Afortunadamente todos no somos iguales y hay mucha gente buena, trabajadora y fiel cumplidora de sus compromisos con la sociedad y que no mira solamente su bienestar personal, sino el general. Está muy bien buscar el triunfo si se puede, pero trabajando y no a costa de machacar la cabeza de los demás. En fin, así están las cosas. Hace un par de días Europa, no de forma desinteresada, le ha ofrecido a España la posibilidad de salvar a sus Bancos de la quiebra más espantosa. Repito que no lo hace de forma desinteresada, sino porque de producirse el descalabro ellos también resultarían afectados. Y eso no es todo, sino que todavía no se conocen las condiciones que se exigirán para llevar ese préstamo adelante. Se saben algunas cosas, pero no todas, por eso la Bolsa no se fía y sigue sin remontar. Alguna de las que ya se conocen es que el interés del préstamo no será tan bajo como cabría esperar y se sabe también que el Estado Español será el avalista de la operación. Como siempre, pagarán justos por pecadores.
España pide ayuda a la Unión Europea. Norteamérica está sudando tinta y Europa también, viendo como todo se va al garete. El presidente de Estados Unidos les dice a los dirigentes europeos que así no podemos seguir, que si España se hunde se irá a pique todo el sistema. Europa sabe que esto es así, que hay que ayudar pero, ¿cómo hacerlo sin arriesgarlo todo?. Europa no puede prestar dinero a unos Bancos incompetentes cuyos gerentes solo vigilan cubrirse la espalda en indemnizaciones millonarias, tras el hundimiento de la entidad, a costa de dejar con el culo al aire a sus depositantes. La Banca española no es de fiar y Europa lo sabe. ¿Qué hacer para salvar el sistema sin tener que arriesgar el dinero de todo un continente?. Les ha costado pero, por fin, han dado con la solución. El dinero será para salvar a los Bancos españoles, pero el tomador del préstamo será el Estado y España el avalista. Con una garantía añadida y es que, en el caso de incumplimiento y hecatombe, Europa tendrá prioridad sobre otros posibles fiadores. No es la mejor opción, ni la que nuestro Gobierno quería, pero Europa no tira el dinero por la ventana así como así...
Esto quiere decir que, en el caso de nuevo fiasco, el primero en tomar su porción del pastel no será quien tenga un depósito en la entidad, ni siquiera aquel (pobre loco) que haya comprado acciones (preferentes) del Banco pensando que la tormenta ya había amainado. El primero en retirar dinero será Europa. De todas formas, para que el barco llegue a buen puerto y todas estas medidas no sean necesarias, Europa presta el dinero con otra garantía más, que es la permanente vigilancia de sus "hombres de negro", verdaderos especialistas que estarán siempre pendientes de lo que hagan las diferentes entidades con ese dinero que no es suyo, premisa que se les olvida a los banqueros cuatro días después de tenerlo en la caja. Con estas actitudes y con estos "vigilantes" permanentemente apostados en todas aquellas entidades que usen de estos dineros, quedan demostradas varias cosas que se resumen a continuación: No es que Europa no se fíe de nuestros Bancos, sino que ni siquiera confía en la gestión de vigilancia del Banco de España y menos aún de nuestros políticos. ¡Y hacen bien!.
Por lo tanto, BIENVENIDOS LOS HOMBRES DE NEGRO. Con ellos aquí la gente de a pie, que hemos trabajado toda nuestra vida para ahorrar cuatro céntimos mal contados, también estaremos más tranquilos. En cuanto al Gobierno y a la Oposición, por la cuenta que les trae, esperamos que ejerzan una adecuada vigilancia y gestión que garantice el cumplimiento de los compromisos adquiridos y que, por fin, podamos caminar hacia un destino mejor. Poca credibilidad nos merece esa oposición utópica, propia de quien sabe que difícilmente tiene que alcanzar jamás el poder. Desagradable tiene que ser saber que no tienes ninguna opción de gobierno pero ¡que fácil es criticar cuando nada arriesgas!. No sucede lo mismo con aquella oposición que tiene una alternancia asegurada. Al igual que el Gobierno, ellos saben que la solución (momentánea) puede ser la obtención de ese préstamo, rescate o como se quiera llamar, pero es necesaria una gestión adecuada para poder amortizarlo y para demostrar la fiabilidad de un pueblo. Un pueblo que no ha sido el causante de esta crisis...
RAFAEL FABREGAT
Esto quiere decir que, en el caso de nuevo fiasco, el primero en tomar su porción del pastel no será quien tenga un depósito en la entidad, ni siquiera aquel (pobre loco) que haya comprado acciones (preferentes) del Banco pensando que la tormenta ya había amainado. El primero en retirar dinero será Europa. De todas formas, para que el barco llegue a buen puerto y todas estas medidas no sean necesarias, Europa presta el dinero con otra garantía más, que es la permanente vigilancia de sus "hombres de negro", verdaderos especialistas que estarán siempre pendientes de lo que hagan las diferentes entidades con ese dinero que no es suyo, premisa que se les olvida a los banqueros cuatro días después de tenerlo en la caja. Con estas actitudes y con estos "vigilantes" permanentemente apostados en todas aquellas entidades que usen de estos dineros, quedan demostradas varias cosas que se resumen a continuación: No es que Europa no se fíe de nuestros Bancos, sino que ni siquiera confía en la gestión de vigilancia del Banco de España y menos aún de nuestros políticos. ¡Y hacen bien!.
Por lo tanto, BIENVENIDOS LOS HOMBRES DE NEGRO. Con ellos aquí la gente de a pie, que hemos trabajado toda nuestra vida para ahorrar cuatro céntimos mal contados, también estaremos más tranquilos. En cuanto al Gobierno y a la Oposición, por la cuenta que les trae, esperamos que ejerzan una adecuada vigilancia y gestión que garantice el cumplimiento de los compromisos adquiridos y que, por fin, podamos caminar hacia un destino mejor. Poca credibilidad nos merece esa oposición utópica, propia de quien sabe que difícilmente tiene que alcanzar jamás el poder. Desagradable tiene que ser saber que no tienes ninguna opción de gobierno pero ¡que fácil es criticar cuando nada arriesgas!. No sucede lo mismo con aquella oposición que tiene una alternancia asegurada. Al igual que el Gobierno, ellos saben que la solución (momentánea) puede ser la obtención de ese préstamo, rescate o como se quiera llamar, pero es necesaria una gestión adecuada para poder amortizarlo y para demostrar la fiabilidad de un pueblo. Un pueblo que no ha sido el causante de esta crisis...
RAFAEL FABREGAT
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