6 de octubre de 2014

1538- EL CASTILLO DE USSÉ.

Sin duda es uno de los castillos más hermosos de Francia y del mundo. Sin embargo su nacimiento en el siglo XI fue humilde, una especie de fuerte rodeado con una empalizada de troncos levantado el año 1004 por Guldin I de Saumur, lord de Ussé. Un temible vikingo, conocido popularmente como "el Diablo de Saumur"


El escritor francés Charles Perrault (1628-1703) se inspiró en el Castillo de Ussé para escribir el cuento de La Bella Durmiente. Especializado en este tipo de relatos, entonces llamados "cuentos de hadas", escribió cuentos tan populares como Caperucita Roja, el Gato con Botas, Cenicienta, Pulgarcito, Barba Azul, los Hermanos Grim y un largo etcétera, al que habría que sumar varios poemas. Este tipo de cuentos infantiles era algo novedoso y supuso un éxito extraordinario en una época donde la cultura estaba relegada a la sociedad más pudiente. Perrault buscó su inspiración en los bellos paisajes del Valle del Loira y en sus extraordinarios castillos. Dos siglos después seguiría sus pasos Wald Disney, icono del cine de animación y de los parques de atracciones, que elevaría los relatos de Perrault a su máxima expresión.

Pero volvamos a nuestra historia... Junto al misterioso bosque de Chinon y dominando el valle del río Indre se levanta el monumental Castillo de Ussé. Es el símbolo del castillo medieval por excelencia, en el que sin duda danzaron las más bellas damas y los más esforzados caballeros de la época. Entre sus paredes se llevarían a cabo los más bellos romances, pero también los apoyos Carolingios y las intrigas en contra del poder de los Capetos. Fueron muchos sus propietarios y todos ellos aportaron su toque personal, dándole el aspecto único que hoy podemos contemplar. El primero de ellos fue Eudes II, conde de Blois, que derribó el fuerte inicial de madera levantado por Guldin I y lo reconstruyó en piedra. 

Era solo el comienzo. Los diferentes condes de Blois seguirían aportando nuevas construcciones que lo agrandaron y embellecieron hasta convertirlo en un suntuoso palacio. A mediados del siglo XV el castillo fue adquirido por Juan V de Bueil, capital general de Carlos VII de Francia, al ser nombrado Lord de Ussé. De inmediato empezaron nuevas ampliaciones y una reconstrucción que seguiría su hijo Antoine de Bueil. Finalmente las deudas acumuladas fueron de tal calibre que hubo de vender el castillo. Lo adquirió Jacques d'Espinay, chambelán del rey. Se construyó entonces la capilla que finalizaría su hijo Carlos en 1538. 


Entró en escena el gótico flamígero y los motivos renacentistas de la época que seguirían durante más de un siglo. Ya en el siglo XVII Luis de Valentinay demolió el ala norte del castillo para dar visibilidad, desde el patio interior, a las terrazas ajardinadas. Sin embargo el Castillo de Ussé era un pozo sin fondo y unos años después el castillo pasó a manos de la familia Rohan y en 1807 fue comprado por el Duque de Duras. En 1813 los partidarios de la restauración Borbónica llevaron a cabo importantes reuniones al respecto. En 1885 el Castillo de Ussé llegaría a la familia del Conde de Blacas, sus actuales propietarios, puesto que desde entonces ha ido pasando a sus descendientes sin que haya salido ya de la familia. 


En 1931 el Ministerio de Cultura francés lo clasificó como monumento histórico. El castillo está a disposición de todos los curiosos del arte y de la Historia que quieran visitarlo. Lo encontrarán vigilando el río L'Indre, en la comuna de Rigny-Ussé, en el departamento de Indre y Loira, Francia. Un lugar para no perdérselo. Viajar tendría que ser obligatorio. Mucha gente orgullosa, que no conoce ni siquiera el término municipal de su pueblo, se daría cuenta de su mediocridad y sería más humilde y condescendiente con los demás. Mirar la tele no es suficiente para conocer mundo...

RAFAEL FABREGAT

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