El hallazgo se produjo con motivo de unas obras para el abastecimiento de aguas de la ciudad.
Al parecer, el conjunto monumental representa un poderoso ejército que custodia la tumba de Qin Shi Huang, primer emperador de la Dinastía Qin, fallecido el 10 de Septiembre del año 210 a.C.
A su muerte, en el palacio de Shaqiu, el emperador se encontraba haciendo un viaje buscando la vida eterna en las legendarias islas de los inmortales.
Qin Shi Huang había nacido en Handan, capital del estado enemigo de Zhao en el primer mes del año chino (260 a.C.) y por lo tanto se le puso el nombre de Zheng.
Qin Shi Huang había nacido en Handan, capital del estado enemigo de Zhao en el primer mes del año chino (260 a.C.) y por lo tanto se le puso el nombre de Zheng.
Había nacido en una China dividida entre estados feudales en guerra permanente, entre los cuales Qin era el más poderoso de ellos. Zheng era hijo de Zichu, un príncipe real de la casa Qin que estaba de rehén en Zhao bajo acuerdo de los dos estados.
Zichu regresó después a Qin y tomó el cargo de primer ministro.
El joven Zheng ascendió al trono en el 247 a.C., con apenas 12 años de edad, por lo que un regente dirigió el país hasta el año 238 a.C. cuando, con casi veintidós años de edad, ante la dilación del regente en ofrecerle el poder llevó a cabo un golpe de estado y ocupó el trono de Qin.
Zheng, el joven rey de Qin, siguió combatiendo contra los otros estados hasta derrotar al último de ellos en el año 221 a.C. momento en el que, con 38 años de edad, se autoproclamó Primer Emperador de China.
Para evitar anarquías, la primera medida fue abolir el feudalismo, dividiendo el territorio en provincias dirigidas por gobernadores civiles y militares que eran nombrados por el propio emperador. En prevención de acumulaciones de poder, cada pocos años los gobernadores eran reasignados a provincias diferentes. Nada escapaba al control del emperador. Se construyeron nuevas carreteras que comunicasen las diferentes regiones y se unificaron pesos y medidas, la moneda y hasta el ancho de los ejes de los carros para que todo se adaptase a un destino común. En la escritura , el emperador declaró obligatoria la implantación de caracteres empleados en el reino Qin, deshaciéndose de todos los sistemas de escritura locales y de los diferentes caracteres existentes en los antiguos estados feudales de China.
Para hacer saber al cielo que todo quedaba unificado bajo la orden de su emperador y para que el conocimiento de estos caracteres se propagara rápidamente entre el pueblo, este edicto fue tallado en la roca de las montañas de toda China. En pocos meses la escritura de todo el país quedó unificada. Posteriormente iniciaría los trabajos de construcción de la muralla china y de su mausoleo. La Historia lo describe como un duro tirano, supersticioso y gobernante mediocre. El filósofo confunciano Xun Zi lo comparaba a un jefe de tribus bábaras y escribió: "Qin tiene el corazón de tigre o de lobo... avaricioso, perverso, ansioso de beneficios y sin sinceridad." Como se ha dicho antes, el emperador murió en el 210 a.C. mientras estaba de viaje. Sucedió en al palacio de la prefectura de Shaqiu, a dos meses de distancia de Xiangyang, la capital. Preocupado por un posible levantamiento popular, su primer ministro (Li Si) decidió ocultar su muerte y volver a Xiangyang.
Li Si entraba cada día en el carro del emperador y fingía discutir con el mismo para no levantar sospechas, al mismo tiempo que ordenó que dos carros que llevaban pescado se situaran antes y después del carro imperial. Fueron dos largos meses de viaje en los que el nauseabundo olor del emperador y las sobras del pescado invadieron buena parte de la regia caravana. A su llegada a ciudad Li Si anunció la muerte de Qin Shi Huang y los motivos y medidas tomadas para evitar su conocimiento.
El mausoleo de Qin Shi Huangm tenía originalmente 116 m. de altura y 2,5 Km. de circunferencia, instalado todo ello en un complejo de 56 Km2.. Actualmente y debido a la erosión, 2.200 años después, el túmulo piramidal tiene 210 m. de lado y viene a ser una especie de pequeña montaña de 86 m. de altura y 1,5 Km. de circunferencia. Las diferentes figuras de terracota, todo un ejército de hombres y caballos en perfecta distribución para una hipotética batalla, custodian la tumba del emperador.
