No sé de qué se extrañan algunos. Todo el mundo sabe que en el Cam Nou se vive desde hace mucho tiempo la política. Lo que ya no sabían todos, es que también se vive la política entre sus directivos. Era algo fácil de imaginar pues todos son una misma cosa. Hoy está a la vista que en las gradas de ese estadio se promulgan actuaciones de apoyo masivo al independentismo catalán, algo que nada tiene que ver con el deporte. El fútbol es una cosa y la política otra bien diferente, o al menos así debería de ser. Sin embargo entre los dirigentes de este club de fútbol se juega también al juego de la política y somos muchos los que creemos que ese no es sitio para debatir este tipo de cosas.
Los espectadores de este campo de fútbol están exaltados políticamente porque los directivos del club no solo lo permiten y lo apoyan, sino que provocan el odio colectivo permitiendo algaradas que incitan a la división. Como no podía ser de otra forma los espectadores del resto de España, azulgranas muchos desde la infancia, no entienden cómo ha podido llegarse a esto. Se supone que la gente corriente, cansada de los quebraderos de cabeza de la vida diaria y asqueados de la política y de los políticos, va al campo de fútbol a distraerse, a pasárselo bien apoyando al equipo de sus amores... no a hacer política. Para eso y para llenarse los bolsillos ya están otros.
Lo que pasa en el campo del F.C. Barcelona no tiene parangón en ninguna otra parte del mundo. Es curioso que los catalanes hayan tenido siempre la fama de gente seria, trabajadora y formal. ¿Qué ha pasado para que se llegue a este proceder?. Porque si es por la crisis, a todos nos afecta. Los españoles en general no lo entendemos y los históricos seguidores del Barça, menos todavía. La política para los políticos. Para los que se lucran con sus decisiones interesadas. Cuando las gradas del Camp Nou se abanderan con los colores de la bandera catalano-aragonesa, uno no sabe si echarse a llorar o a reír. Sin embargo, difícil papeleta para los que piensan en contrario pues deben reír aunque no les haga gracia. También quienes pasamos de la política.
Son las banderas esteladas las que sacan de dudas a los espectadores del resto de España. Con esa actitud nos dicen a todos -cómo es posible- que nos odian, que no quieren seguir navegando con nosotros. ¿Qué les habrá hecho el resto de españoles?. Los que conocemos al pueblo catalán, nos negamos a creer que estos elementos subversivos sean catalanes. Es imposible. Muchos les hemos tratado durante toda una vida y no les reconocemos. Repito. ¿Qué les hemos hecho nosotros?. Por si acaso hubiera alguna duda, el propio club ha manifestado su apoyo incondicional al independentismo. Sabiendo los miles de peñas que apoyan al club en todo el territorio español, ¿como pueden hacer semejante locura?.
Como uno más de los brazos de la política catalana, el F. C. Barcelona declara su apoyo incondicional al soberanismo catalán. Los miles de Peñas que tienen repartidas por todo el territorio español... ¡que se jodan!. Así lo han entendido muchas de ellas y están dándose de baja a marchas forzadas. Se estima que ya han desaparecido más de 900 y sin duda alguna, con toda lógica, irán borrándose muchas más. Con tales despropósitos, pocas me parecen. Ya no te digo la animadversión que hay hacia Piqué, uno de los jugadores del Barça que declara públicamente su rechazo a España y, para vergüenza propia y extraña, sigue vistiendo la camiseta de la Selección Española. Ni sabemos por qué le llaman, ni por qué accede a llevarla.
Visto lo visto, cada cual en su casa y Dios en la de todos. Los que somos gente de paz no queremos ver tales imágenes. Ese odio empieza a ser recíproco y algunos ya no ven los partidos de un club tan emblemático. Que hagan lo que quieran pero, como no entre pronto la cordura entre sus directivos, mucho nos tememos que se convertirán en auténticos enemigos de los aficionados españoles, como ya lo son quienes actualmente gobiernan la Generalitat. Sin embargo, como ya he dicho antes, los catalanes no eran así. Así los ha hecho la política y las condiciones adversas que estamos atravesando y queremos creer que más pronto que tarde las aguas volverán a su cauce.
El Fútbol Club Barcelona se une a los políticos que buscan la independencia como fórmula para esconder la corrupción. Lo que está sucediendo no es propio de un pueblo trabajador y de gran cordura como es el catalán. Hemos de suponer por tanto que es tormenta de verano y que más pronto o más tarde las nubes escamparán. Casi un tercio de catalanes votaron a favor de la locura soberanista pero, aún así, dos tercios no acudieron a votar. Los que no acudieron saben perfectamente que la independencia no es la solución al problema. Sin embargo los independentistas son ruidosos y están en el poder. Es mejor quedarse en casa y no dejarse ver. Posiblemente en las próximas elecciones esa "mayoría silenciosa" haga saber su verdad. La gente de bien, eternos amantes del pueblo catalán, les esperamos con los brazos abiertos. Como antes, como siempre.
RAFAEL FABREGAT
Molt interessant com tot lo que publiques amic Rafel. Continua com fins hara, no pares eh.
ResponderEliminarUn fort abraç del teu amic Jose Vte.
Hola amigo José Vicente.
ResponderEliminarTu no pares de leer pues, mientras pueda, yo no pienso parar de contar cosas.
Lo importante de tener un buen amigo es que, o todo cuanto haces le parece bien, o te disculpa todos los fallos que cometas. Gracias de verdad y hasta siempre..