Rafael Fabregat Condill (1949)
REEDICIÓN.
La técnica avanza y los viejos quedamos anclados al pasado con escasas posibilidades de seguir adelante. No es algo puntual que con cierto esfuerzo podamos solucionar.
La carrera es contrarreloj, imparable y sin ninguna meta concreta. Sencillamente no tiene fin y cuando uno es joven no se percata de ello o bien todo lo considera asequible. Pero, claro...
Para nosotros, viejos y sin estudios, de fácil no tiene nada y menos aún de asequible. Nuestro handicap es terrible, inasumible, como dar cabezadas en una inmensa piedra. Cambiaría muchas cosas de mi pasado pero, mayormente, la escasez de conocimientos que me priva de alimentar aún más mi natural curiosidad.
Ya lo decía mi madre: "Este niño promete..." (Pero no llegó a nada). Cosas de madres...
Hoy me encuentro con que Google cambia el interfaz y deja de ser compatible con Internet Explorer, el navegador con el que aprendí y que me permitió meterme en "la Red" encontrando un lugar donde explorar y dar salida a mis sentimientos.
Para no quedar obsoleto, hay que volver a iniciarse en el aprendizaje de esta nueva herramienta (Google Chrome) que realmente ya conocía desde mucho tiempo atrás pero en la que no me integré por ser más incómoda en la edición de fotos. Nuevos formatos, nuevas dificultades que ellos dicen ser para bien pero que tan solo sirven para sus propósitos.
Imposibilidad de manipular las fotos y grandes dificultades por tanto para situarlas en el texto.
Hoy me encuentro con que Google cambia el interfaz y deja de ser compatible con Internet Explorer, el navegador con el que aprendí y que me permitió meterme en "la Red" encontrando un lugar donde explorar y dar salida a mis sentimientos.
Imposibilidad de manipular las fotos y grandes dificultades por tanto para situarlas en el texto.
Claro que yo (erre que erre) no voy a amilanarme por estas nimiedades y por lo tanto -a trancas y barrancas- voy a ponerme al día.
Como cualquier mortal tendré mis defectos, pero nunca abandoné nada ni a nadie. Otros si lo hicieron conmigo. En fin, allá cada cual con su vida. Como decían los concursantes de aquel antiguo programa televisivo... "YO SIGO". (Hasta que Dios quiera).
RAFAEL FABREGAT
Como cualquier mortal tendré mis defectos, pero nunca abandoné nada ni a nadie. Otros si lo hicieron conmigo. En fin, allá cada cual con su vida. Como decían los concursantes de aquel antiguo programa televisivo... "YO SIGO". (Hasta que Dios quiera).
RAFAEL FABREGAT