La humanidad progresó mucho en el último siglo y el tema, a día de hoy, tiene ya pocos misterios que ocultar. Como es de todos conocido el Polo Norte y especialmente con la coletilla de "Geográfico" es, o debería ser, el punto coincidente con su eje de rotación. En palabras de parvulario escolar diremos que los Polos norte y sur son el punto imaginario donde coincide el eje de rotación de la esfera terrestre. Todos los cuerpos celestes, además de hacer un movimiento de traslación, giran sobre sí mismos y llamamos Polo Norte o Sur a ese punto imaginario por el que saldría el citado eje. Una explicación (pelín bochornosa) de primer curso de EGB, pero había que hacerla...
Los Polos geográficos son coincidentes con el eje de rotación, pero no son en absoluto perpendiculares al eje de traslación (en nuestro planeta forman un ángulo de 23,5 grados) fenómeno gracias al cual se producen las diferencias estacionales de clima y temperatura a lo largo del año.
Ni uno ni otro son coincidentes tampoco con el Polo Norte Magnético dado que, además, éste es muy variable. De hecho se estima una variabilidad anual de 40/50 Km. y en permanente modificación, bien por los terremotos o por otros fenómenos naturales lo que demuestra que, en este tema en concreto, las brújulas no lo son todo. El Polo Norte Magnético es el que nos indican las brújulas, pero el Polo Norte Geográfico (auténtico eje de rotación de la Tierra) está en este momento a más de 1.600 Km. de distancia. De hecho hay estudios que indican que los polos llegaron incluso a invertirse 780.000 años atrás. Es más, parecer ser que este fenómeno se produce cada 250/300.000 años, por lo que es muy probable que la inversión no esté muy lejana. Cuando esto ocurra, pueden cambiar y mucho las condiciones de vida en la tierra, de tal forma que también la climatología llegue a invertirse, hasta tal punto que las auroras boreales que actualmente se ven al norte de Canadá, haya que ir a verlas a Brasil, por decir algo.
Muchos fueron los exploradores que dijeron haber llegado al Polo Norte, ya a finales del siglo XIX y principios del XX, pero investigaciones posteriores demostraron que no fue cierto hasta el 11 de mayo de 1.926 cuando 16 personas pudieron hacerlo con el dirigible Norge.
La primera conquista del Polo Norte sobre el hielo la llevó a cabo Ralph Plaisted y cuatro amigos más el 19 de Abril de 1.968, pero equipados con máquinas motonieves.
Ralph era un vendedor de seguros de Minesota, gran aficionado a la caza y a la pesca. A mediados de los años 60 estaba discutiendo con unos amigos sobre la potencia y prestaciones de unas motonieves y uno de ellos bromeó diciéndole que si eran tan buenas por qué no conquistaba con una de ellas el Polo Norte... Aunque no dijo nada, la broma caló en su cabeza y fue madurando la idea.
Obtuvo apoyo, tanto de Canadá como de Estados Unidos y el patrocinio de una firma de motonieves, que le asignaron un reportero con modernos equipos de comunicaciones y todo el combustible necesario para las dos máquinas. Sin embargo le aguardaba una amarga decepción. Salieron de Eureka (Canadá) el 28 de marzo de 1.967 y llegaron a los 83º 36' Norte con un excelente comportamiento de las máquinas. Estaban a 370 millas náuticas del objetivo, pero no pudieron llegar. Frenados durante siete días por una gran tormenta de nieve se decidió el regreso a Eureka donde llegaron el 7 de Mayo. Desde allí se informó por correo del fracaso de la expedición.
Con el reto metido en la cabeza Ralph lo intentó de nuevo, esta vez con máquinas de 16 caballos de fuerza que mejoraban su velocidad en llano. La distancia era de 474 millas náuticas en línea recta, pero había que cubrir 830 por los ineludibles desvíos y la deriva de los bloques de hielo a recorrer. Salieron de la isla Ward Hunt el 7 de Marzo de 1.968. Esta vez le acompañaban tres amigos, ninguno de ellos explorador profesional, llegando a la meta 43 días después, a pesar de encontrarse con los mismos retos de la primera vez. Según lo previsto, fueron avisadas las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos de la llegada de los expedicionarios y acto seguido se desplazó un avión para comprobar su posición. Efectivamente los viajeros estaban a 90º Norte y era la primera vez que el hecho quedaba constatado feacientemente.
Parece ser que algunos puristas del Polo dijeron que llegar a ese punto pertrechados de tan imponentes máquinas no tenía mérito alguno, pero Ralph no tenía dicha su última palabra y prueba de ello es que veinte años después formaría parte de la "EXPEDICIÓN POLAR 1985 Mc.GUIRE" esta vez a pié, en unas condiciones extremas y con un recorrido superior a los 450 Km.
No tenemos datos de los sufrimientos que debieron soportar los expedicionarios, pero si tenemos un dato importante que nos da idea de ellos... Cuando se inició el viaje, desde la isla Ward Hunt, la temperatura era de -47º. ¡Cuarenta y siete grados bajo cero!. Con eso, está dicho todo.
EL ÚLTIMO CONDILL
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