8 de septiembre de 2015

1878- ADIÓS TRABAJO, ADIÓS.

Hace un par de décadas, quizás tres, cuando se hablaba de la mecanización de todos los sectores productivos, la gente se frotaba las manos pensando que se doblarían los sueldos y se acortarían las jornadas de trabajo. Sí, sí... Bendita inocencia. ¡En eso estaban pensando los empresarios!. Cuando un empresario se gasta una millonada en una máquina determinada, es para producir más con menos trabajadores. ¿Cómo podía nadie pensar otra cosa?. Es que, creer otra cosa... ¡es demencial!. Como no puede ser de otra forma, la tecnología acabará con millones de puestos de trabajo. El caso es que no hay marcha atrás. Puesto que abarata costes, esto ya no hay quien lo pare.


Lo que hace unos años se veía como una panacea para la clase obrera, será portadora de hambre o escasez para muchas familias. El rico más rico y el pobre más pobre. Las nuevas tecnologías acabarán con la clase media. Nadie podrá producir ni vender absolutamente nada. Las grandes fábricas producirán a precios ridículos, pero con margen suficiente al tratarse de grandes cantidades. Lo mismo sucederá con los comercios, que venderán a precios tan bajos que ningún negocio particular podrá hacerles frente. En pocas décadas habrán cerrado todas las tiendas de alimentación, las ferreterías, las droguerías, carnicerías, fruterías, la panadería diaria... Todo envasado en cantidades millonarias y por lo tanto mucho más barato.


Se triplicará el número de Grandes Superficies y allí lo encontrarás todo a mitad de precio. También los profesionales de cualquier oficio quedarán sin trabajo. No habrá carpinterías, ni fábricas de muebles, ni panaderías, de la misma manera que ya no existen algunos oficios que estaban en auge a mediados del siglo XX. Todo va a una velocidad endiablada. No hay zapatos que arreglar, porque un arreglo vale más que unos zapatos nuevos. No se puede remendar una camisa o un pantalón, porque es más barato comprar otro nuevo. Lo mismo sucede con cualquier tipo de electrodoméstico. ¿A donde va a parar todo esto?. La tecnología no está al servicio del ciudadano, como se pensaba.

Siguiendo el oficio familiar, fui fabricante de escobas toda mi vida. Cerré hace algo más de diez años porque fabricar una escoba me costaba 150 pesetas y traerla de importación me costaba menos de 100 y eran mejores que las mías. En un año cualquier máquina quedaba obsoleta. Como no podía ser de otra forma tuve que cerrar. Pues bien, como eso todo. Empecé a comprar y a vender, es decir, a distribuir. Pero dejé de tener trabajo para mis operarios. Afortunadamente eran mayores y se acogieron a una jubilación anticipada pero, ¿qué pasa con los jóvenes?. No siempre tendrán quien les ponga un plato en la mesa. Venga a estudiar y después no hay trabajo. Cualquier máquina elimina decenas de operarios.


Nada, o casi nada, se hace a mano. No interesa. No es competitivo. Llegan los "inventos" del ecologismo y la artesanía, que en breve no se creerá nadie porque no son creíbles. En defensa de lo artesanal también se decía que no había nada como lo fabricado a mano, pero no era verdad. En algún tiempo puede que fuera así pero, en la actualidad, la mecanización ha llegado a tal estado de perfección que supera en mucho a lo hecho por los humanos. Yo estoy en contra de todo esto, porque sé que va a sufrir mucha gente, pero verdad no hay más que una y hay que afrontarlo con entereza. Contra la mecanización no se puede luchar. Nos quedan los servicios, pero por poco tiempo. Todo será posible en el campo de la robótica.


Más pronto que tarde los robots nos servirán en la terraza del chiringuito. Cuando eso suceda tendremos más motivos para llorar que para reírnos. Durante gran parte del siglo XX los Altos Hornos de la industria siderúrgica enriquecían las ciudades donde se instalaban. Todo está obsoleto. Siguen existiendo, pero sin apenas operarios. Igual sucede con las fábricas de coches. Las producciones aumentan en la misma medida que los puestos de trabajo disminuyen. ¿Hasta cuando?. La tecnología está acercándose a un punto de inflexión. Las señales son inquietantes. La automatización es cada día mayor y en todos los sectores productivos. Faltaban los coches sin conductor que, a este paso, un día destruirán la industria del taxi...


La capacidad de las máquinas aumenta cada día que pasa, en perfección y en productividad. Incansables. Tampoco protestan, no reclaman derechos, ni piden aumentos de salario... Por el contrario los humanos solo tenemos dos manos, que de vez en cuando han de descansar; para comer, para beber, para ir al baño. Está claro que las máquinas ganarán esta batalla, como tantas otras. Solo la vida, el día a día, nos irá mostrando el nuevo camino; la forma de ganarnos el sustento diario pero, con este panorama tan poco alentador, mucho me temo que los milagros serán escasos. La pregunta, que hoy por hoy no tiene respuesta, es ¿qué pasará cuando la inmensa mayoría, en edad de trabajar, no tenga trabajo?.

RAFAEL FABREGAT

2 comentarios:

  1. Inverosímil!!!! ...Suena bastante trágico!! pero es una realidad.. más cercana que lejos...No se si se avanza, o se retrocede cada día con la tecnología...pero tal parece que todos los capitalistas quisieran exterminar al ser humano, con la implementación de nuevas tecnologías, en el reemplazo del ser humano...qué triste...!

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  2. Tranquila Sofía. No todo es negativo. ¡Somos los compradores y, como tales, no pueden matarnos ni dejarnos sin dinero!. Para haber guapos, tiene que haber feos.

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