad. Especialmente en lo que concierne a sus (falsas) promesas de que no reincidirán en la búsqueda o en la caza.
Anoche, primera vez del presente otoño, encendimos la chimenea. Las chuletas a la brasa, con patatas de Mosqueruela a la doble cocción, estaban... Mmmmmmmmmmm. :-)
Un abrazo a todos y feliz domingo.
RAFAEL FABREGAT
19 de noviembre de 2015
1941- EL DULCE TOMATE... DE BUÑOL.
Buñol, municipio del interior de la provincia de Valencia (España) pudo haber sido famoso por su interesante castillo de origen almorávide (s.XIII) o por sus jugosas y dulces naranjas pero, cosas de la vida, se metió en la Historia por unos tomates que nada tienen que ver con esta población. Buñol es pueblo importante de la comarca de La Hoya, con más de 10.000 habitantes y término municipal de 112,4 Km2 de superficie.
Localidad con mucha e interesante historia, romana, visigoda, árabe y medieval. Con la expulsión de los moriscos perdió dos tercios de su población. Ante las quejas del Conde de Buñol al rey Felipe III, 33 pobladores mallorquines fueron enviados para repoblar la localidad.
Claro que en esta entrada al blog, escrita en forma más jocosa que histórica, lo que se pretende contar es su famosa "tomatina", hecho que la ha situado en el plano internacional. Increíble que una batalla de tomates le de voz a un pueblo que apenas la ha tenido con tan larga y compleja historia, repleta de conquistas y reconquistas. Así es la vida. Un juego en el que no gana quien más números lleva, ni quien más lo merece o necesita.
Desde el punto de vista agrícola, afín con el tema que nos ocupa, hay que decir que Buñol era a finales del siglo XIX eminentemente vitivinícola pero a principìos del siglo XX la filoxera acabó con la mayor parte de sus viñas.
Tomó fuerza la industria, papelera, cementera y textil, pero su agricultura siempre fue escasa y más bien de secano (algarrobos, olivos, almendros, etc.) a pesar de contar con las aguas de su río Buñol, con el que apenas se regaban unos cuantos huertos familiares de hortaliza o frutal. Está claro que los lectores esperan ansiosos la historia de la tomatina de Buñol pero, ¡hay tan poco que contar...!
Cada año, y en el presente se han cumplido 70 años de historia, se celebra en esta localidad una guerra entre jóvenes y mayores, cuya única arma son los sabrosos y maduros tomates que se adquieren normalmente en almacenes de frutas de la localidad de La Llosa, en la vecina provincia de Castellón.
¿Por qué se celebra tal acontecimiento cuando ni siquiera se trata de un cultivo local?. Pues bien, su origen parece ser que proviene de un desfile de "gigantes y cabezudos" llevado a cabo en las fiestas de la localidad de 1.944 y en el que muchos de sus jóvenes no pudieron participar, motivo por el cual no se les ocurrió cosa mejor que lanzarles tomates y hortalizas a los amigos que si consiguieron salir en el desfile. Al año siguiente la suerte favoreció a los que habían quedado fuera el año anterior y también ellos fueron recibidos a tomatazo limpio.
Poco a poco esto se volvió tradicional y finalmente el año 1959 se instauró como fiesta oficial de la localidad. Actualmente es una gran fiesta internacional en la que participantes de todas las partes del mundo se lanzan las 120 toneladas que el Ayuntamiento adquiere para la ocasión.
La Fiesta de la Tomatina empieza la noche anterior con lo que allí llaman "La Empalmá" cuyo significado consiste en empalmar la fiesta del día anterior con la de la mañana de "La Tomatina". A tal fin, en la Plaza Mayor de la localidad se reparte un buen desayuno gratuito a todos los que acudan a la fiesta y acto seguido los participantes intentan coger un sabroso jamón que cuelga de un poste enjabonado.