Los antiguos historiadores chinos cuentan que la tumba propiamente dicha se excavó en profundidad y una vez finalizada se construyó sobre ella la pirámide. Por esos mismos escritos, se cree que se trata de una planta diáfana, con un maravillosos sarcófago de bronce del emperador en el centro. La sala recoge una representación de los territorios bajo su mando, con sus cordilleras, ríos y lagos realizados en mercurio. El techo recrea el cielo, cuajado de piedras preciosas que simulan las estrellas del universo. Qin Shi Huang fue enterrado en su mausoleo, cercano a la moderna Xi'an, con los famosos guerreros de terracota. Se dice que en su fantástica tumba fueron enterradas lámparas de luz eterna, lo que se cree pudiera ser alguna forma primitiva de crear electricidad. También quedaron en la tumba sus arquitectos, obreros y todos aquellos que tomaron parte en la preparación de la tumba, así como sus mujeres y concubinas, a fin de mantenerse el secreto de su acceso.
Para evitar el saqueo del inmenso complejo y de lo que guardaba su interior, todo fue rodeado de numerosas trampas, pozos mortales y sustancias tóxicas que impidieran el paso de los profanadores de tumbas. Por último se cubrió todo ello con el imponente ejército de terracota y encima la gigantesca pirámide de 116 m. de altura.
Según indican los radares geológicos, hay excavados dos túneles de saqueadores que no llegan al recinto central, por lo que se cree muy probable que la tumba esté intacta. Las excavaciones se llevan a cabo con la máxima meticulosidad. Justamente por miedo a las numerosas trampas de las que se tiene constancia y al objeto de no causar el más mínimo daño a la cámara mortuoria, los trabajos van muy lentos y aún en el presente año 2.012 todavía no se ha llegado a la misma.
No gustándole hablar de la muerte, Qin Shi Huang no había hecho testamento por lo que el primer ministro Li Si persuadió a su segundo hijo (Huhai) para que fabricaran uno, al tiempo que obligó a su primer hijo (Fusu) al suicidio. Huhai no fue tan capaz como lo fue su padre y cuatro años después fue asesinado, el palacio imperial y los archivos quemados y la dinastía Qin finalizada. Sin embargo Qin Shi Huang dejaba dos importantes huellas de su paso por el mundo: la Gran Muralla y su Mausoleo. Ambos perduran 22 siglos después de su muerte. Su mausoleo, siendo inexpugnable, quedaría en el olvido y con el paso de los siglos quedó convertido en un simple montículo de tierra prontamente invadido por los árboles y la maleza. La dinastía Qin había desaparecido. Los Han tomaron el relevo con un reinado moderado, desterrando inmediatamente el legalismo en favor del confuncionismo y suavizando las leyes que les perpetuarían en el poder durante siglos.
RAFAEL FABREGAT
Para evitar anarquías, la primera medida fue abolir el feudalismo, dividiendo el territorio en provincias dirigidas por gobernadores civiles y militares que eran nombrados por el propio emperador. En prevención de acumulaciones de poder, cada pocos años los gobernadores eran reasignados a provincias diferentes. Nada escapaba al control del emperador. Se construyeron nuevas carreteras que comunicasen las diferentes regiones y se unificaron pesos y medidas, la moneda y hasta el ancho de los ejes de los carros para que todo se adaptase a un destino común. En la escritura , el emperador declaró obligatoria la implantación de caracteres empleados en el reino Qin, deshaciéndose de todos los sistemas de escritura locales y de los diferentes caracteres existentes en los antiguos estados feudales de China.
Para hacer saber al cielo que todo quedaba unificado bajo la orden de su emperador y para que el conocimiento de estos caracteres se propagara rápidamente entre el pueblo, este edicto fue tallado en la roca de las montañas de toda China. En pocos meses la escritura de todo el país quedó unificada. Posteriormente iniciaría los trabajos de construcción de la muralla china y de su mausoleo. La Historia lo describe como un duro tirano, supersticioso y gobernante mediocre. El filósofo confunciano Xun Zi lo comparaba a un jefe de tribus bábaras y escribió: "Qin tiene el corazón de tigre o de lobo... avaricioso, perverso, ansioso de beneficios y sin sinceridad." Como se ha dicho antes, el emperador murió en el 210 a.C. mientras estaba de viaje. Sucedió en al palacio de la prefectura de Shaqiu, a dos meses de distancia de Xiangyang, la capital. Preocupado por un posible levantamiento popular, su primer ministro (Li Si) decidió ocultar su muerte y volver a Xiangyang.
