Lo siento mucho, pero la caridad empieza por uno mismo, máxime con la que nos está cayendo con la contaminación de los combustibles fósiles.
De ninguna manera pueden mermarse los sueldos de los mineros y mucho menos reducirse las cantidades a percibir por parte de aquellos a quienes deban jubilarse anticipadamente, siempre y cuando cobren lo mismo que el resto de españoles que tengan los mismos años de cotización. Millones de ciudadanos firmarían de buen grado el cobro de la mitad de esa pensión que los mineros desprecian.
Se dice, yo no lo sé, que un minero al que se le jubila anticipadamente cobra una pensión de 2.100 euros mensuales. Yo no digo que sea poco o mucho pero, ya que la Constitución dice que todos somos iguales, que se ofrezca esa misma posibilidad a quien acepte jubilarse de otros trabajos con parecida dureza.
Se dice, yo no lo sé, que un minero al que se le jubila anticipadamente cobra una pensión de 2.100 euros mensuales. Yo no digo que sea poco o mucho pero, ya que la Constitución dice que todos somos iguales, que se ofrezca esa misma posibilidad a quien acepte jubilarse de otros trabajos con parecida dureza.
Ya no digo a esa edad, puesto que la dureza del trabajo hay que contemplarla, pero por ejemplo a los 60 años y por esa cuantía que los mineros desprecian. Ya sé que ese trabajo es más duro que otros pero, por lo que se ve, bien que quieren continuarlo.
Ningún trabajo es más duro y peor pagado que el del agricultor. Tierras pobres que hasta hace bien poco (en mi pueblo) esas tierras se trabajaban, con mucho sufrimiento y ninguna compensación. Con cosechas que apenas permitían comer y aún tenía que apartarse un dinero para cotizar una Seguridad Social para el día de mañana cobrar una pensión de miseria (500/600 euros) a fin de seguir malviviendo en la vejez. ¿Es que los derechos solo son para unos pocos?. Claro que esos desgraciados no tenían un Sindicato que les defendiera ni les apoyara. Esos desgraciados no tenían nada ni a nadie, porque ni siquiera podían pagar la cuota que esas organizaciones sindicales demandan.
Pero que nadie olvide que también eran y son españoles. Porque no estoy hablando yo de algo que pasó en siglos anteriores, sino que mucha de esa gente aún vive. Algunos ni siquiera están todavía jubilados y no saben que hacer para poder seguir comiendo hasta el momento en que les llegue la jubilación, si es que la caja de la Seguridad Social tiene dinero para esa fecha, que esa es otra.
Se diga lo que se diga, los españoles no somos demasiado exigentes. Solo pedimos que se nos trate a todos por igual. ¿Es pedir demasiado?.
Ningún trabajo es más duro y peor pagado que el del agricultor. Tierras pobres que hasta hace bien poco (en mi pueblo) esas tierras se trabajaban, con mucho sufrimiento y ninguna compensación. Con cosechas que apenas permitían comer y aún tenía que apartarse un dinero para cotizar una Seguridad Social para el día de mañana cobrar una pensión de miseria (500/600 euros) a fin de seguir malviviendo en la vejez. ¿Es que los derechos solo son para unos pocos?. Claro que esos desgraciados no tenían un Sindicato que les defendiera ni les apoyara. Esos desgraciados no tenían nada ni a nadie, porque ni siquiera podían pagar la cuota que esas organizaciones sindicales demandan.
Pero que nadie olvide que también eran y son españoles. Porque no estoy hablando yo de algo que pasó en siglos anteriores, sino que mucha de esa gente aún vive. Algunos ni siquiera están todavía jubilados y no saben que hacer para poder seguir comiendo hasta el momento en que les llegue la jubilación, si es que la caja de la Seguridad Social tiene dinero para esa fecha, que esa es otra.
Se diga lo que se diga, los españoles no somos demasiado exigentes. Solo pedimos que se nos trate a todos por igual. ¿Es pedir demasiado?.
El hecho de pertenecer o no a una organización sindical no debería ser motivo para recibir mayores o menores prebendas, o que esas organizaciones cubrieran a todos los colectivos. El derecho a la justicia deberíamos tenerlo todos, mineros, agricultores y pastores de cabras, sean sindicalistas o no.
En cuanto a los destrozos que se ocasionan en cada manifestación... Aunque todos sabemos que son causados por gente anti-sistema que no pretenden otra cosa que desestabilizar y causar daño a la sociedad en general, los organizadores de las manifestaciones deberían hacerse responsables de la seguridad y buena práctica del evento, bien contratando el correspondiente seguro o poniendo la vigilancia necesaria que evitase estos destrozos ya habituales.
En cuanto a los destrozos que se ocasionan en cada manifestación... Aunque todos sabemos que son causados por gente anti-sistema que no pretenden otra cosa que desestabilizar y causar daño a la sociedad en general, los organizadores de las manifestaciones deberían hacerse responsables de la seguridad y buena práctica del evento, bien contratando el correspondiente seguro o poniendo la vigilancia necesaria que evitase estos destrozos ya habituales.
Otra cosa a tener en cuenta es que el comerciante que ve destrozado su comercio no tiene la culpa de los problemas de los manifestantes. Es más, también él los sufre en sus carnes y especialmente en su caja.
Las ventas de gran parte de comercios apenas permiten cubrir los gastos del negocio.
Son muchos los que algunos meses deben aportar parte de sus ahorros de años atrás para poder seguir adelante, con la esperanza de que vengan tiempos mejores, ¡y sin tirar cohetes ni quemar contenedores!.
De repente se encuentran con que esos degenerados les rompen un escaparate y hasta incluso les roban mercancía, sin que nadie les indemnice un solo euro por estos daños, que los seguros no cubren normalmente.
Ni yo, en mi caso particular, ni los agricultores que han abandonado los campos porque no sacan beneficio alguno, podemos pretender que el resto de ciudadanos nos paguen la diferencia del valor de mercado de nuestros productos, para que ese trabajo siga siendo rentable. Yo lo siento mucho pero, en mi caso, abandoné un trabajo artesanal familiar de casi un siglo de antigüedad porque aquello que yo producía podía adquirirse de importación a mitad de precio. Contra eso, amigos, no se puede luchar y pretender que con los impuestos de los demás, se sigan financiando trabajos y productos que en otros lugares están a precios más bajos, es dar cabezadas contra una pared de piedra.
Solidarios sí, pero con derechos iguales para todos.
RAFAEL FABREGAT
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