Como sea que son tantos los que intentan ganar el jamón, poco a poco el jabón va desapareciendo y siempre hay quien finalmente se lo lleva. Después de este "competición deportivo-festiva" empieza la batalla más divertida de la Historia a base de lanzarse tomates unos a otros. Por un recorrido previamente determinado, van entrado los camiones portadores de los 120.000 kilos de tomates a granel. Decenas de jóvenes impacientes se meten en la caja de los camiones y lanzan los primeros tomatazos, hasta que en un momento determinado el camión levanta el volquete y tomates y lanzadores caen en mitad de la calle, lanzándose la juventud a tirarse tomatazos unos a otros.
Así un camión tras otro hasta completar las 120 toneladas que suelen descargarse, mientras los vecinos colaboran en la fiesta sacando sus mangueras por las ventanas mojando a las hordas de jóvenes que invaden las calles. Al finalizar "la guerra" todos los participantes marchan a la orilla del río donde el Ayuntamiento tiene dispuestas duchas para atender las necesidades de limpieza y cambio de ropa de los "soldados" de tan popular batalla. Más de cien nacionalidades se dan cita todos los años en este evento veraniego.
RAFAEL FABREGAT
Localidad con mucha e interesante historia, romana, visigoda, árabe y medieval. Con la expulsión de los moriscos perdió dos tercios de su población. Ante las quejas del Conde de Buñol al rey Felipe III, 33 pobladores mallorquines fueron enviados para repoblar la localidad.
Claro que en esta entrada al blog, escrita en forma más jocosa que histórica, lo que se pretende contar es su famosa "tomatina", hecho que la ha situado en el plano internacional. Increíble que una batalla de tomates le de voz a un pueblo que apenas la ha tenido con tan larga y compleja historia, repleta de conquistas y reconquistas. Así es la vida. Un juego en el que no gana quien más números lleva, ni quien más lo merece o necesita.
Desde el punto de vista agrícola, afín con el tema que nos ocupa, hay que decir que Buñol era a finales del siglo XIX eminentemente vitivinícola pero a principìos del siglo XX la filoxera acabó con la mayor parte de sus viñas.
Tomó fuerza la industria, papelera, cementera y textil, pero su agricultura siempre fue escasa y más bien de secano (algarrobos, olivos, almendros, etc.) a pesar de contar con las aguas de su río Buñol, con el que apenas se regaban unos cuantos huertos familiares de hortaliza o frutal. Está claro que los lectores esperan ansiosos la historia de la tomatina de Buñol pero, ¡hay tan poco que contar...!
Cada año, y en el presente se han cumplido 70 años de historia, se celebra en esta localidad una guerra entre jóvenes y mayores, cuya única arma son los sabrosos y maduros tomates que se adquieren normalmente en almacenes de frutas de la localidad de La Llosa, en la vecina provincia de Castellón.
¿Por qué se celebra tal acontecimiento cuando ni siquiera se trata de un cultivo local?. Pues bien, su origen parece ser que proviene de un desfile de "gigantes y cabezudos" llevado a cabo en las fiestas de la localidad de 1.944 y en el que muchos de sus jóvenes no pudieron participar, motivo por el cual no se les ocurrió cosa mejor que lanzarles tomates y hortalizas a los amigos que si consiguieron salir en el desfile. Al año siguiente la suerte favoreció a los que habían quedado fuera el año anterior y también ellos fueron recibidos a tomatazo limpio.
Poco a poco esto se volvió tradicional y finalmente el año 1959 se instauró como fiesta oficial de la localidad. Actualmente es una gran fiesta internacional en la que participantes de todas las partes del mundo se lanzan las 120 toneladas que el Ayuntamiento adquiere para la ocasión.
La Fiesta de la Tomatina empieza la noche anterior con lo que allí llaman "La Empalmá" cuyo significado consiste en empalmar la fiesta del día anterior con la de la mañana de "La Tomatina". A tal fin, en la Plaza Mayor de la localidad se reparte un buen desayuno gratuito a todos los que acudan a la fiesta y acto seguido los participantes intentan coger un sabroso jamón que cuelga de un poste enjabonado.
