Calle principal de Lhasa. |
Según cuentan las crónicas, el año 629 el principado de Lhasa fue conquistado por el guerrero Songtsen Gampo, pero su ambición no pararía aquí. Uno por uno fueron cayendo en su poder todos los principados de la región y en un par de décadas se convirtió en el primer emperador del Tíbet. El año 630 se casó con la princesa nepalesa Bhrikuti Devi y al año siguiente con la princesa Wencheng, hija del emperador chino Li Shimin, ambas mujeres budistas. Como no podía ser de otra forma, el nuevo emperador introdujo el budismo en el Tíbet y desarrolló el alfabeto tibetano.
Songtsen Gampo mandó construir los templos de Ramoche y de Yokhang para albergar las estátuas de Buda que habían traído sus respectivas esposas. Murió el año 649, accediendo al trono su nieto Mangsong Mangtsen. Las relaciones del nieto con China no fueron buenas. Buscando la alianza, pidió la mano de la hija del emperador Li Shimin pero no le fue concedida. Aliándose con los Tocarios conquistó buena parte del Asia Central tras lo cual, se dirigió a China y el año 665 tomó Hankeu. Durante su reinado, el Tíbet se convirtió en un gran imperio que abarcaba desde Siberia hasta el golfo de Bengala y desde el mar Caspio hasta la ribera del río Amarillo. Temiendo la invasión china, su muerte en 676 se mantuvo en secreto durante más de tres años.
En el siglo XVII se produce la caída de la monarquía y el acceso al poder de Ngawang Lobsang Gyatso, 5º dalái lama que con el apoyo de Ghusi Khan, un poderoso lider militar mongol, lleva a cabo una guerra civil. Ganada la guerra, en 1.645 inicia la construcción del Palacio de Potala, en 1.648 el Palacio Blanco y en 1.690 el Palacio Rojo. Aunque se mantienen algunas piezas anteriores, algunas del siglo VII, los edificios que podemos contemplar actualmente en Lhasa son de esta segunda época que corresponde a los siglos XVII y XVIII. Hasta la primera mitad del siglo XX y con una población de 25.000 personas, la mitad de los habitantes de Lhasa eran monjes.
En 1951, con la invasión del Ejército Popular de Liberación chino, miles de personas huyeron de la ciudad. También el 14º dalái lama Tenzin Gyatso, de 16 años de edad, abandonó el Palacio de Potala y se exiló en Dharamsala (India). Había sido ordenado monje budista a los cuatro años de edad y Dalái Lama con quince. En 1954 mantuvo conversaciones de paz con Mao y aunque se reiteraron en 1956 la crisis continuó. En 1959 Lhasa se sublevó pidiendo su independencia, pero una brutal represión provocó la ocupación total del país. Decenas de miles de tibetanos fueron muertos o apresados. En 1989 le fue concedido a Tenzin Gyatso el Premio Nobel de la Paz. En 2011 anunció su renuncia a todo cargo político.
Lamentablemente muchos de estos importantes templos y monasterios fueron dañados durante la llamada Revolución Cultural, una campaña de masas promovida por el Partido Comunista chino de Mao Zedong. Esta movilización estudiantil, dirigida por el Partido Comunista, recorrió todo el país y también las áreas rurales. Especialmente para los habitantes de Lhasa, pero también para todo el territorio del Tíbet, fue una masacre personal y cultural. Miles de personas murieron y otras emigraron a la India para salvar su vida. Actualmente se estima que en la India viven unos 150.000 tibetanos.
RAFAEL FABREGAT
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