Aprovechando que también ayer escribí sobre lago parecido (Las Galaxias) enlazo hoy con esta noticia que aparece en los periódicos esta mañana y que trata sobre el próximo aterrizaje del vehículo robotizado Curiosity de la NASA que aterrizará en Marte el próximo día 6 de Agosto.
Lo que jamás imaginé es que, aunque de forma epìstolar, mi mujer y yo mismo formaríamos parte de dicha misión espacial, pero allí estamos.
Es lo que yo digo siempre...
La NASA explica lo complicado de un viaje de precisión matemática, realizado por medios radiológicos a 482 millones de kilómetros de distancia y en el que no hay lugar para el más mínimo fallo.
Como siempre ocurre en estos casos, el problema está en la complejidad del aterrizaje ya que conseguir que el vehículo se pose sobre la superficie del planeta con la suavidad requerida es poco menos que imposible, pero así está previsto. La operación dura aproximadamente 7 minutos pero, a pesar de que toda la misión es una auténtica obra de la más precisa ingeniería, todos están convencidos de que lo que van a presenciar serán "Siete minutos de terror" puesto que en ese breve espacio de tiempo es donde se vivirán los momentos más complejos y peligrosos de esta misión planetaria. El Curiosity es un vehículo complejo, pero no hay el más mínimo temor sobre su correcto funcionamiento.
Aquí el problema es que la nave que lo transporta viaja a tal velocidad que depositarlo sobre la superficie marciana, cual si de una pluma se tratara, parece poco menos que imposible.
Bien es cierto que la atmósfera de Marte frenará enormemente el descenso de la nave durante los primeros cuatro minutos de su entrada en la misma pero, al final de este tiempo de constante fricción y reducción de velocidad, cuando solo queden 100 segundos para el aterrizaje, Curiosity viajará todavía a 1.600 Km./hora.
El porrazo está asegurado pero todo está preparado para resistir perfectamente su "amartizaje".
En ese instante un gran paracaídas se abrirá y frenará su caída hasta los 322 Km./hora pero solo quedarán 90 metros para tocar suelo.
En ese instante un gran paracaídas se abrirá y frenará su caída hasta los 322 Km./hora pero solo quedarán 90 metros para tocar suelo.
Cuando eso suceda, la nave utilizará sendos retrocohetes que frenen la inercia de la velocidad mínima conseguida y contengan los más de 1.000 Kg. que pesa Curiosity con sus seis gigantescas ruedas que le permitan circular sin problemas por la base del Monte Sharp, en la explanada central del cráter Gale, lugar considerado el más adecuado para recoger las muestras que se pretenden, sin tener que realizar grandes desplazamientos.
Curiosity viaja sujeto a un cohete-mochila auxiliar (Sky crane) que en el momento oportuno bajará el rover hasta la superficie de Marte con la velocidad de una pluma de avestruz, o al menos eso es lo que se pretende y lo que está previsto sobre el papel.
Desde la entrada a la atmósfera marciana hasta el aterrizaje solo deben mediar esos "siete minutos de terror". No hay tiempo para más ni hay cabida para el más mínimo fallo.
La "pista de aterrizaje" es de 7x20 Km. y el riesgo es tan elevado que no puede garantizarse el éxito de la misión.
De salir todo bien, Curiosity realizará sin duda la exploración más compleja y completa jamás llevada a cabo en Marte ni en ningún otro destino espacial anterior.
En su búsqueda, que puede durar años, intentará encontrar rastros de vida pasada o presente ya que los sedimentos que conforman el cráter del monte Sharp pueden revelar sin duda la historia geológica marciana.
Un fenómeno no existente en la Tierra y del que se pretende extraer la máxima información posible a fin de verificar anteriores conjeturas.
Por eso es tan importante depositar a Curiosity en perfectas condiciones y en el lugar previsto para ello. Es justamente esta exigencia de precisión, el que ha multiplicado el riesgo de fracaso.
Por eso es tan importante depositar a Curiosity en perfectas condiciones y en el lugar previsto para ello. Es justamente esta exigencia de precisión, el que ha multiplicado el riesgo de fracaso.
Los científicos han preparado durante años esta operación, pero la zona inicial de aterrizaje era mucho mayor. La reducción se ha llevado a cabo porque de esta manera la investigación de los sedimentos del monte Sharp, que anteriormente llenaban el cráter del volcán próximo, puede reducirse en varios meses de trabajo. Su análisis dará sin duda información no solo del presente de Marte, sino de lo que fue en tiempos remotos y si albergó o no alguna forma de vida.
Mientras todavía quedan en nuestro planeta pueblos que viven de forma prehistórica, algunos de ellos caníbales que se comen a sus supuestos enemigos, nuestros científicos pretenden explorar el Sistema Solar e incluso más allá del mismo.
¿Por qué no empleamos ese tiempo y esos recursos en erradicar de forma permanente el hambre y las guerras, llevando la verdadera civilización a los últimos rincones de la Tierra?.
En fin, es lo que hay. Y mientras tanto mi mujer y yo... ¡Allí estamos, tan tranquilos, viendo pasar el tiempo!.
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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