Wartburg es uno de los castillos románicos alemanes mejor conservados. Se encuentra en una colina, con vistas a la ciudad de Eisenach, centro del estado federado de Turingia. Perteneciente a los Ducados Ernestinos, en 1.572 Juan Federico II renunció a esta parte del ducado a favor de su hijo Juan Ernesto II, constituyéndose de este modo el estado de Sajonia-Eisenach como principado independiente. El castillo fue construido en 1.067 por el Landgrave o Conde de Schauenburg, Ludwig der Springer, llamado popularmente "Luis el Saltador", del que se contaba que en una ocasión se había escapado de una elevada torre saltando al vacío.
De los prolegómenos de su construcción se cuenta que pasando el Conde por las proximidades, le gustó la colina como lugar idóneo para construir su castillo pero, como las tierras no eran suyas, hizo transportar hasta la cima de la colina toneladas de arcilla para poder asegurar que el castillo se construía sobre tierras de su propiedad. Pero son muchas más las anécdotas que este castillo encierra... Hasta 1.440 fue sede de los Landgraves de Turingia y centro de la cultura cortesana de la época. Allí se celebraba el Sängerkrieg, concurso de trovadores que fue inmortalizado en la ópera Tannhäuser, de Richar Wagner.
La que después sería canonizada como Santa Isabel de Hungría, fue enviada a Wartburg por su madre para que la criaran como futura consorte de Luis IV de Turingia. Viuda a los 21 años de edad, se trasladó a Marburgo donde falleció tres años después.
Bajo el seudónimo de Junker Jörg y por su propia seguridad, de Mayo de 1.521 a Marzo de 1.522 vivió en este castillo Martín Lutero, tras excomunión del papa León X, retiro que aprovechó Martín Lutero para traducir el Nuevo Testamento al alemán. Los guías que muestran el castillo a los turistas, enseñan una mancha de tinta en la pared de la que fuera habitación de Lutero y que cuentan se produjo al lanzarle el tintero al demonio.
Renovado el castillo en múltiples ocasiones, el edificio más antiguo que queda es el Palacio Románico que contiene la capilla y la sala de los Trovadores, con multitud de frescos de la época. Dicho Palacio forma parte del castillo original, tal como era a mediados del siglo XII bajo el dominio de los Langraves de Turingia.
La entrada al castillo sigue estando protegida por el correspondiente puente levadizo, que se ha conservado en el mismo estado que tuvo desde su construcción. El castillo está coronado por dos torres: la Torre meridional, única que se conserva del castillo medieval (1318) que contiene las mazmorras y la Torre del Homenaje. Esta última se mantiene sobre los cimientos y bases de la estructura original del siglo XI.
La armería del Castillo de Wartburg encerraba, hasta finales de la II Guerra Mundial, una espléndida colección de más de 800 piezas de distintas épocas. Desde la armadura del rey Enrique II de Francia hasta diferentes pertenencias del Príncipe Federico III de Sajonia (Federico el Sabio) o del papa Julio II, etc. Todos estos objetos fueron saqueados por el ejército de ocupación soviético en 1.946 y desaparecieron en la Unión Soviética sin que nadie haya dado razón posterior de los mismos. En la década de 1.960 la URSS devolvió algunas piezas (muy pocas) y aunque se ha pedido al nuevo gobierno que ayude a localizar y reponer estos tesoros, nada se sabe al respecto. Pocos años después del saqueo, se encontraron en un almacén próximo dos yelmos, dos espadas y dos armaduras, pero eso fue todo. Y es que son los hombres y no las guerras, las que causan los expolios...
RAFAEL FABREGAT
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