Li Si entraba cada día en el carro del emperador y fingía discutir con el mismo para no levantar sospechas, al mismo tiempo que ordenó que dos carros que llevaban pescado se situaran antes y después del carro imperial. Fueron dos largos meses de viaje en los que el nauseabundo olor del emperador y las sobras del pescado invadieron buena parte de la regia caravana. A su llegada a ciudad Li Si anunció la muerte de Qin Shi Huang y los motivos y medidas tomadas para evitar su conocimiento.
El mausoleo de Qin Shi Huangm tenía originalmente 116 m. de altura y 2,5 Km. de circunferencia, instalado todo ello en un complejo de 56 Km2.. Actualmente y debido a la erosión, 2.200 años después, el túmulo piramidal tiene 210 m. de lado y viene a ser una especie de pequeña montaña de 86 m. de altura y 1,5 Km. de circunferencia. Las diferentes figuras de terracota, todo un ejército de hombres y caballos en perfecta distribución para una hipotética batalla, custodian la tumba del emperador.
Los antiguos historiadores chinos cuentan que la tumba propiamente dicha se excavó en profundidad y una vez finalizada se construyó sobre ella la pirámide. Por esos mismos escritos, se cree que se trata de una planta diáfana, con un maravillosos sarcófago de bronce del emperador en el centro. La sala recoge una representación de los territorios bajo su mando, con sus cordilleras, ríos y lagos realizados en mercurio. El techo recrea el cielo, cuajado de piedras preciosas que simulan las estrellas del universo. Qin Shi Huang fue enterrado en su mausoleo, cercano a la moderna Xi'an, con los famosos guerreros de terracota. Se dice que en su fantástica tumba fueron enterradas lámparas de luz eterna, lo que se cree pudiera ser alguna forma primitiva de crear electricidad. También quedaron en la tumba sus arquitectos, obreros y todos aquellos que tomaron parte en la preparación de la tumba, así como sus mujeres y concubinas, a fin de mantenerse el secreto de su acceso.
Para evitar el saqueo del inmenso complejo y de lo que guardaba su interior, todo fue rodeado de numerosas trampas, pozos mortales y sustancias tóxicas que impidieran el paso de los profanadores de tumbas. Por último se cubrió todo ello con el imponente ejército de terracota y encima la gigantesca pirámide de 116 m. de altura.
Según indican los radares geológicos, hay excavados dos túneles de saqueadores que no llegan al recinto central, por lo que se cree muy probable que la tumba esté intacta. Las excavaciones se llevan a cabo con la máxima meticulosidad. Justamente por miedo a las numerosas trampas de las que se tiene constancia y al objeto de no causar el más mínimo daño a la cámara mortuoria, los trabajos van muy lentos y aún en el presente año 2.012 todavía no se ha llegado a la misma.
No gustándole hablar de la muerte, Qin Shi Huang no había hecho testamento por lo que el primer ministro Li Si persuadió a su segundo hijo (Huhai) para que fabricaran uno, al tiempo que obligó a su primer hijo (Fusu) al suicidio. Huhai no fue tan capaz como lo fue su padre y cuatro años después fue asesinado, el palacio imperial y los archivos quemados y la dinastía Qin finalizada. Sin embargo Qin Shi Huang dejaba dos importantes huellas de su paso por el mundo: la Gran Muralla y su Mausoleo. Ambos perduran 22 siglos después de su muerte. Su mausoleo, siendo inexpugnable, quedaría en el olvido y con el paso de los siglos quedó convertido en un simple montículo de tierra prontamente invadido por los árboles y la maleza. La dinastía Qin había desaparecido. Los Han tomaron el relevo con un reinado moderado, desterrando inmediatamente el legalismo en favor del confuncionismo y suavizando las leyes que les perpetuarían en el poder durante siglos.
RAFAEL FABREGAT
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