Estamos en Rumanía, en la falda de los montes Bucegi, cerca de Sinaia. Además de ser el castillo más bonito de Rumanía, Peles es un majestuoso palacio encargado por el rey Carlos I de Rumanía en 1873, además de ser también el nombre del río que pasa junto al castillo y que, teniendo una central eléctrica en su inmediaciones, obró en su día el milagro de ser el primer castillo de Europa dotado de electricidad. Las obras comenzaron en 1876 y aunque se vieron interrumpidas durante la Guerra Ruso-Turca, que favoreció la Independencia de Rumanía del yugo otomano, el día 7 de Octubre de 1883 ya se procedió a su inauguración, a pesar de no estar terminado.
En realidad el magnífico castillo-palacio que hoy podemos contemplar, no fue terminado hasta 1914. Naturalmente el castillo no es defensivo, sino residencial. Estilo renacentista alemán de puntiagudos perfiles verticales, de muchas y pequeñas torres con elementos de madera tallada. En principio fue residencia de verano de la familia real, aunque también acogió los funerales del rey Carlos I en 1914. A falta de descendencia directa el trono pasó entonces a manos de su sobrino Fernando I, hijo segundo de su hermano el príncipe Leopoldo. Fernando I reinaría hasta su muerte en Julio de 1927, sucediéndole su hijo Carlos II aunque éste escapó con una amante judía renunciando a sus derechos en favor de su hijo MIguel I de tan solo seis años de edad.
Todos ellos pasaron buena parte de sus vidas en los amplios salones y jardines del bello Castillo de Peles. Miguel I reinó hasta 1947 cuando, metido el país en la órbita soviética, fueron amañadas las elecciones generales dándose amplia mayoría al Frente Nacional Democrático. Constituida la Asamblea General por comunistas al servicio de la URSS el rey Miguel I fue obligado a abdicar y a abandonar el país. A partir de entonces, exceptuando el castillo que está dedicado a finalidades turísticas, las instalaciones palaciegas fueron destinadas a lugar de relax para las autoridades rumanas. Tras la expulsión del país, Miguel I viajó a Londres, casándose al año siguiente con la princesa Ana de Borbón y Parma de veinticinco años de edad (1923) que le dio cinco hijas.
Posteriormente el matrimonio fijó su residencia en Suiza, viviendo en el exilio hasta 1997 cuando Miguel I fue autorizado a regresar a su país y se le devolvieron sus posesiones paulatinamente. El Castillo de Peles en concreto, fue reconocido por el estado como propiedad del antiguo rey, tomando éste posesión del mismo el 16 de Junio de 2008, aunque en realidad está abierto al público como museo. Con 94 años de edad Miguel I es el último Jefe de Estado de la II Guerra Mundial que sigue vivo. También su esposa, dos años más joven, se mantiene con buena salud y ambos residen en el Palacio Elisabeta, de Bucarest.
RAFAEL FABREGAT
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