3 de julio de 2012

0727- MEZQUITA DE SANKORÉ Y LA KORÁ.


Hablar de Tombuctú es hacerlo de la Mezquita de Sankoré, que es también la universidad medieval por excelencia y Patrimonio de la Humanidad. 
La Universidad de Tombuctú (Mali) fue construida en el siglo XV sin otro material que ladrillos de barro o adobe que se unieron unos a otros con el mismo material. La escasez de lluvia en la zona impide el deterioro de la construcción que, de todos modos, de vez en cuando va cubriéndose con sucesivas capas que garantizan su perfecto estado de conservación. La vida junto al Níger, a 7 Km. de Tombuctú, es intensa casi caótica. Malí es un país de grandes contrastes, donde se unen multitud de etnias y creencias diferentes.

El río Níger es la arteria que los une a todos, puesto que en sus orillas es donde se une la variopinta población ya asentada, con los nómadas de todas las procedencias. Las viejas creencias autóctonas se entremezclan con los credos musulmanes, con los cristianos o con los animistas.
Aquí se encuentran blancos y negros, con todos los tipos de lenguas y dialectos, leyendas y mitos, diferentes modos de elaborar la comida y hasta músicos que ayudan a olvidar la dureza del camino recorrido o la crudeza con la que sus habitantes viven el día a día. La persona joven y aventurera que quiera emular las legendarias caravanas de Marruecos a Tombuctú y al mítico río Níger, no precisa tomar avión alguno. 


En Marruecos pueden contratar vehículos 4x4 que bajando por la costa y atravesando Mauritania te llevaran a Mali en una mágica aventura de contacto directo con las gentes y su entorno. Lleve una mosquitera para la noche pero no se asuste por hacer el viaje en verano, pues allí están entonces en la estación de las lluvias que refrescan bastante el ambiente. Una vez allí son muchos los lugares interesantes a visitar pero, con diferencia, el más buscado es la Ciudad de los 333 Santos (Tumbuctú) fundada por los Tuareg en el año 1.100 y que actualmente tiene unos 36.000 habitantes. En tiempos de la Dinastía Mandinga fue lugar de trueque de las diferentes caravanas del norte con las tribus autóctonas. Especialmente la sal, las telas y diferentes especias se cambiaban por oro y otras materias primas de las que en el norte se carecía. 

El comercio fue siempre la principal actividad de esta antigua ciudad. Según un viejo proverbio se dice que:
La sal viene del norte, el oro del sur y el dinero viaja con el hombre blanco; pero los cuentos maravillosos y la palabra de Dios, solo se encuentran en Tombuctú.
Su máximo esplendor se alcanzó con el reinado de los Askia (1493-1591) cuando la ciudad alcanzó los 100.000 habitantes. Después la ciudad fue conquistada por el sultán de Marruecos y permaneció dominada durante casi dos siglos, pero siguió destacando como centro de estudios islámicos. Ni aún la colonización francesa (1893-1960) ensombreció su legado. Una de las singularidades de Tombuctú es la muralla de 5 Km. que rodea la ciudad y sus estrechas callejuelas que separan los diferentes barrios de casas de adobe. 

La mezquita de Djinguareiber es la única que pueden visitar los que no practican el islam. Fue construida en 1.325 por encargo del emperador Kankan Moussa. Sin embargo la joya de Tombuctú es la Mezquita de Sankore y su Biblioteca Andalusí que reune decenas de miles de manuscritos y valiosos documentos, muchos de ellos de los siglos XV y XVI, que hablan de las vidas de aquellos que habitaron la península Ibérica desde el año 711 hasta el 1609 cuando Felipe III los expulsó definitivamente de tierras españolas.
En su época de mayor esplendor la ciudad fue también sede de la Universidad y en ella se reunieron hasta veinte mil investigadores, muchos de los cuales hacían de escribas que copiaron diferentes manuscritos que llegaron a sus manos procedentes de otras culturas. No es de extrañar que algunas de las mejores joyas fueran a parar a sus colecciones privadas. Gran parte de los conocimientos de la época fue transferido a esos manuscritos en los que tenían cabida todas las ramas del saber, así como el propio Corán y las biografías del profeta Mahoma. Las fechas en las que se escribe esta entrada son tristes para Tombuctú y para todos los amantes del arte y de la Historia en general.

