24 de junio de 2014

1421- BAJA EL SEXO Y SUBE LA FRUTA.

Los tiempos cambian, pero no solo por la crisis. Son muchas cosas. Últimamente en España baja el precio del sexo y suben las frutas y hortalizas. El motivo está bien claro. Según las actuales leyes de la globalización, se trata de la oferta y la demanda. Se abandonan los campos y se llenan las carreteras de prostitutas. ¡Y vaya prostitutas!. Nada que ver con las de mis tiempos mozos... Cincuentonas, cargadas de carnes y poco amantes de la limpieza. Pintarrajeadas con carmín barato y chillón. Poca higiene y sin bragas. No les hacían falta. Sus propias carnes lo cubrían todo...
  - ¿Entras chato? -invitaban de mala gana al transeúnte.
Y los tomates a peseta el kilo. Si comprabas dos kilos, uno de acelgas de regalo.


Nada que ver con la España de hoy en la que nadie quiere trabajar el campo, salvo cuatro jubilados de huertos urbanos, mientras la juventud busca empleo allá donde no sea necesario trabajar; en la que se abandonan tronos, en el que medra el anarquismo y en la que las regiones buscan fórmulas para independizarse pensando que eso será la solución a todos sus males. Ruina del país y la suya propia. Olvido del país que las ha cobijado durante siglos, bajo las alas de la unidad y la fraternidad nacional. Como buena madre, España ha apoyado al hijo débil para que todos caminemos hacia un futuro común. ¿Es eso pecado?. No me lo parece, pero sí se lo parece a muchos de los que viven en las zonas más prósperas de antaño, hoy también condenadas al fracaso general. 


Lamentablemente esa es la España de hoy, la que marca el camino a seguir y en la que, por extraño que nos parezca, se unen en una sola voz fascistas y comunistas. Hace ya mucho tiempo que sabemos que ambas corrientes son una misma cosa. Holgazanes de vida fácil. Trepas en un mundo en el que solo hay culto al dinero y al que importa poco el bienestar general. Sin ideas ni horizonte. Lo importante es alcanzar el nivel, el objetivo. No importa a costa de qué o de quien. No interesa el como. Se pide justicia con injusticias. Sabiendo que si llegan serán alabados y que ahora mismo no son nada. Ratones de laboratorio que caminan al compás de martillos y gasolina.


¿La crisis?. ¿Qué es y quien la ha creado?. Desgraciada la plebe que todo lo aguanta, sin enterarse de nada. ¿Por qué de pronto el mundo nadaba en la abundancia y sin dinero podías comprarlo todo?. ¿Acaso alguien pensó que la pobreza había pasado a la Historia y que vivir holgadamente era posible, para todos y para siempre?. ¡Ay amigos, pobres ingenuos!. Alguien tiene que trabajar para que otros llenen su plato, los que están en la calle quemando mobiliario urbano también. Somos simples marionetas en manos ajenas. ¿Alguien lo duda?. No importa a qué sector vayas del supermercado: pan, frutas, carne, pescado, herramientas, electrodomésticos... Todo viene de fuera. No somos competitivos. Ni siquiera las putas españolas dan la talla. ¿Y quien ha propiciado esto?. La globalización, los que mandan, los de siempre.


¿Hacia donde caminamos?. Si todo viene de fuera, ¿con qué dinero vamos a poder comprar lo más elemental dentro de unos años?. En el Levante español, una de las zonas más ricas de España unas décadas atrás, impera la ruina más absoluta. Los huertos de naranjos, pocos años atrás oro puro en manos en la gente adinerada de cada localidad, ya no son rentables y muchos de ellos han sido abandonados. Las innumerables fábricas de azulejos y pavimentos compran material chino porque es más barato importar que producir...  Es el mundo al revés. Los que antes eran ricos, ahora con el tractor hasta la tumba porque sus hijos no quieren seguir y los pobres en la terraza de las cafeterías con su cerveza fresca en la mano.


Las putas ajadas y cuarentonas del pasado han dado paso a jovencitas de 18-20 años, auténticos bombones por los que jóvenes y no tan jóvenes se pelean cada fin de semana en locales nocturnos, creyéndolas vírgenes, ignorando que durante el día están a disposición de cualquiera por 20 euros en todas las carreteras españolas. 


Algún despistado, que no se ha comido un rosco en su vida, liga no dando crédito a lo que sucede. ¡Ostia, a la vejez viruela...! Claro que tiene que pagar cena, discoteca y consumiciones, pero el pibón lo vale. Igual le ha dicho que sus papás están de viaje y no ha recibido la asignación semanal...  Lo que más valoran ellas es que seas independiente y las lleves a tu casa. Buena cama, desayuno y después... Cada cual a lo suyo. Naturalmente, ¡hay que trabajar!. Ellas, claro está. Y ¿para qué esperar?.
  - ¡Oye!, ¿me puedes dejar 20 euros para el taxi...? 


Y mientras esto sucede... ¡los melocotones a 2 euros el kilo, las judías verdes a 3 euros y el melón y los tomates a precio de oro. Todo extranjero, claro está. Los antiguos ricos de cada pueblo van al jornal, mientras sus fincas están llenas de malas hierbas. Los pobres no quieren ir al campo y malviven con ayudas y subvenciones a las que se suma alguna que otra chapuza que, naturalmente, no se factura. Pero, ¿como es posible?. ¿Qué pasa en España?. Desde luego, ¡esto no es lo que aprendimos de niños...! Repito la pregunta... ¿Hacia donde vamos?. Porque más de cuatro solo vemos un precipicio al final del camino...

RAFAEL FABREGAT

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