Como sea que son tantos los que intentan ganar el jamón, poco a poco el jabón va desapareciendo y siempre hay quien finalmente se lo lleva. Después de este "competición deportivo-festiva" empieza la batalla más divertida de la Historia a base de lanzarse tomates unos a otros. Por un recorrido previamente determinado, van entrado los camiones portadores de los 120.000 kilos de tomates a granel. Decenas de jóvenes impacientes se meten en la caja de los camiones y lanzan los primeros tomatazos, hasta que en un momento determinado el camión levanta el volquete y tomates y lanzadores caen en mitad de la calle, lanzándose la juventud a tirarse tomatazos unos a otros.
Así un camión tras otro hasta completar las 120 toneladas que suelen descargarse, mientras los vecinos colaboran en la fiesta sacando sus mangueras por las ventanas mojando a las hordas de jóvenes que invaden las calles. Al finalizar "la guerra" todos los participantes marchan a la orilla del río donde el Ayuntamiento tiene dispuestas duchas para atender las necesidades de limpieza y cambio de ropa de los "soldados" de tan popular batalla. Más de cien nacionalidades se dan cita todos los años en este evento veraniego.
RAFAEL FABREGAT
17 de noviembre de 2015
1940- EN LAS COSAS DEL SEXO, DIOS ES INCONEXO.
No se trata de Jesucristo o de Mahoma que, por lo visto, eran simples profetas. Gente de carne y hueso que ni pincha ni corta, pues pisaron el mismo suelo que pisamos todos los mortales, simples pecadores. Aquí lo que de verdad importa es Dios, Padre y Creador de todas las cosas. Ese Dios que tiene tantos nombres como religiones hay en el planeta y que, según la opinión de muchos, todos son ¿verdaderos?.
Lo realmente curioso, por lo terrenal, es que son muchas las creencias que coinciden en que Dios es un profundo defensor de las cosas del sexo (?). ¿No es verdaderamente curioso que una divinidad, que se supone celestial, se pare a pensar en semejantes minucias terrenales, cuyo único fin es la supervivencia de la especie, cuando no la simple y egoísta lascivia?. Amparándose en este tipo de creencias (de conveniencia) más de cuatro espabilados, casi siempre dentro del seno de la Iglesia Católica, dicen que Dios nos ama y nada le gusta más que el hecho de que seamos felices. ¿Se referirán a que cada cual puede acostarse con quien se ponga a tiro y mejor aún si es entre gays?. ¡Vaya mundo de mierda...! ¿Cómo puede haber tontos tan tontos que crean en su palabra?. En fin, allá cada cual. ¡Vive y deja vivir!. Desde luego si a ellos les gustan tanto los tíos como a mí las tías... ¡todo está entendido!.
Pero volvamos al asunto... Hace ya mucho tiempo que se han extraído datos sobre la vida sexual de Jesucristo, como también se ha escrito hasta la saciedad de la de Mahoma. Como todos los mortales, lógicamente tenían su vida sexual.
Concretamente Mahoma, con 54 años de edad, se prometió (por tercera vez y faltaban diez más) con una niña de 6 años (Aisha) hija de su sucesor Abu Bakr, consumando el matrimonio cuando ésta cumplió los 9 años y él 57. ¡Vaya con el angelito!. Él digo. Según algunos historiadores estrenó varias docenas de "trajes" parecidos, aunque solo hay datos exactos de 13 legales. Con tanta marcha, el hombre murió a los 63 años de edad y más flaco que una mojama.
De todas formas, nadie puede decir nada al respecto, la libertad ante todo. Si al hombre le gustaba la marcha y tenía la posibilidad de poner la bala allí donde ponía el ojo, ¡suerte la suya!. Lo malo es que sus seguidores no se divierten de la misma forma. En este momento de la historia, en la que toca sufrir los ataques yihadistas del llamado Estado Islámico en muchas partes del mundo, nos cuentan que, para convencer a sus kamikazes, sus comandantes les aseguran que no deben tener miedo alguno a la muerte puesto que tras cada una de esas inmolaciones les está esperando Dios con 72 vírgenes para cada uno de ellos... ¡Vaya, vaya!.