Los Yihadistas y Tuareg independentistas, apoyados por Al-Qaida del Magreb Islámico, controlan la ciudad desde el pasado mes de Marzo pero su lucha no es contra instalaciones militares, ni hay combate alguno. Con furia destructiva los radicales atacan las creencias y las tradiciones del pueblo maliense. Ya son varios los mausoleos de morabitos y eruditos saqueados que forman parte de los 333 santos que la ciudad guarda y sobre la que se apoya la fe y la tradición local. Estos días han derribado también la "Puerta del fin del mundo", una puerta que siempre ha estado cerrada y que la tradición dice que cuando se abriese acabaría la vida en el planeta. Con esta acción los guerrilleros han querido demostrar que todo son falsas creencias y que nada hay por encima de Alá. Las tres mezquitas centenarias también están en peligro.

Los primeros viajeros europeos fracasaron en su idea de visita a esta ciudad privilegiada ya que, tras atravesar el inmenso mar de arena con medios tan rudimentarios, se encontraban con una ciudad cerrada para visitantes no seguidores del islam.
El primer europeo en llegar a Tombuctú fue León el africano (Hasan bin Muhammed al-Wazzan al-Fasí) un musulmán granadino que acompañaba a su tío en un viaje diplomático. El segundo en hacerlo fue el escocés Alexander Gordón que partió de Trípoli en 1.825 con el objetivo de estudiar la cuenca del río Níger. Llegó a Tombuctú a finales de Agosto de 1.826 y pocas semanas después fue expulsado, pero no llegó lejos ya que fue asesinado en el desierto a escasa distancia de la ciudad. Unos años después el marinero francés Paul Jubert naufragó frente a las costas de Senegal donde fue hecho prisionero y fue vendido. Llegó a Tombuctú, pero como esclavo.
Al que mejor le trató el destino fue al también francés René Caillié, que se disfrazó de musulmán y llegó a la ciudad a través del Níger viviendo allí durante algún tiempo.

Los músicos de Mali expresan su triste historia como "tierra de esclavos" a través de la Korá, un instrumento local cuyo conocimiento se transmite de padres a hijos. El África Negra y el África Blanca se entremezclan en esta música que denuncia el sufrimiento en los siglos de la esclavitud cuando tantas personas de este valiente pueblo fueron arrancados de su tierra y de sus familias para acabar su vida, en el mejor de los casos, en los campos de algodón del Nuevo Mundo, cuando no muertos durante una travesía en condiciones inhumanas. 
Ellos recuerdan esta tragedia con la melodía triste y cargada de sentimientos de este instrumento sin igual, mezcla de arpa, laud de cuya música nacería posteriormente el Blues. Este instrumento tan particular se toca solamente en Guinea-Bissau, Malí, Senegal, Burkina Faso y Gambia. Cinco países a los que unió la misma tragedia de la esclavitud y que no quieren ni deben olvidar.

La Korá es un instrumento de 21 cuerdas que se construye a partir de una calabaza grande partida por la mitad que se cubre con una pieza de cuero para construir la caja de resonancia. Hecho esto se le une un puente, el mástil y las cuerdas. El instrumento se toca con las dos manos, once cuerdas con la mano izquierda y diez con la derecha. Al intérprete se le llama "Jalí" o historiador oral. En algunas partes de Senegal se le añaden cuatro cuerdas más de bajo. Antiguamente las cuerdas se hacían de piel o tripa de antílope pero en la actualidad se utilizan cuerdas de arpa o de nylon de pescar que a veces se trenza para lograr cuerdas más gruesas. El instrumento se afina desplazando los anillos que hay a lo largo del puente. El músico solo utiliza el dedo pulgar y el índice de cada mano, mientras los restantes sujetan los palos que hay a ambos lados de las cuerdas para mantener fijo el instrumento. 
El sonido de la Korá es semejante al del arpa pero, tocado tradicionalmente, se asemeja más a la guitarra flamenca. La foto corresponde a un taller artesanal de Gambia que se dedica a fabricar este tipo de instrumentos.
El mundo es pequeño, pero muy grande su diversidad y su Historia...


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