Tierra de contrastes, que permite el disfrute de propios y extraños. Así es España.
Porque en este bendito país lo tenemos todo: el sol andaluz y la lluvia cantábrica, las playas valencianas y el esquí pirenaico; entre medias... dos Castillas a cual más auténtica y sabrosa, con sus lechazos y tostones, con sus judiones y su leche frita, con su pan candeal y los mejores quesos del mundo.
¿Quien puede dar más?.
Está claro que he dejado en el tintero mil y una recetas sin parangón...
Porque no he hablado de la paella valenciana, del marisco gallego y de los mejores vinos del planeta.
¡Ay España... un país que tiene tantos amantes como detractores!.
Millones de terrícolas querrían esta tierra para vivir, mientras algunos de los que aquí viven reniegan de sus bondades...
En fin, así es la vida.
Mundo de penas en el que nadie está contento con su suerte.
En este momento, cuando todavía tenemos el mes de Marzo en el calendario de 2015, las playas valencianas con 30ºC y repletas de bañistas. Por contra y para dar contento a todos, la mayoría de las estaciones de esquí están abiertas y con espesores de entre uno y dos metros de grosor. Una nieve primavera que garantiza el mayor de los disfrutes.
¿Y cómo están las terrazas costeras?. Pues eso, abarrotadas.
Que uno tiene hambre de playa... ¡pues a la playa!. Que apetece aprovechar los últimos coletazos de los deportes de invierno... ¡pues a la nieve!. Que uno no es de playa ni de esquí, pero le gusta la montaña... ¡pues a buscar setas de primavera!.
Es que, lo dicho, en España lo tenemos todo. Restaurantes, bares, terrazas, chiringuitos, discotecas y mucha naturaleza.
Por eso hay más aspirantes a venir que a marchar...
Los hoteles rurales en pueblos del interior, prácticamente completos y las setas tiritando de miedo, por si van los buscadores a por ellas y acaban en la sartén.
El problema es que nadie está contento con lo que tiene porque, ¿que tienen que envidiar nuestras playas a las caribeñas?.
Si acaso que los hombres y las mujeres de allá están más morenos... ¡pero no por haber tomado más el sol!.
Total, que España es diferente y, por supuesto, lo mejor de lo mejor. Exceptuando los políticos, que en su mayoría son unos golfos, todo lo demás es excepcional. Lo más de lo más. Hasta incluso tenemos las mejores procesiones de Semana Santa, porque a católicos no nos gana ni el Papa. A pillos tampoco, pero después se confiesa uno y ya marcha a ver la procesión de Jesús del Gran Poder completamente santificado. Alguno de esos pillos, hasta incluso llora cuando pasa la procesión, no digo más...
RAFAEL FABREGAT
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