Hoy la prensa española y más concretamente el diario ABC, nos desvela que lamentablemente esto no es así.
En la sombra el dinero sigue fluyendo y son muchos los que, como ha sido siempre, siguen ganándolo fácilmente a costa de los más desfavorecidos.
Las mafias italianas y las de otras partes del mundo siguen estando ahí, actuando en muchos ámbitos económicos y enriqueciéndose a costa de los demás.
En el día de hoy se nos descubre una trama, una más de esas prácticas, que nos escuece doblemente puesto toca muy de cerca a los intereses españoles...
Con el etiquetado de "Aceite extra virgen de oliva, made in Italy", estos listos de escaso trabajo y beneficio fácil, adquieren grandes partidas de aceite procedente de Marruecos, Túnez, Grecia y especialmente de España, a un coste que oscila entre los 0,25 y 0,50 €, para embotellar y venderlo como de origen italiano a precios cinco veces superiores, lo que origina un beneficio anual superior a los 5.000 millones de euros.
Un negocio ilegal y refinado, con más de 10 marcas implicadas, algunas de ellas muy conocidas en el mercado. Aduanas y detectives anti-fraude del Cuerpo Forestal del Estado, en colaboración con la principal organización de empresarios agrícolas italianos (COLDIRETTI) con más de millón y medio de afiliados, han puesto en marcha una investigación que determine responsabilidades. Los grandes "señores" del aceite ya no pierden el tiempo trabajando los olivares, ni siquiera exprimiendo las aceitunas que otros producen con tantos sudores y esfuerzo. No es necesario trabajo alguno, basta con comprar aceite de cualquier procedencia, mezclarlo, envasarlo y pegar etiquetas. Como es fácil de imaginar se trata de un fraude en toda regla puesto que, según la normativa europea, es obligatorio que en las etiquetas figure el país de procedencia de las aceitunas y aquel que realiza su transformación en aceite.
Lo cierto es que 9 de cada 10 marcas sitúan estos datos en lugares escondidos de la etiqueta y en caracteres tan pequeños que, o bien quedan ilegibles o su lectura es imposible sin una buena lupa.
No menos de una decena de marcas comerciales, han formado un bloque de productores/distribuidores que se han aliado para especular con este producto, engañando al consumidor y acumulando beneficios inimaginables. El negocio es de tal envergadura que 4 de cada 5 botellas de aceite de oliva extra virgen, cuya etiqueta indica la procedencia italiana, contiene productos extranjeros y especialmente de España y Grecia. Frente a las 250.000 toneladas de aceite exportadas por Italia en 2.010, su importación fue de 570.000 toneladas. Solo España, exporta a Italia entre 300.000 y 600.000 toneladas anuales. Un aceite que, en el mejor de los casos, lo paga el importador a 0,50 € y lo vende posteriormente entre 2,50 y 3,00 €.
Producir un litro de aceite en Túnez cuesta alrededor de 10 céntimos de euro.
Con el etiquetado de "Aceite extra virgen de oliva, made in Italy", estos listos de escaso trabajo y beneficio fácil, adquieren grandes partidas de aceite procedente de Marruecos, Túnez, Grecia y especialmente de España, a un coste que oscila entre los 0,25 y 0,50 €, para embotellar y venderlo como de origen italiano a precios cinco veces superiores, lo que origina un beneficio anual superior a los 5.000 millones de euros.
Un negocio ilegal y refinado, con más de 10 marcas implicadas, algunas de ellas muy conocidas en el mercado. Aduanas y detectives anti-fraude del Cuerpo Forestal del Estado, en colaboración con la principal organización de empresarios agrícolas italianos (COLDIRETTI) con más de millón y medio de afiliados, han puesto en marcha una investigación que determine responsabilidades. Los grandes "señores" del aceite ya no pierden el tiempo trabajando los olivares, ni siquiera exprimiendo las aceitunas que otros producen con tantos sudores y esfuerzo. No es necesario trabajo alguno, basta con comprar aceite de cualquier procedencia, mezclarlo, envasarlo y pegar etiquetas. Como es fácil de imaginar se trata de un fraude en toda regla puesto que, según la normativa europea, es obligatorio que en las etiquetas figure el país de procedencia de las aceitunas y aquel que realiza su transformación en aceite.
Lo cierto es que 9 de cada 10 marcas sitúan estos datos en lugares escondidos de la etiqueta y en caracteres tan pequeños que, o bien quedan ilegibles o su lectura es imposible sin una buena lupa.
No menos de una decena de marcas comerciales, han formado un bloque de productores/distribuidores que se han aliado para especular con este producto, engañando al consumidor y acumulando beneficios inimaginables. El negocio es de tal envergadura que 4 de cada 5 botellas de aceite de oliva extra virgen, cuya etiqueta indica la procedencia italiana, contiene productos extranjeros y especialmente de España y Grecia. Frente a las 250.000 toneladas de aceite exportadas por Italia en 2.010, su importación fue de 570.000 toneladas. Solo España, exporta a Italia entre 300.000 y 600.000 toneladas anuales. Un aceite que, en el mejor de los casos, lo paga el importador a 0,50 € y lo vende posteriormente entre 2,50 y 3,00 €.
Producir un litro de aceite en Túnez cuesta alrededor de 10 céntimos de euro.
El importador paga entre 15 y 23 céntimos, lo cual es un precio interesante para el agricultor, pero este aceite en Italia se vende entre 3 y 5 euros. ¿Quien gana el dinero?.
Si este abuso económico no es ya por sí mismo un fraude a los consumidores, queda una afrenta aún mayor que se ve reflejada en los precios de referencia al agricultor italiano, que tiene que abandonar sus campos porque no puede siquiera cubrir gastos.
Si este abuso económico no es ya por sí mismo un fraude a los consumidores, queda una afrenta aún mayor que se ve reflejada en los precios de referencia al agricultor italiano, que tiene que abandonar sus campos porque no puede siquiera cubrir gastos.
Ante la facilidad de importar el aceite de otros países a precios irrisorios, etiquetándolo como propio, el productor italiano se ve obligado a vender a esos mismos precios o a dejar de trabajar sus propiedades. Y mientras tanto, ¿donde está el beneficio y la justicia...?
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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