Sin embargo la hostilidad de los indígenas impidió a los vikingos asentarse por mucho tiempo y hubieron de regresar a Groenlandia. De todas formas los arqueólogos han descubierto los restos de un campamento vikingo de esa antigüedad en la costa septentrional de Terranova, pero demasiado al norte para ser posible el cultivo del vino y de las nueces que según los textos antiguos recogieron los expedicionarios. Esto parece indicar que antes de abandonar el continente llevaron a cabo expediciones más al sur, aunque con los mismos inconvenientes de hostilidad indígena. En el actual Massachusetts sí eran ya posibles esos cultivos. De todas formas, tal y como se ha dicho antes los colonos regresaron a Groenlandia y jamás volvieron a pisar aquellas tierras, a pesar de lo cual la Universidad de Yale, ubicada en New Haven, Connecticut dice poseer un mapamundi de 1440 que incluye esas tierras.
Mapamundi incluyendo a Vinlandia. |
Todo encajaba con los manuscritos nórdicos y el Mapa de Vinlandia pasó a formar parte de los "Documentos Raros" de la Biblioteca Beinecke, aunque algunos estudiosos dudaron de forma inmediata de su autenticidad. El Carbono 14 demostró en 2002 que efectivamente el pergamino sobre el que está dibujado el mapa en cuestión es de la fecha consignada (1.434 +/- 11 años) o sea que era de la fecha indicada. La perspicacia de algunos investigadores obligaba no obstante a ir más allá. Aunque el soporte era de la época el documento no tenía el por qué serlo y se investigó entonces la tinta con la que estaba dibujado. Según el microanalista forense que llevó a cabo el análisis la tinta contiene anatasa, una sustancia que no se sintetizó hasta 1917 y que no llegó a utilizarse hasta 1923, lo que demostraba la falsedad del documento.
El mapa en cuestión había sido pues dibujado con posterioridad a 1923. Al parecer el autor de la falsificación fue el jesuita Josef Fischer que, ante el uso propagandístico que los alemanes hacían de la historia vikinga, decidió vengarse de ellos. A tal efecto compró en una subasta de la década de 1930 dos libros del siglo XV y desmontó la "hoja de respeto o cortesía", una hoja en blanco que suelen llevar algunos ejemplares. Con esta operación el clérigo disponía del soporte adecuado para dibujar el mapa que demostraría que los vikingos habían llegado a América antes que Colón, siendo igualmente una empresa cristiana la que había llevado a cabo el descubrimiento del Nuevo Mundo. Su conciencia religiosa quedaba pues a salvo.
En el texto del Mapa de Vinlandia
el clérigo anotó: "Como legado del Observador Apostólico y obispo de Groenlandia y las regiones vecinas, Erikson llegó en 1440 a esta inmensa y fértil tierra en el nombre de Dios Omnipotente..."
Juego o arrogancia intelectual, el jesuita Fischer estaba en el lugar idóneo y en el momento oportuno para llevar a cabo el engaño. En la Exposición de la Historia de Europa de 1892, celebrada en Madrid, fueron cedidos por la Seo de Zaragoza los manuscritos con los que fue realizado este mapa. Estos y otras decenas de manuscritos fueron robados en 1950, condenándose por dicho robo al italiano Enzo Ferrajoli que fue la persona que le vendió en 1957 el Mapa de Vinlandia al tratante que se lo vendió a Paul Mellón, mecenas de la Universidad de Yale. Nunca se averiguó de donde lo había sacado el tal Ferrajoli. Dado el interés en hacerse con el importantísimo documento, no hubo lugar a preguntas.
Sin embargo la guinda del pastel llegaría más tarde, al descubrirse un detalle que había pasado desapercibido a todos los investigadores. En el llamado Mapa de Vinlandia el perímetro de Groenlandia se dibuja completo casi tal y como es en realidad, cosa que no pudo descubrirse en aquellos tiempos puesto que los hielos perpetuos del Artico hacían imposible su navegación. En realidad parece ser que fue copiado de otros mapas se siglos posteriores. Todo quedaba aclarado. El jesuita había tenido el cuidado suficiente para hacerse con un pergamino de la época en el que llevar a cabo uno de los timos más logrados del siglo XX. No tuvo sin embargo el mismo cuidado al elegir la tinta con la que dibujarlo y menos aún pensó en el detalle de que en el siglo XV no podía saberse cual era el perímetro de Groenlandia. Está claro que al mentiroso se le coge más fácilmente que al cojo...
RAFAEL FABREGAT
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