Ubicación de Zimbabwe en África. |
Marchando a comprar el pan. |
Con una superficie de 386.850 Km2. el país alberga una población de 13.200.000 personas, un 94% de los cuales son de origen bantú. La esperanza de vida es de 43 años para los hombres y 42 años para las mujeres, diferencia a favor de los varones debido a la mortalidad materna que, a pesar de haber mejorado mucho, por cada 100.000 partos de niños vivos fallecen 700 mujeres. El 7,3% de los niños nacen muertos, algunos como "única" forma de salvar la vida a la madre, y el 11,7% de los nacidos no superan los 5 años de vida. La vida en ese país es triste pues, además de una esperanza de vida realmente baja, debido al SIDA y a otros muchos factores, es imposible encontrar comida más allá de lo que uno puede conseguir en ínfimas explotaciones de subsistencia, ya que la inflación más elevada del planeta (165.000%) hace la vida imposible a sus habitantes. Una barra de pan, si se encuentra, vale 10 millones de dólares zimbabwenses con lo cual el volumen del dinero supera al del producto adquirido. Aunque el cambio de su moneda está suspendido con respecto al Euro desde Marzo de 2012 (1/502573) quiere decirse que la citada barra de pan valdría en ese momento 19,90 euros (?) algo totalmente inasumible, no ya para pobres, sino para nadie.
Harare, capital de Zimbabwe. |
Colas para la comida de caridad. |
Ya en el siglo V los bantúes descubrieron la riqueza minera de estas tierras, especialmente el oro, el cobre y el estaño, desarrollando refinadas técnicas de trabajo de estos metales que les valieron importantes contactos comerciales con Asia hasta el siglo XV.
La llegada portuguesa a estas tierras liquidó el fructífero comercio con Oriente y provocó la decadencia económica del país, de tal gravedad que los estudiosos estiman su retroceso en diez siglos.
Pero no acabó ahí la desgracia de las gentes de Zimbabwe ya que en 1.889 Lobengula Khumalo, rey de los matabelé (zulúes exiliados de su territorio por las guerras internas y las presiones británicas) cedió a la compañía británica BSA el monopolio de la explotación minera de aquellas tierras a cambio de armas, una pensión vitalicia y un barco de vapor.
Lobengula Khumalo, rey matabelé. |
Lobengula se dio cuenta rápidamente de su error, pero ya era tarde.
El aventurero y timador británico Cécil Rhodes nunca tuvo intención de cumplir lo pactado.
Solo entregó 500 fusiles y pagó cuatro mensualidades de la pensión "vitalicia" del rey de los matabelé; del barco nada se supo.
La cesión ya estaba obtenida y con los mineros británicos llegó también un gran número de colonos y tropas mercenarias que no se habían mencionado en el acuerdo.
Con esta cesión la compañía se instaló en tierra de los shona a los que atacaron y vencieron, denominando al territorio Rhodesia del Sur que pasó a ser colonia británica en 1923.
Los malos tratos que los británicos infringieron a los indígenas obligaron al rey de los matabelé a empuñar las armas, pero fueron derrotados y su territorio asediado por los británicos.
Lobengula ya pensaba que esto iba a pasar y durante años había estado enviando a sus guerreros a trabajar en la mina de diamantes de Cécil Rhodes, en Kimberley, con un contrato de cuatro años.
Kimberley, mina artesana más grande del mundo. |
Al regresar a su tribu cada uno de ellos debía llevar a su rey un diamante no inferior a un huevo de paloma, que hubiera robado a los ingleses sin que ellos se percataran.
Solo cumpliendo ese requisito podía casarse al volver a la tribu y tomar la lanza de guerrero en uno de los regimientos del rey.
Estos diamantes los guardaba Lobengula en doce vasijas de barro del tamaño de un melón en lo más secreto de su Kraal, cada una de ellas cuidadosamente cubierta con la piel de un cabritillo no nato. Cada año, el día de su cumpleaños, cubría su cuerpo con grasa de búfalo y pegaba los diamantes a su cuerpo y se exhibía delante de sus súbditos como señal de poder.
El brillo de los diamantes bajo el duro sol africano era de tal intensidad que aquella ceremonia era conocida como "El fuego de Lobengula".
Cuando el 4 de Noviembre de 1.893 las columnas de Cécil Rhodes llegaron al Kraal del rey de los Matabele, Lobengula ya no estaba.
El rey tomó el preparado de veneno de mamba negra con ansiedad y casi de forma inmediata murió sin ningún dolor.
RAFAEL FABREGAT
Kraal zulú. |
Cuando el 4 de Noviembre de 1.893 las columnas de Cécil Rhodes llegaron al Kraal del rey de los Matabele, Lobengula ya no estaba.
Humillado, desesperado y enfermo, el rey había marchado al exilio transportado en su carreta real arrastrada por diez yuntas de bueyes y en las que iban sus esposas y Gandang, el amigo y general de sus ejércitos.
Marchó hacia el norte buscando la frontera a través del "trueno que moja" y que todos conocemos como las Cataratas Victoria. Sin embargo, ya próximo a las cataratas Lobengula se sintió muy enfermo y no pudo seguir. Mandó parar a la caravana y pidió a Gandang que buscara alguna gruta en las proximidades que le sirviera de tumba para su viaje a la eternidad, al tiempo que ordenó a su hechicero que le preparara un brebaje fulminante que eliminara sus dolores y su vida.
Kopje o colina. |
De acuerdo con la tradición el rey debía ser enterrado envuelto en la piel de un búfalo macho, jefe de manada y recién muerto pero, por las prisas de aquella precipitada huida, Lobengula fue envuelto en la piel del buey guía de su carreta real.
Colocado su cuerpo en aquella improvisada gruta, situaron a los pies sus armas y las doce vasijas llenas de diamantes.
Mientras marchaban, el fiel Gandang volvió su mirada triste hacia el Kopje en cuya gruta su rey iniciaba su camino al más allá. En los 130 años transcurridos nadie pudo encontrar aquella gruta con los restos de Lobengula y las doce vasijas de diamantes. Y si alguien la encontró, ¡no lo dijo!.
RAFAEL FABREGAT
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