Ruinas de Ayutthaya. |
En principio los emigrantes asumieron los aspectos culturales jemeres pero, ante la débil situación del que fuera "señor del sudeste asiático", en 1.431 los revolucionarios instigados por el rey de Ayutthaya, saquearon la ciudad sagrada de Angkor y con la huida del rey Dharmara Jadhiraja se puso fin a seis siglos de Imperio Jemer, siendo reconocido el Reino de Ayutthaya como legítimo sucesor, por la Dinastía Ming, recientemente establecida en China. El territorio tailandés no era entonces un estado unificado, sino un entramado de principados independientes con gobierno propio, todos ellos tributarios del Reino de Ayutthaya. Una de las principales preocupaciones del reino eran las alianzas entre los diferentes principados en continua disputa por el poder central. En 1.767 Siam fue invadido por Birmania y destruida la capital de Ayutthaya.
Phra Nangklao (Rama III) |
Mongkut (Rama IV) |
Rama IV murió en 1.868 sucediéndole con 15 años de edad su hijo Chulalongkom que subió al trono como Rama V el Magno, primer rey tailandés con educación totalmente occidental inglesa. Tomó el poder cinco años más tarde (1.873) cuando le cedió el mando el regente nombrado por su padre. En 1.893 los franceses, aprovechando un problema fronterizo menor con Indochina, se presentaron en Bangkok con cañoneras exigiendo los territorios de Laos, al este del río Vietkong. Rama IV quiso apoyarse en los británicos pero éstos le sugirieron que negociara, pues no tenía más remedio que obedecer. El único gesto de los británicos fue llegar a un acuerdo con Francia para que respetaran la integridad del territorio de Siam. A pesar de los acuerdos alcanzados, Francia siguió presionando a Siam y en 1.906 se produjo una nueva crisis. En esta ocasión Siam concede control francés en la orilla oeste del Mekong y Camboya occidental. Esta vez los británicos intervienen para frenar las presiones francesas pero el precio pagado por Siam es que en esta ocasión (1.909) una serie de territorios de Siam pasan a manos británicas en una humillación sin precedentes para el rey y para el país. El Gran Siam había desaparecido y solo quedaba un rey gobernando las tierras tailandesas medievales.
Vajiravudh (Rama VI) |
Para ganarse el favor de británicos y franceses, en la I Guerra Mundial Siam se alineó en contra de alemanes y austro-húngaros, asegurándose un puesto en la Conferencia de Paz de Versalles, consiguiendo la derogación de los Tratados del siglo XIX y la plena restauración de la soberanía siamesa, aunque con aplicación efectiva a partir de 1.925. A raíz de este éxito el rey Rama VI obtuvo gran popularidad entre sus súbditos, aunque una fuerte recesión ocurrida en 1.919 llevó al pueblo a mostrar su descontento, acrecentado notablemente ante la falta de heredero ya que al rey solo le gustaban los hombres. Rama VI murió en 1.925, con 44 años y de forma repentina, dejando un reino debilitado que heredaba su hermano menor Prajadhipok, reinando como Rama VII.
Prajadhopok no estaba preparado para el cargo, pero era inteligente y diplomático. Al contrario que su predecesor, Rama VII leía todos los documentos antes de firmarlos. A los seis meses de su mandato solo quedaron tres de los doce ministros iniciales, el resto fueron sustituidos por miembros de confianza de la familia real. Había que restaurar los problemas de clase y también la economía y las finanzas, pero el resto del mundo estaba hundido en la Gran Depresión de 1.929 y las exportaciones estaban estancadas. La economía se estabilizó, pero hubieron recortes entre el ejército y los funcionarios que llevaron a un golpe de estado. El día 24 de Junio de 1.932, mientras el rey estaba de vacaciones en la playa, un grupo de 49 oficiales de la guarnición de Bangkok se amotinaron y tomaron el poder. Rama VII había sido derrocado y finalizados los 150 años de monarquía siamesa.
En la II Guerra Mundial, Tahilandia se alía con Japón y tras la derrota de éste lo hace con los Estados Unidos. Con el inicio de la Guerra Fría se convierte en un país políticamente inestable, con varios cambios de gobierno. Finalmente en 1.991 se produce el último golpe de estado, tras el cual empieza su camino como auténtica democracia participativa. La crisis asiática de 1.997 afecta duramente a Tailandia que sufre una depreciación de la moneda superior al 50%. Todo eso fue superado con la llegada del siglo XXI y actualmente tiene crecimientos anuales que superan el 7%. Sin embargo la estabilidad política no acaba de llegar y se suceden periodos democráticos con golpes de estado, recusaciones ministeriales y enfrentamientos civiles que no acaban de permitir una paz firme y duradera. En 2010 los camisas rojas ocuparon Bankokg y aunque en 2011 se celebraron nuevas elecciones generales, el gobierno -esta vez ganado por la oposición- sigue siendo extremadamente frágil y la estabilidad pendiente de un hilo.
Ganadero cargando patos al camión. |
Durante la dinastía iniciada por Rama I comenzó la circulación de la moneda tailandesa llamada Bala. Primeramente eran trozos de plata con la contramarca real, algunas veces acompañados con una marca llamada "Ojo de la diosa Vishnú". Esta marca se utilizaba para facilitar la circulación de monedas extranjeras y aumentar así su valor facial.
La moneda actual de Tailandia es el Bath, que tiene una equivalencia de 0,0233 €. En este momento una gran fuente de ingresos se basa en el turismo, caracterizado por las notables ruinas, templos y una interesante cultura milenaria que llama poderosamente la atención del turista cultural y curioso. Hay siete cosas o lugares, conocidos como "Las siete maravillas de Tailandia", que ningún visitante debe marchar sin conocer. El problema es que difícilmente pueden ser admiradas en un viaje turístico de 8/10 días pero, en fin, que cada cual haga lo que pueda... Estas maravillas son:
El Tahinéss (budismo y monarquía); Tierra de los Tesoros (templos y museos); las Playas tropicales maravillosas; el entorno natural tailandés (junglas y manglares); las terapias de la Sonrisa Saludable; la Cultura y tendencias tahilandesas; los Festivales Internacionales.
Se come preferentemente en puestos callejeros. ¡Ohmm, que rico...!
RAFAEL FABREGAT
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