Decirlo es fácil pero, ¿cómo es posible que nadie crea semejante promesa?. ¡Pues si vírgenes ya no quedan...! Eso sin contar que con semejantes "premios" nadie tiene la vida asegurada. ¿Qué pasa si detrás va el Estado Catapum y les promete 82, 92, 102, etc.?. Porque, después de 72 revolcones te has quedado sin vírgenes y ¿qué haces después, ya con todo el material usado?.
Además, ¿quien nos asegura que se nos dará lo prometido?. Que, por cierto, ¿para qué lo queremos si estamos despanzurrados?. Igual cabe que la pieza fundamental para trabajar "el huerto", con la explosión se nos haya quedado en la Tierra, pegada a una pared. Yo, por si acaso, no tiraría de la palanca. ¡72 vírgenes y sin pieza de repuesto...! Claro que, allí en el Cielo, debe haber de todo y lógicamente también "piezas" porque, de lo contrario, aquello no sería Cielo ni nada parecido... ¡Será que sí!. Otra cosa que no entra en mi (fofa) cabeza, es que en el caso de las inmolaciones de mujeres solo recibirán un varón... ¡aunque, eso sí, se garantiza que quedarán satisfechas!. Será sin duda todo un Adonis, con cuerpo de Swarzeneger. ¡Ay Señor!. ¡Tendré que ir al gimnasio...!
RAFAEL FABREGAT
Concretamente Mahoma, con 54 años de edad, se prometió (por tercera vez y faltaban diez más) con una niña de 6 años (Aisha) hija de su sucesor Abu Bakr, consumando el matrimonio cuando ésta cumplió los 9 años y él 57. ¡Vaya con el angelito!. Él digo. Según algunos historiadores estrenó varias docenas de "trajes" parecidos, aunque solo hay datos exactos de 13 legales. Con tanta marcha, el hombre murió a los 63 años de edad y más flaco que una mojama.
De todas formas, nadie puede decir nada al respecto, la libertad ante todo. Si al hombre le gustaba la marcha y tenía la posibilidad de poner la bala allí donde ponía el ojo, ¡suerte la suya!. Lo malo es que sus seguidores no se divierten de la misma forma. En este momento de la historia, en la que toca sufrir los ataques yihadistas del llamado Estado Islámico en muchas partes del mundo, nos cuentan que, para convencer a sus kamikazes, sus comandantes les aseguran que no deben tener miedo alguno a la muerte puesto que tras cada una de esas inmolaciones les está esperando Dios con 72 vírgenes para cada uno de ellos... ¡Vaya, vaya!.
Decirlo es fácil pero, ¿cómo es posible que nadie crea semejante promesa?. ¡Pues si vírgenes ya no quedan...! Eso sin contar que con semejantes "premios" nadie tiene la vida asegurada. ¿Qué pasa si detrás va el Estado Catapum y les promete 82, 92, 102, etc.?. Porque, después de 72 revolcones te has quedado sin vírgenes y ¿qué haces después, ya con todo el material usado?.
Además, ¿quien nos asegura que se nos dará lo prometido?. Que, por cierto, ¿para qué lo queremos si estamos despanzurrados?. Igual cabe que la pieza fundamental para trabajar "el huerto", con la explosión se nos haya quedado en la Tierra, pegada a una pared. Yo, por si acaso, no tiraría de la palanca. ¡72 vírgenes y sin pieza de repuesto...! Claro que, allí en el Cielo, debe haber de todo y lógicamente también "piezas" porque, de lo contrario, aquello no sería Cielo ni nada parecido... ¡Será que sí!. Otra cosa que no entra en mi (fofa) cabeza, es que en el caso de las inmolaciones de mujeres solo recibirán un varón... ¡aunque, eso sí, se garantiza que quedarán satisfechas!. Será sin duda todo un Adonis, con cuerpo de Swarzeneger. ¡Ay Señor!. ¡Tendré que ir al gimnasio...!
RAFAEL FABREGAT