Las tejas para servirlos, los baberos para no mancharte, las mugrientas manos que se les ponen a los comensales, etc. Nosotros tan solo preparamos una docena de calçots por comensal puesto que los ponemos como segundo plato. Pero, vayamos por partes... El menú cumpleañero de quien les escribe tiene como primer plato una gran cazuela de "Gachas manchegas". Nada que ver con lo que se vende en las tiendas de alimentación, puesto que el componente principal de las gachas manchegas son "las almortas" y éstas tienen prohibida su comercialización pues son altamente peligrosas para la salud (je,je).
Tras el plato de gachas, con los numerosos tropezones que contiene (pan frito, panceta, longanizas, etc.) salen la tejas repletas de los abrasantes y negros "calçots" a los que muchos no saben como echarles mano. El mortero o las cazuelas con la salsa "romescu", las sabrosas hogazas de "pa de pagés" y las fuentes de chuletas de cordero o diferentes embutidos asados a la brasa de sarmiento o leña de olivo; sin que falten sobre la mesa unos porrones de buen vino tinto. Ni un solo cubierto sobre la mesa y nada de botellas ni vasos. Para eso están los baberos que, sin excusas, deben llevar todos los comensales. Para soportar el chorretón de vino que no acierta en la boca y la salsa que gotea del calçot cuando lo llevas a la boca; sin contar las manos llenas de ceniza, de salsa y de la grasa de las chuletas que (naturalmente) hay que coger con las manos.
Eso que, para quien no conozca el asunto puede parecerle una marranada, es lo que ha dado a las "calçotadas" el éxito que tienen. Los "más finos", eso si, se comen la carne aparte pero ensuciarse forma parte de la fiesta. Solo en Cataluña la producción de calçots supera ampliamente los 70 millones de unidades. Una importante cantidad si tenemos en cuenta que este es un producto de temporada. A finales de Marzo la citada cebolleta engorda y endurece perdiendo sus especiales características para esta forma de consumo, siendo obligado despedirse de esta simpática comida hasta finales de año cuando Diciembre nos traerá los tiernos brotes de la nueva campaña. El pueblo de Valls (Tarragona) se considera inventor de este sabroso manjar. Según refrán popular, ¡de esta vida sacarás lo que te comas, nada más...!
Cada año el ayuntamiento de Valls ofrece una calçotada monumental a finales de Enero. Una forma de celebrar el invento de aquel agricultor que, incapaz de vender ni comerse su cosecha de cebollas, se le ocurrió volver a sembrarlas de nuevo. De esta forma tan tonta llegaron muchos de los mejores inventos...
RAFAEL FABREGAT
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